Capítulo 4

2.1K 135 12
                                    

Scott y yo no tardamos en llegar al loft de Derek, no pude evitar sentir una opresión en mi pecho al ver el lugar donde solía vivir con el lobo, cuando nos bajamos del coche vimos como el auto de Jackson de igual forma ya estaba aquí, por lo que era fácil deducir que varías parejas ya había llegado, noté como Scott agudizó su olfato y oído, para después poner una cara de preocupación, preferí no preguntar y subir rápido a donde ya se encontraba la mayoría, contuve una leve risa al ver a Lydia batallando con Jordan para que la soltara, mientras este la sostenía con un rostro de total calma.

— Bebé, por favor, relájate, si te metes en una pelea con él, estoy bien sin que ese tipo me rompa la nariz

Dijo una vez su novia se relajó un poco, después de decir aquello la soltó, ella se acomodó el pelo.

— ¿Me recuerdas porque salgo contigo y no con Aiden?

Dijo la banshee con su usual mirada neutral, todo iba un poco bien hasta que recordé dónde estaba y el por qué.

— Lydia, preciosa, maravillosa, por favor, nos podemos ir.

Pedí con voz suplicante ignorando el leve gruñido de Hale, fui hasta la pelirroja y tomé su mano cautelosamente para empezar a caminar en dirección a la salida, ya casi lograba sacarla hasta que él tenía que abrir su bocota.

— Todos vayanse, excepto Stiles, tú te quedas.

Lydia volvió a reaccionar y estaba a punto de ir a golpearlo cuando yo tomé su brazo para detenerla, la mire de forma calmada y ella pronto comprendió, por lo que solo se me acercó, me abrazó y murmuró en mi oído que cualquier cosa la llamara, yo solo asentí con un suspiro mientras la manada empezaba a salir del loft al comprender la situación, los únicos que se quedaron fueron Cora y Scott, los cuales se veían necios a no salir del lugar.

 — ¿McCall, Cora, no me escucharon acaso?

Dijo Derek a lo que solo lo miré mal mientras que los otros dos lobos le gruñeron mientras salían del lugar, aunque sabía que se iban a quedar afuera por cualquier situación que ocurra, lo que me hacía sentir un tanto seguro. Una vez solos Derek intentó acercarse, pero yo retrocedí antes de que eso ocurriera cubriendo mi vientre con mis brazos.

— Me alegra ver cómo proteges a nuestros cachorros, aunque duele saber que los proteges de mí...

Murmuró deteniendo sus pasos al verme actuar de esa forma, yo me limité a bufar desviando la mirada.

— ¿Qué quieres Hale? ¿Vas a intentar convencerme de abortar de nuevo?

Sabía que lo había herido un poco al notar la pequeña mueca que realizó, empezó a avanzar de nuevo a mi dirección, por lo que yo seguí retrocediendo hasta que choque contra la pared, lo que hizo que empezara a sentir algo de ansiedad.

 — Quiero disculparme.. no debí haberte dicho eso, simplemente estaba confundido, aterrado y algo molesto... sé que no es excusa, pero quiero pedirte perdón y si no es mucho pedir, que regreses a mi lado, sabes que no puedo vivir sin ti...

Pidió posando sus manos en mi cintura atrayendome a él mientras recargaba su cabeza en mi hombro, como solía hacer cuando me molestaba ya que eso me relajaba, una pequeña lágrima traicionera se escapó de mis ojos, yo solo la limpie bruscamente y lo empuje para poder alejarme de él.

— No, solamente no, no puedes hacerme mierda, rechazar a tus hijos y después venir al día siguiente y pedir perdón y que regrese a tu lado como si nada, eso no se hace, si en verdad nos quieres a tu lado tendrás que esforzarte, si es necesario vas a ponerte de rodillas llorando rogando mi perdón, demostrarme que en verdad quieres a mis hijos, porque si no los vas a querer, prefiero estar sin ti.

Escupí molesto mientras mis ojos empezaban a derramar más lágrimas que ni me tome la molestia de limpiar. No lo deje ni responder y salí del lugar abrazándome a mí mismo, cuando me subí a la jeep ví a Cora y Scott dentro de esta, se limitaron a abrazarme fuerte e intentar tranquilizarme. Al verme en tal estado ambos decidieron pasar la noche conmigo y consentirme, sobretodo la chica que no paraba de acariciar mi vientre diciendo cuánto iba a consentir a sus sobrinos, mientras que Scott se encontraba contando una de sus tantas anécdotas en las que hacía alguna tontería y tenía que llegar Isaac a salvarlo, haciéndonos reír bastante, así nos la pasamos toda la tarde hasta que llegó mi padre, por lo que ya cenamos los cuatro juntos, al terminar los chicos fueron a lavar los platos mientras yo me quedaba sentado esperándolos, puesto que cuando quise ayudar me lo negaron diciendo que debía descansar y cuidarme mucho por los cachorros.

— Chicos, insisto, lavar los trastes no va a hacer que me muera o que le pase algo a los bebés, aparte no me gusta dejarlo todo al resto.

Pedí levantándome de la silla, estaban a punto de protestar cuando escuche el timbre de la casa, pronto me dirigí, lo que nunca esperé fue que al abrir la puerta me encontrara con Jeremy Gilbert, un viejo amigo que llevaba años sin ver, este me sonrió con su típica mirada de cachorro y yo me tiré encima suyo abrazándolo fuerte, él correspondió rápidamente, acarició mi espalda, pero me soltó rápidamente poniendo en posición de ataque al escuchar los gruñidos de mis amigos lobunos, los cuales estaban detrás mío viéndolo con sus ojos brillando, los de una amarillos y los del otro rojos. 

No lo quiero - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora