Siempre supe que soy un experto en sentirme culpable
mi bien, mi muy querido
tu sonrisa de margaritas
tus ojos soleados
no los merezco
la profunda antigüedad de tu genio
qué mano celeste la puso en ese cuerpo humilde
en este mundo caprichoso
en este siglo que no me da la bienvenida,
que me echa a patadas
quién te dio tus palabras
el Alef se inventó en tu boca
para prescindir de besos
para permanecer en las arenas del alma
en el fluir de las cosas trascendentes
cuántos sos en realidad, y quiénes
y de qué universos
desde dónde me observaste y viniste
para reírte de mi asombro,
un experimento
y quién me hizo de barro,
siempre blando,
doy un paso, estoy fluyendo, me derrito
soy todo ojos para tus palabras
y demasiado pequeño para tu belleza
ay cuándo te compadecerás de mí
y me dirás tu verdad
para dejarme descansar en tu voz
decir, soy un tonto
y permitirme ser un tonto en tu presencia
y relajarme y no abarcar más de la cuenta
mas quien me dió esta gran pulsión hacia las cosas
bien sabe que yo no sé sino anhelarte.