Capítulo 02: Primos.

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—¡Tom!— chilló enojada Holly tirándole la bola de papel a su cabeza.

Llevaba dos horas metida en la casa de Holly con el propósito de realizar el trabajo de Castellano pero nos era imposible hacerlo sabiendo que teníamos a Tom, el primo de Holly, haciendo malabares como si fuera a presentar una audición al circo.

—Oh tranquila, no será una distracción— le dije sarcástica a Meaghan.

No podíamos hacer gran cosa porque el cansón, pero apuesto, primo de Holly estaba haciendo de las suyas.

—No pensé que sería difícil hacer el trabajo— me dijo Meaghan inocente—. Parecía un buen chico.

—Sí y mi primo parece tener neuronas, pero ¿cómo lo ves? Ninguna de las dos acertamos— le dije sarcástica.

—No te enojes, Lea— me dijo Meaghan tratando de calmarme pero solo logró que me cruzara de brazos.

—Mientras esos dos idiotas de allá, parecen chicas que están peleando por el mismo pantalón que tiene un gran descuento, nosotras estamos aquí tratando de realizar un trabajo de Castellano para la señorita…

Dos bolas de papel aterrizaron en el suelo no sin antes haber impactado con mi cabeza.

Se arrepentirán de haber nacido.

Respiré profundo. No quería que la policía encontrara una escena de crimen violenta con sangre en las paredes y las cabezas de los primos Colton en mis manos. No quería tener un reporte criminal tan joven, de hecho, no quería tener un reporte criminal en mi vida.

—Holly— le llamé por lo bajo pero ella seguía forcejeando con su primo—. ¡Holly Marie Owens Colton!—exclamé de manera efusiva logrando, no solo que Holly se quedara quieta sino, que su primo también.

Bien hecho Lea, sobrevivir con Jake te ha enseñado muy buenas lecciones.

Me acerqué a ellos. Tom tenía a Holly en su hombro, como si esta fuera un saco de patatas y ella tenía a Tom agarrado por su –sedoso y lindo- cabello.

Lea, concéntrate.

—¿Podrían, por favor, dejar de tratarse como perros y gatos? Holly, por si lo olvidaste, debemos terminar el trabajo que hace dos horas empezamos— le reproché irritada.

—Lea, no sé si te hayas dado cuenta, pero estoy en el hombro de alguien que pesa el doble que yo y que oh, tiene mucha fuerza— me dijo irónica—. Lo mínimo que merezco es una ayuda, amiga.

—Tom— le llamé y abrió sus ojos en señal de respuesta—. ¿Podrías bajar a tu adorada pero debilucha prima?— le pedí con ojos pardos. Nadie se podía resistir a mis ojos pardos y sabía que él no sería la excepción.

—¡Hey!— se quejó la castaña por lo bajo.

—Por favor— le supliqué.

—Dile que me suelte y con gusto la bajo.

—Como mande su majestad— le dije divertida—. Holly, ya escuchaste que…

—Dile que si no me baja, no le suelto el cabello— dijo firmemente.

—Tom, Holly…

—¡Si no me sueltas, no te bajo!— exclamó obvio agarrándola con más fuerza.

—¡Entonces aquí nos quedaremos un buen rato!— exclamó ella en el mismo tono.

Bufé por lo bajo. Estos dos sí que eran primos, no se podía negar. Ambos eran cabeza dura y no daban su brazo a torcer por nada. Increíble.

Primero muerta antes de salir contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora