Aquella mañana había comenzado como cualquier otra para Samuel; frente al espejo, tratando de escoger algo abrigado debido a la temperatura, pero que se viera lo suficientemente bien como para salir a la calle sin perder el estilo. Terminó por elegir un abrigo negro, largo, que iba en juego con su camiseta blanca y sus jeans negros, al sentirse satisfecho con su apariencia, tomó su mochila, su móvil y salió del departamento en dirección a la Universidad.
No llevaba mucho viviendo en Noruega, había llegado hace casi un año y la verdad no era lo suficientemente cercano a nadie como para decir que tenía algún amigo. Sobretodo porque la gente de su carrera no llegaba "a su nivel" y aquel pensamiento no era algo que le impidiera del todo entablar amistades; era su padre, quién no le permitía relacionarse con personas que no fueran de su nivel. . . no podía arruinar el honor de su familia. Era el típico callado de la clase, pero no porque fuera tímido, más bien tendía a lo misterioso, las personas solían evitarlo, aún más cuando solía caminar por los pasillos con aquel aire de superioridad.Detuvo el auto en el estacionamiento de la Universidad, y con agilidad bajó del auto, cargando sus pertenencias en dirección al aula de clases en donde empezaría su mañana. Subió al elevador y marcó el séptimo piso; su destino. En el camino el ascensor se detuvo en el segundo piso, un estudiante que jamás había visto se subió con el; el chico de cabellos platinados le sonrió, pero el no devolvió su sonrisa, a decir verdad lucía como alguien demasiado del común, a pesar de que se veía bastante atractivo; era significativamente más alto que el, y bastante más delgado, con unos ojos verdes... ¿o eran miel?. El chico le miraba con atención, pero su expresión había cambiado cuando notó que el pelinegro lo examinaba con la mirada.
—¿Se te perdió algo? —Cuestionó el más alto, mirándolo con las cejas elevadas, aprovechó aquellos segundos de silencio para disfrutar del aroma que desprendía el cuerpo ajeno,la loción que llevaba olía delicioso. Cuando se cansó de esperar respuesta alguna, rodó los ojos ante la falta de respuesta contraria y cuando el elevador abrió sus puertas, bajó rápidamente. El pelinegro le vio perderse entre la multitud en los pasillos; Rubén también se había fijado en el contrario, pero al menos había tenido la decencia de disimular un poco.—¿Se habrá dado cuenta?— Se preguntó Samuel en voz baja, mientras soltaba una risa suave y negaba. Había pasado totalmente por alto las palabras del chico, su rostro aún daba vueltas en su mente pero no podía hacer nada al respecto, ni siquiera sabía quién era, o a que carrera iba, sencillamente era una persona con la que había compartido unos breves momentos y probablemente jamás lo volvería a ver, o eso creía el.
La mañana pasó tranquilamente, al menos eso pensaba el pelinegro, pero había estado bastante distraído en sus clases, ¿La razón? aquel chico de piel blanca y ojos verdes que había cruzado en el elevador. No podía parar de imaginarlo, su rostro daba una y otra vez vueltas por su mente, vale, tenía que detener aquello, pero el sonido de su voz llegaba una y otra vez a sus oídos, le absorbía la mente por completo.
Quería volver a verle, encontraría la forma de cruzarse con él una vez más.
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Counting Stars (Rubegetta)
FanfictionEn dónde Samuel de Luque es el hijo de uno de los millonarios más reconocidos de España y es estudiante en una de las universidades más importantes de Noruega, en dónde también estudia Rubén gracias a una Beca. Basada en una interpretación de la c...