6.𝓘'𝓿𝓮 𝓫𝓮𝓮𝓷 𝓹𝓻𝓪𝔂𝓲𝓷𝓰 𝓱𝓪𝓻𝓭,𝓼𝓪𝓲𝓭, 𝓷𝓸 𝓶𝓸𝓻𝓮 𝓬𝓸𝓾𝓷𝓽𝓲𝓷𝓰 𝓭𝓸𝓵𝓵𝓪𝓻𝓼, 𝔀𝓮'𝓵𝓵 𝓫𝓮 𝓬𝓸𝓾𝓷𝓽𝓲𝓷𝓰 𝓼𝓽𝓪𝓻𝓼

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La fiesta de fin de semestre se acercaba cada vez más, todos sus amigos tenían pareja hasta el momento, Rubén era el único que no iría, prefería quedarse encerrado en casa jugando un buen videojuego con un par de cervezas.  Mangel insistía una y otra vez en que debía conseguir una buena chica de compañía, no se hacía la idea de emborracharse sin su mejor amigo. Al final, Rubén terminó accediendo, sabiendo claramente que no haría ningún esfuerzo en encontrar pareja, sobretodo porque no estaba interesado en ninguna "Buena chica".

Aquellos últimos días su amigo virtual había desaparecido, le había escrito cada día, y sin embargo aún no obtenía respuesta alguna. Comenzaba a preocuparse, pero no sabía como más podía contactarlo puesto que hasta ahora no habían intercambio ningún otro tipo de información. 

—Rubius...¿Qué te pasa tío? es la quinta vez que revisas el celular en 10 minutos. —Un preocupado Miguel Angel le observaba, sí Rubén era adicto a la tecnología pero cuando estaba con él le ponía atención, y no era la primera vez que tenía que llamarle la atención porque se daba cuenta de que estaba pasando de largo de lo que le estaba diciendo. 

—Sí, sí, es solo que estoy esperando un mensaje importante y no llega aún. — "Mensaje importante" de Vegetta. Suspiró suavemente y negó un poco mientras desviaba la mirada de los ojos escrutadores de Mangel. 

—Dime la verdad Rubius, me estás mintiendo. — Mierda. Mangel le conocía como la palma de su mano, era obvio que iba a percatarse que había algo que no estaba bien. El ojiverde volteó a verlo y tomó aire despacio antes de hablar. 

—Conocí a alguien por internet y llevamos casi 3 semanas hablando, pero han pasado casi 3 días y no me ha escrito aún, tío, no sé qué hacer.— Mangel le miraba con una ceja enarcada, ¿Rubén tan coladito por un amigo virtual? Soltó una suave risa, recibiendo a cambio una mirada de reproche. 

—Bueno, puede que haya perdido el móvil y no tenga como responderte en este instante, relájate. — El chico de cabellos blancos negó lentamente y suspiró, aquello no tenía sentido para el, pero no seguiría tocando más el tema. 

Media hora después Rubén subió hasta su departamento. Mangel y el vivían en el mismo edificio de estudiantes pero no compartían piso. Al estar dentro se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos. Un suspiró nuevo escapó de su boca y apretó los labios; se sentía abandonado y se estaba culpando bastante por permitirse sentirse de esa forma por alguien que ni siquiera conocía. La notificación de twitter que sonó le sacó de sus pensamientos y de una vez tomó el celular para ver quién era. Su corazón casi se detuvo cuando descubrió que era Vegetta quién le escribía. 

—"¿Tienes tiempo para hablar?"— Rubén pasó saliva y con el corazón acelerado respondió un breve "Sí..." no deseaba verse tan necesitado de atención, pero en ese momento lo único que quería era saber de él. 

—"Te he extrañado, he de decir la verdad, pero...Bueno, estuve pensando bastante estos días en si quisieras...Ya sabes..." —Envió el mensaje incompleto y cuando el ojiverde recibió la respuesta quiso golpearle por escribir de esa forma y no completar sus frases, siempre se lo hacía. 

—"¿Qué cosa?"— Cuestionó Rubén, recibiendo respuesta casi inmediatamente después de haberle dado al enter. 

—"Conocerme".— A Vegetta le temblaban las manos mientras le escribía; quiso borrar el mensaje en el mismo momento en el que lo había enviado, pero era demasiado tarde para arrepentirse. Había desaparecido bastantes días (no eran tantos pero el los sentía como una eternidad) pensando en qué hacer. ¿La razón? Bueno, Samuel quería invitar a Rubén a la fiesta de fin de semestre. 

Rubén duró varios minutos mirando la pantalla atónito, ¿Acaso era estúpido? ¡Claro que quería conocerlo! pero el miedo le corrompía por dentro y los nervios se apoderaban rápidamente de su cuerpo, no se lo esperaba, pensaba que jamás lo conocería pues sabía que el no tenía las agallas para pedirle conocerse, al menos sabía que no le había pasado nada malo en el tiempo en el que no habían hablado, y que estuvo pensando en él... En él. No se dio cuenta de la sonrisa atontada que se había apoderado de sus labios hasta que se vio reflejado en la pantalla del móvil y soltó una risa. 

—"Sí quiero, Vegetta, quiero conocerte" — Diez minutos tardó en llegar la respuesta al celular del castaño, un montón de pensamientos habían cruzado su mente en aquel tiempo, ya había dado por perdido todo cuando recibió el mensaje. La sonrisa de emoción que cruzó su boca era imposible de disimular. Soltó una carcajada, totalmente ilusionado, y respondió rápidamente. 

— "El sábado, a las 7pm paso por ti, envíame tu dirección".— Rubén casi saltó de la cama con la respuesta y apretó los dedos de los pies conteniendo la emoción. 

—"¿Cómo sabré que eres tú?"— Preguntó el ojiverde inmediatamente después de haber enviado su ubicación, se había levantado de la cama y había comenzado a caminar por todo el lugar tratando de controlarse. 

—" No te preocupes, yo sabré que eres tú"—

Counting Stars (Rubegetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora