Empiezan las escondidas

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Empiezan las escondidas.

Era una mañana en la residencia de la señora Alberta, donde su vieja casa abandonada, estaba siendo habitada por una niña de 11 años con unas banditas en la cara, producto de los cortes que ella había recibido.

Ella estaba sentada o mas bien dormida en el sillón de su abuela, al parecer todo lo que le había pasado, había provocado un severo cansancio en ella.

Se despertó poco a poco y fue al baño a realizar sus necesidades y estaba a punto de salir de la casa no sin antes recordar lo que paso ayer, que técnicamente fue como si un rayo partiera su cabeza.

Fue por su teléfono para realizar una llamada, solo esperaría que ella no estuviese enojada con ella después de lo sucedido. Tardo unos segundos hasta que la persona contesto.

“Hola.” Dijo una voz.

“Bibi, soy yo Linka.” Dijo Linka.

“Linka, gracias a dios que me llamas, estuve tratando de hablarte por lo de Loki, pero en tu teléfono me decía que lo habías apagado.” Dijo Bibi.

“Si sobre eso, veras las cosas no están para nada bien entre mi familia y yo, por lo que Loki cuando me persiguió, tuve que correr sino, no se lo que me hubiera hecho.” Dijo Linka.

“Te entiendo Linka, traje a Loki al hospital tan pronto como pude, los doctores me dijeron que fue un golpe muy fuerte, pero lograron salvarlo.” Dijo Bibi.

“Me alegra escuchar eso, a pesar de todo lo que ha pasado, no quiero que algo le pase.” Dijo Linka ya más calmada.

“Linka ¿Dónde estás?” Pregunto la Latina en querer saber la ubicación de la albina.

“Lo siento Bibi, pero no puedo decírtelo, no quiero arriesgarte a que ellos te saquen la información. Solo te llame para decirte que estamos bien.” Dijo Linka.

“¿Estamos? ¿Estas con alguien más?” Pregunto Bibi.

“Algo así, tengo que irme, Bibi, solo quiero decirte que volveré, no se por cuanto tiempo, sin embargo, esta no será la ultima vez que nos veamos, por favor, cuida a Loki, se que puede ser un tonto, pero en el fondo el no es malo. Recuerda esto hermana, esto no es un adiós para siempre sino un adiós por ahora.” Dijo Linka y colgó el teléfono.

“Ahora necesito salir de la ciudad, no puedo arriesgarme a que mis demás hermanos me encuentren y me quieran hacer pure. Por ahora necesitare dinero, ya que no solo soy yo ahora.” Dijo Linka acariciando su vientre.

Luego de un par de horas, nuestra protagonista estaba buscando por toda la casa algo que podía ser de valor y si tenía suerte podría encontrar algo de efectivo de su abuela.

Logro encontrar algunas cosas como las joyas de su abuela, un viejo reloj de plata y por último 500 dólares.

“Esto solo me servirá para unas semanas, sin embargo, necesitare más, lo malo es que ya busqué por todos los rincones de la casa y no hay nada más.” Dijo Linka.

Luego recordó todo lo que había pasado con sus hermanos y de donde escondían su dinero, además de contar algunas cosas que le podían ser de utilidad. El único problema era mas que obvio, retornar al infierno, donde posiblemente no saldría viva después de lo ocurrido.

Lo pensó bastante hasta que le vino a la mente de que un 70% de probabilidad estarían en el hospital viendo a su hermano y el otro 30% estarían en casa.
No le quedo mas alternativa que ir, pero obviamente iba a asegurarse de que los chicos no se percataran de que ella estuviera cerca.

Mientras tanto en el hospital, Loki se estaba recuperando del golpe que había recibido ayer, tras no fijarse por donde caminaba. En la sala de espera se encontraba Bibi que estaba esperando las noticias de como estuviera su novio.
Luego noto que la familia Loud a excepción de Rita estaban llegando a la recepción preguntado por su hijo y hermano, tras enterarse de que había sido atropellado.

La Vida de Linka Loud. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora