No me creo.
No es que me crea Dios.
Ni mucho menos.
No es como que nada me pasó.
Y que soy la misma y todo igual.
Pero de recuerdos no se come, duerme y mucho menos se vive.
Con eso presente te enterré.
Simplemente de recuerdo no se vive.
Más si se muere.
Solo que el muerto no soy yo.
Gracias, mar.