El ruido del campamento despertó a Dani, que se sentó en el catre estirando los músculos agarrotados después de días de dormir en el suelo, conducir sin descanso, era la primera vez en semanas que lograba dormir más de 2 horas seguidas.
– ¿Estas despierta? – Carl asomó la cabeza.
– Buenos días enano.
El niño sonrió y entró llevando un cubo de agua en la mano.
– Mamá me dijo que te lo trajera.
– Gracias Carl. ¿Sabes donde está Ariel?
– Está fuera, con Sophia – dijo el niño mirando intrigado a su hermana mayor. Aunque los separaban 12 años estaban muy unidos.
– ¿Sucede algo enano?
– ¿Es verdad que estas casada con el tío de Ariel, el señor Dixon?
– Sí Carl, es cierto – confirmó su hermana.
– Está bien, me gusta – dijo el niño sonriendo mientras abrazaba a su hermana mayor – Y me cae bien Ariel, aunque es muy pequeña.
– Sí lo es. Ha perdido a sus padres Carl ¿Me ayudaras a cuidarla?
El niño asintió y le dijo a su hermana que iba fuera. Danielle se lavo y salió fuera de la tienda mientras se sujetaba el pelo en una trenza. No tardó en localizar a su madre, acercándose a ella la beso en la mejilla.
– Buenos días. ¿Cómo me habéis dejado dormir tanto?
– Tu padre dijo que lo necesitabas cariño – dijo Lori mientras le tendía una taza de café. Cogiendo la mano de su hija preguntó – ¿Casada cariño? ¿Cuándo pensabas decírnoslo? Eres tan joven – dijo Lori.
– Soy unos años mayor que tú mamá – dijo la joven – Y estaba segura de que eso era lo que quería. Como le conté a papá pensábamos ir en cuanto estuviéramos de permiso, pero cuando Daryl volvió me movilizaron a mi y luego pasó esto.
Lori asintió sonriendo a su hija, se había preocupado cuando Rick le había contado la historia, pero en los ojos de su hija veía lo mucho que amaba a Daryl y se sintió feliz por ella.
– ¿Hace mucho que no le ves?
– Cuatro meses.
– Ya no tardará cielo.
La joven asintió bebiendo el café. De pronto escucharon a los niños gritar.
– ¡Mamá! ¡Mamá!
Lori, Dani, Carol y varias personas más salieron corriendo hacia los pequeños. Cuando llegaron vieron lo que había provocado los gritos. Un caminante estaba inclinado sobre el cuerpo abatido de un ciervo. Dani cogió a Ariel y la apartó del peligro mientras su madre y Carol hacían lo mismo con Carl y Sofía. Su padre, Dale y Jim se acercaron golpeando al caminante cuando se levantó haciendo que su cabeza se separara de su cuerpo. De pronto oyeron a alguien jurar y despotricar.
– Maldito sea, llevaba medio día siguiéndole el rastro – dijo mientras pateaba lo que encontraba en su camino ajeno a las palabras de Dale que intentaba tranquilizarlo, al ver la cabeza del caminante le disparó una flecha y mientras la extraía de nuevo dijo – Tenéis que disparar a la cabeza, ¿o no os habéis enterado aún?
Dani no pudo evitar reír al verlo. Al oírla Daryl miró en su dirección, al verla cerró los ojos y los volvió a abrir, como si no creyera que lo que veía era cierto. Ante la sorpresa del grupo el cazador soltó su ballesta y corrió hacia la joven abrazándola con fuerza.
– Dani – dijo cogiendo su cara entre sus manos, sus dedos acariciaban ese rostro tan amado para él – Dani – volvió a susurrar antes de tomar sus labios en un posesivo beso. Pensaba que no la volvería a ver, a besar, y la tenía ahí, en sus brazos.