One Shot // Trueno

Historia de Vida.

Era una filosofía de vida, una costumbre más que nada, para mí, verle su cara, tocar sus facciones, delinear sus labios, observarlo por horas sin cansarme, para si poderlo recordar cuando ya no lo tenga en frente.

— ¿que tanto miras? — pregunto Valentín a un lado mío, mientras miraba a la dirección en la yo miraba. — tenes que superarlo. — dijo una vez que se dio cuenta de quién se trataba.

Sentir sus labios sobre los míos era un martirio. Sentir su mirada sobre mi cuerpo era una locura.

— Juli, ya fue — Valen se paró a un lado mio y agarro mi mano — vamos — dijo, saqué mi mirada de arriba de aquel individuo y lo seguí.

— ¿donde vamos? — pregunté. Él se encogió de hombros.

— a cualquier lugar que no sea esa plaza — cruzamos una calle y seguimos en dirección a mi casa, supongo —prefiero mil veces a que llores por una película a un pelotudo como él — sabia que Valen no le gustaba para nada la relación que tuvimos con Mateo, lo odiaba más después de enterarse lo que pasó. Pero él no entendía lo bien que me hizo mientras, lo que tuvimos, si es que fue algo, duró.

— valen — lo llamé, le hiba a decir que le quería contar todo, no solo lo que había pasado, quería que supiera todo. Pero era en vano, no hiba a cambiar su pensar solo por decirle cosas bonitas. — a la noche voy a ir a lo de Dani, vos...?

— yo voy a lo de Sofi, se que si estas con él estas bien, así que estoy tranquilo — dijo y asentí.

(...)

Llegué a lo de Dani, único hombre en la faz de la tierra que no entendía nada, se había perdido mitad de mi vida en el último año, por estar metido en una relación igual que la mía.

— y eso — dijo, terminando de relatar todo lo que había pasado en su relación. Ahora era mi turno. — ahora conta.

— bueno — suspiré. Agarré el mate y me comí una masita— todo era tan perfecto, tan perfecto que sabía que tenía una sensación a que esto hiba a caer tan rápido como las torres gemelas.

— esa positividad amigaaa — rió y yo también.

— pero es la verdad, sabía como eran las cosas, sabía que tenía miles de minas atrás que lo amaban con locura y algunas de esas ya habían estado con él, me arriesgué a confesarle lo que sentía, desde hace mucho tiempo, todo re piola, pero tenía en mente que él podría no sentir lo mismo, tampoco lo hiba a obligar a que lo haga, después de todo si él era feliz con alguien más yo también era, su felicidad era la mía. Estaba tan dependiente de él que sentía como mi pecho se estrujaba en mi interior solo porque me vio a los ojos, y me dijo "a mi también me gustas", te juro por dios que no lo podía creer, estaba tan atónita que no pude sentir cuando me besó. Continuamos como algo en los próximos meses, estaba todo tranqui, yo en mi burbuja, navegando en nebulosas, queriendo encontrar la felicidad máxima — reí con un poco de sarcasmo — estaba tan feliz que mi primera vez fue con él, las demás veces también — Dani rió — estaba tan feliz que se lo presenté a mis padres, sin ser nada, ellos lo conocían, pero estaban tan felices de verme con alguien que ellos sabian que era una "gran chico" . — podía divisar el rostro de mi abuela lleno de felicidad y unas lágrimas me llenaron los ojos. Me sequé al instante de sentir eso — nunca fuimos nada — dije un poco triste — te voy a decir que somos amigos desde que tengo memoria. Sabía como era su actitud cambiante, cuando debías de estar con él, como tratarlo en diferentes situaciones, como debías de actuar en diferentes momentos. Pero no sabía cómo hacer cuando tenía un nudo en la garganta y no sabía cómo desatarlo, en medio de una discusión; no sabía que hacer cuando me decía que lo dejé en paz que lo único que quería hecer era estar con sus amigos; no sabia que hacer cuando se enojaba de la nada. Claro, siempre fui la amiga fiel y que lo apoyaba en todas, a la que le contaba sus cosas, a la que le decía lo que sentía y ella trataba de arreglarlo o darle un consejo. Estar con él en la relación creía que hiba a ser de esa forma, que me hiba decir lo que se pasaba por su cabeza y intentar arreglarlo juntos, que me hiba decir que era lo que le molestaba para poder cambiarlo. Pero no, me ocultaba cosas, cosas que yo no sabia que estaban mal. Y después estaba enojado todo el maldito día conmigo. — suspiré nuevamente — hubieron días en que no sabía que estaba pasando, no sabía que hacer, no sabía como solucionar algo que no hice. Hubo miles de personas diciendo mierda de mi durante tanto tiempo y otras que me querían ayudar, no le di bola a ninguna, Mateo se creía todo, peor nunca venia a hablarlo conmigo, y eso me enojaba, mucho, varias veces traté de que se abriera pero no quería. Hasta que comencé a dejar de insistir, dejé que haga lo que quisiera, volví a pelear, volví al gimnasio, volví a preocuparme por mi, volví a hacer las cosas que hacía cuando era amiga de Mateo. Durante esos momentos en los que estaba ocupada en otras cosas no me estresaba tanto, no me dolía el pecho, no se me ponían los pelos de punta, ya no sentía escalofríos, ya no me sentía en una nube. Simplemente volvía a ser yo de hace un año y medio atrás, volvía a ser esa chica que cada 6 meses se ponía un color diferente de pelo, esa chica que escuchaba musica las 24 horas del día los 7 días de la semana, seguí con la carrera que me gustaba, me volvió a preocupar una mierda lo que los demás me dijeran. Porque era verdad que mientras estaba con mateo me preocupaba un poco lo que dijeran de él y de mi, quería que mateo tuviera una buena imagen, gastaba mi fuerza y energía solo en protegelo, pero nadie era invencible. Hasta que un día lo encontré en la puerta de mi departamento. Habíamos perdido contacto, durante algunas semanas, sabía que necesitaba tiempo y se lo di. Se sorprendió al verme con el pelo violeta, ya que antes lo tenía verde, me pidió perdón, dijo que se había visto como un estúpido al creerle a los demás y nunca dejar excusarme por esas falsas acusaciones. Yo lo miraba desde el otro lado estremo de la mesa, no quería volver a caer solo por tocarlo o de sentir su olor, por ver sus ojitos tristes y arrepentidos, no quería caer en sus excusas, no queria volver a sentirme perdida en una relación que no hiba a tener futuro.