capitulo 3 parte 2

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Sin pensarlo se transportó a donde se encontraba la pequeña dama y lo siguiente que vio fue algo graciosos, arriba de un candelabro se encontraba su pequeña damita sujetándose con todas sus fuerzas junto a ángel y Husk, mientras que debajo de ese y volteando hacia arriba, un pequeño ratón miraba con curiosidad.

- ¡Vamos bebe!, bájate y comete a esa cosa- la araña intentaba empujar sin éxito al felino que simplemente se aferraba con más ganas al soporte de la lampara, Husk miraba a Ángel con odio mientras se aferraba cada vez más para no caer y ser presa del pequeño animal. – ¡bájate tu idiota! – de un momento a otro Husk cambio su posición para ser ahora el quien empujaba a la araña de a poco. Se veía como el candelabro se iba despegando del techo mientras el gato y la araña peleaban para que alguno de ellos le hiciera frente al pequeño animalito de bajo de ellos. Sin pensarlo mucho, Alastor se acercó rápidamente y atrapo al animal con un chasquido y de paso también a una Charlie que solo con verlo con los brazos extendidos invitándola a soltarse se lanzó antes de que el candelero se viniera abajo junto con los otros compañeros.

Ignorando al par que estaba aún en el suelo, comenzó a checar a la princesa para ver si traía algún rasguño o lesión, mientras esta se recuperaba del susto impuesto por el animal. Charlie nunca pensó que un pequeño roedor causaría tanto miedo, se le hizo estúpido ver como el felino y el arácnido intentaban trepar a lo más alto para no ser tocados por ese dimito animal, intento atrapar al ratón, pero no esperaba que este con solo verla acercarse a él, cambiara su apariencia inocente a una tétrica y feroz intentado atacarla a toda costa, cuando menos lo espero estaba junto a los otros dos intentando estar lo más lejos posible de esa cosa. Fue un alivio ver a Alastor responder su llamado de auxilio y más cuando la recibió con los brazos abiertos para atraparla antes de que se hiciera algún daño. Ahora solo miraba como el mencionado la examinaba por cualquier duda.

Ver el repentino acercamiento entre la princesa y el demonio rojo era algo peculiar para nuestros queridos compañeros de juego y bebida. Tanto Ángel como Husk se habían percatado de la nueva atmosfera que comenzaba a brindar el hotel, era algo inusual ver a Alastor preocupado por alguien más que no fuera el o por su ética extraña. Queriendo encontrar una lógica a lo que veían optaron por el simple hecho de que el demonio rojo solía ser caballeroso a su forma.

- ¿Vez lo mismo que yo nene? - el amigo afeminado seguía sin entender lo que tenía ante sus ojos

-Desgraciadamente si- Husk de a poco saco dos botellas de alcohol de su sombrero y le paso una a Ángel

Quien diría que tanto ángel como Husk eran unidos y parecidos, con el paso del tiempo se habían hecho muy buenos amigos y solían chismear cuando se daba la oportunidad como la que tenían enfrente en ese mismo momento, pero no eran idiotas si Alastor los llegaba a escuchar sus teorías lo más probable es que al día siguiente no habría restos de su existencia, intentado no pensar tanto en lo que veían retomaron sus actividades para dar espacio a los dos socios, no sin antes darse unas miradas conspirativas.

- ¿En qué tanto piensas cariño? - la voz de su querido compañero le sacó de sus pensamientos, Sabía que no debía pensar mucho en lo que había pasado hace algunas horas, ahora se encontraban finalizando las sesiones de rehabilitación de sus huéspedes, mientras acomodaba el material de apoyo en su lugar, el causante de su distracción se encontraba limpiando el piso de la pequeña estancia en donde había decidido hacer la sesión. En todo el transcurso de esta había estado distraída. Deseaba que pasara más rápido el tiempo para llegar al momento en donde el Wendigo dirigía toda su atención a ella. Desde el momento en el que el comenzó a inspeccionarla con tanto cariño y concentración, habían surgido sus deseos de abrazarse a él y no soltarse, pero por las mismas presencias de sus demás compañeros se resistió a ese impulso.

Charlie se acercó de apoco en donde se encontraba aquel ente que la miraba con curiosidad, con sus pasos tranquilos y serenos se posó en frente mirándolo a los ojos, tímidamente coloco su cabeza en su pecho esperando algún movimiento brusco o un gesto de incomodidad. Algo cálido se adentró en su cabellera dándole un pequeño masaje a su cráneo en el mismo momento que un brazo la apegaba más al cuerpo contrario, Alastor la había refugiado en sus brazos protectores sin miedo alguno.

-gracias- su delicada y hermosa voz diciéndole esas palabras fue para su ser como un estallido de varios colores.

Para él era poco decir que estaba desesperado por pedir la atención de su pequeña dama, fue un total martirio esperar a que no hubiera nadie que los interrumpiera, le costó tanto esfuerzo mantener sus impulsos al margen, pero ver como su princesa se acercaba a pedir su atención fue inevitable, la necesidad de apegarla a el y ver como esta se relajaba en sus brazos fue relajante para su ser.

Estaban tan ensimismados en su pequeño refugio que no captaron a un ser de cabellera larga y blanca observando desde lejos.

Vaggi solo podía sentir furia en su corazón, ver a Charlie muy cariñosa con el demonio rojo solo la alertaba y le molestaba, pero prefería ignorar el sentimiento. Ese tipo de sentir no debía existir después de todo, ella había dejado a Charlie por Helsa alguien mas centrada y con los pies en la tierra, tal vez algo gruñona y mimada, pero con una mente más realista que su ex. De apoco se alejó del momento romántico de esos dos y dejarlos a solas, total no tenia por que meterse en algo que no le importaba, o eso pensaba.

- Me agrada que seas muy buen amigo conmigo - ¿Había escuchado bien? "AMIGO" si un tiempo atrás le hubieran dicho así no le hubiera importado en lo más mínimo, pero ahora que la princesa se lo decía algo en su interior se retorcía y dolía. 


CariñitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora