Corazón de amor / Adriana

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Ya era por la mañana. Al ser invierno aun no había salido el sol, ya que eran las 7 de la mañana, gracias a la oscuridad y al frio que hacía fuera de mi acogedora cama hacía más complicado que me levantara. El despertador seguía sonando y emitiendo ese irritante sonido que me ponía de los nervios. Saqué el brazo de la cama y lo paré. Ahora que me acuerdo; había tenido un sueño muy raro, en el que un chico – que estaba muy bueno por cierto- tenía alas y me salvaba de una persona que tenía toda su silueta de color negro. Cogí fuerzas y me levanté rápidamente de la cama, para posteriormente coger toda mi ropa y cambiarme. Me dirigí al baño a asearme y fui a la parada para coger el bus, donde había quedado con mis amigas.

Menos mal, ya había llegado la hora del primer patio. Las clases de los martes se me hacen muy largas y aburridas. Me disponía a sacar mi almuerzo cuando de pronto vi a alguien que me llamó la atención. Era él, el chico con el que había soñado esta noche.

Claudia, ¿me estas escuchando?- pregunto una de mis amigas

No perdona. ¿Qué me estabas diciendo?

Ya te has vuelto a desconectar. Hija, no tienes remedio- dijo otra de mis amigas mientras le entraba la risa

No te rías mala persona, solo estaba mirando una cosa

Coño niña, esa cosa está muy buena- Seguí la mirada de mi amiga y vi que se había dado cuenta de que estaba mirando

Es nuevo, entro ayer al instituto. Lo conozco por mi hermano, ya que van a la misma clase.

 Era perfecto. Tenía el pelo rubio, con un poco de flequillo, unos ojos azules que me imnotizaban al mirarlos y una sonrisa perfecta. Lo que daría por poder hablar con él alguna vez. Pero seguía sin entender como podía haber soñado con él sino lo había visto hasta hoy. La siguiente clase que me tocaba era gimnasia. Hoy era el día en el que tendríamos que bailar delante de toda la clase. Había practicado mucho y sabía que me iba a salir bien, y también era la mejor forma de acabar la semana para irnos de vacaciones de Navidad. El grupo en el que yo iba ganó y el profesor nos dijo que tendríamos que bailar con dos chicos un año mayor que nosotras, de cuarto de la ESO. El profesor nos dijo que en el segundo patio fuéramos la gimnasio para decirnos quienes serían nuestros nuevos compañeros de baile.

Otra vez la respiración se me estaba acelerando. Siempre que le veía me pasaba y no entendía el motivo. Lo primero que vi en el gimnasio nada más entrar fue a él, hablando con otro chico. Eran tan perfecto joder.

Bien chicas, ya estáis aquí. Os presento a vuestro dos nuevos compañeros. Richard y Rubén.

Encantada- dijeron todas mis amigas a la vez.

Chicos, venir a ayudarme a preparar unas cosas. Rubén y Adriana, vosotros quedaros aquí he ir preparando la música.-dijo el profesor

 Me tocaba quedarme a solas con él. Estaba muy nerviosa. Me adelanté para ir preparando la canción que íbamos a bailar. De pronto, sentí que alguien se ponía detrás mía. Me di la vuelta y me quedé de frente a él.

 Hola. ¿Como te llamas?- estaba muy cerca, demasiado para mi gusto.

Claudia- me estaba temblando la voz.

Encantado de conocerte. Soy nuevo en el instituto, me gustaría que alguien me lo enseñara. ¿Te importaría?

Claro, me encantaría enseñártelo.

 Nos pusimos a hablar y descubrí que teníamos muchas cosas en común. Era muy simpático y gracioso. Mi problema era que no podía de parar de mirarle esos ojos tan preciosos que tenía y cada vez estaba más roja. No se que es esta sensación tan rara que tengo en el estomago, puede que sea amor, o puedo que no. De todas formas, es una sensación agradable que solo me pasa cuando estoy con él.

Cuentos fantásticos de Secundaria 14-15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora