Narra Graham
Hace poco logré darme cuenta que en los primeros segundos en donde mi mente despierta de entre los sueños, no oigo absolutamente nada a mi alrededor. Esos cortos momentos en los que mis ojos están aún cerrados, pero soy capaz de darme cuenta de que ya no estoy durmiendo.
Me gusta notar la luz por la ventana, es cálida, es luz de verano, y mis ojos se abren lentamente como un pequeño armario oxidado el cual sus puertan chirrían y se atascan en el primer intengo de ser abiertas. Estoy despierto y comienzo a oír.
Puedo sentir como uno de mis pies está desnudo y el otro está cubierto por un calcetín, siempre me pasa igual, me despierto sin un calcetín y mamá me regaña porque tiene que volver a comprarme algún que otro par, me pregunto a donde irán a parar esos calcetines desaparecidos
Suelo pasar varios minutos en la cama, mirando las grietas del techo las cuales ya están grabadas en mi memoria, pero la realidad me azota como un manto de agua helada en mi espalda, y me doy cuenta de que no merece la pena seguir queriendo vivir aislado en mi habitación. Me levanto inclinando mi cuerpo, y agarro mis gafas las cuales están siempre en la mesita de noche al lado de mi cama.
Arrastro los pies por el pasillo, la habitación de Amy está cerrada, pero soy capaz de escuchar las risas provenientes de su interior, comienzo a pensar que instalarle un teléfono fijo en su habitación no fue una buena idea. No me gustan esos aparatos, siempre taladran mis sonidos al sonar cuando menos te lo esperas, y lo peor de todo es que siempre suenan los dos a la vez. Me gustaba más cuando esas cosas no existían. La vida moderna es una mierda.
Siempre me hubiera gustado vivir en 1960 o 1950 tal vez, 1993 comienza a ser un número repetitivo en mi día a día, además es una cifra muy larga para pronunciar, aunque bueno, prefiero eso a vivir en los 2000, espero que cuando eso pase el mundo ya haya desaparecido.
Después de esa conversación conmigo mismo mientras recorría el pasillo de la planta de arriba de mi casa, al fin llegué al cuarto de baño, donde mi reflejo en el espejo hizo acto de presencia en mis ojos. Mi gesto cansado y con grandes ojeras debajo de mis ojos no ayudaban a mejorar mi autoestima, y es ahí cuando revuelvo mi cabello con mis dos manos antes de bajar la mirada hacia mi cepillo de dientes. Despertar, asearme, volver a mi cuarto. Esa era mi rutina mañanera. Me sentía una hormiguita la cual repetía su trabajo una y otra vez, con la diferencia de que yo no trabajo, solo me dedico a pensar cosas como. . . bueno, como esta, que soy una hormiga.
(. . .)
No tengo ni idea de cuanto tiempo había pasado desde que estoy despierto, tampoco sé a que hora me había despertado, pero comienzo a hacerme una idea cuando el olor a comida se colaba por las rendijas de la puerta de mi habitación y poco a poco comenzaba a acariciar mis fosas nasales. Mamá ha vuelto a cocinar asado, y esa comida me gusta porque me recuerda a mi niñez, a cuando no necesitaba la música de un desconocido para sonreír.
Mis tripas rugen, no he desayunado, y aún así aún estoy aquí, sentado en medio de mi habitación intentando arreglar mi guitarra. Esa misma guitarra que mi padre había roto hacía varias semanas atrás, tirándola por la ventana en un ataque de ira hacia mí. «Mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo te diga» «¿Música? ¿Y luego qué? ¿Piensas irte de gira mientras consumes heroína?» Sus palabras resonaban en mi mente y mi nariz se arrugaba a la vez que mi mandíbula se iba apretando cada vez más. Mi rabia es tan grande que ya es demasiado tarde para darme cuenta de que he roto una cuerda de mi guitarra al tirar tanto de ella. Genial, ahora mi guitarra está peor que antes.
-¡La comida está lista!- Mama gritaba desde la planta de abajo, y un suspiro aspero de hartazgo salía de mi boca mientras me levantaba rápidamente de mi sitio y guardaba las piezas de mi destrozado instrumento en la parte más alta de mi armario. Papá cree que no volví a recuperar la guitarra después de ese día, si se llega a enterar que no es así seguramente lo próximo que rompa no sea solo un trozo de madera con cuerdas.
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𝐖𝐄 𝐂𝐀𝐍 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓 𝐎𝐕𝐄𝐑 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍 - Gramon (ESP)
Fanfic"𝘛𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘰𝘴 𝘥í𝘢𝘴 𝘪𝘣𝘢 𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘵𝘰𝘤𝘢𝘳 𝘵𝘶𝘴 𝘤𝘢𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘣𝘢𝘴 𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘵𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘭𝘪𝘮𝘰𝘴𝘯𝘢. 𝘌𝘳𝘢𝘴 𝘭𝘰 ú𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘤𝘢𝘭𝘮𝘢𝘣𝘢 𝘋𝘢�...