Capítulo O.4

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No, por supuesto que no. Él no necesitaba ninguna niñera, podía valerse por sí mismo.

—No lo haré Namjoon-ah ¡Puedo cuidarme solo!

No supo en qué momento comenzó a gritar, pero, ¡Joder! No era un niño, él podía valerse por sí mismo.

—Pues lo siento mucho, hermano. Pero no te voy a dejar irte por tu propia cuenta. Sino quieres a una enfermera, en todo caso llamaré a tu madre y sé que ahora si ella no te va a dejar solo para nada.

Jin soltó un estruendoso grito de protesta. Namjoon no le había dejado ninguna opción ¡Maldita sea!

(*****)

JiSoo permanecía detrás del mostrador de las enfermeras, preparando el suero que debía cambiar dentro de diez minutos a la paciente de la habitación 425 y los calmantes que debía aplicar a la señora Jang  de la habitación contigua.

Lamentablemente su mente en ese momento estaba aún en la habitación del hombre de cabellos negros y rostro perfecto ¿Porqué se sentía de aquella manera? Solo debía ser un paciente más, pero no podía, aún no.

JiSoo sacudió la cabeza y con un par de bandejas de plata en manos se dirigió a la habitación para cambiar el suero del paciente, al entrar en esta el paciente estaba profundamente dormido; para no despertarlo lo cambió rápidamente y salió de ahí haciendo el mínimo ruido posible. Luego se dirigió a la habitación de la señora Jang, esta se encontraba despierta y la recibió con una sonrisa.

—Buenos días señora Jang.

—Buenos días, JiSoo-ah.

—¿Siente mucho dolor? —preguntó JiSoo mientras cargaba las jeringas con los calmantes.

—Solo cuando pienso en mi pobre puesto de jjapaguri y en cómo lo debe estar manejando mi hijo.

Ambas soltaron una pequeña risa. JiSoo comenzó a negar un par de veces por las ocurrencias de la señora de más de cincuenta años. JiSoo colocó los calmantes en el gotero del suero.

—Bien, esto no ayudará con lo de su puesto, pero evitará que otra dolor aparezca.

Antes de retirarse arregló un poco más las almohadas y extendió las sábanas, la mente de JiSoo aún rondando en aquél extraño.

—¿En quién estás pensando?

—¿Huh? —la pregunta hizo que el rubor se expandiera por sus mejillas.

—Por tu rubor creo que ya sé un poco ¿Es guapo?

—No sé de lo que está hablando señora Kang.

—No intentes engañar a esta vieja, he pasado por tu edad y tuve una hija. Sé que estás así por un hombre, no trates de engañarme.

Sorprendida de sus palabras, JiSoo terminó de acomodar la cama y tomó asiento en uno de los pequeños bancos que habían en la habitación.

—Sí, pero no sucede nada con él. Creo que es una simple atracción que acabará en unos días.

—¡Tonta!—gruñó la señora mientras jalaba al mismo tiempo un pequeño mechón del cabello de la joven enfermera.

—¡Auch! ¿Y eso porqué fue?

JiSoo se sobó el lugar de donde provenía el dolor y observó a la señora con los ojos abiertos.

—Eso lo descubrirás por ti misma, pero sólo te diré que una mujer tan linda y joven no debe cerrarse en sus sentimientos. Debes vivir niña.

—Está bien señora Jang, yo tengo que ir a cambiar otro suero. Si necesita algo no olvide que puede tocar el botón y una enfermera vendrá lo más pronto posible.

No quería hablar más, no podía. Ella no debía dejar que sus sentimientos fluyeran o fueran más produndos, por nadie. Todo lo que quería terminaba por ser destruido.

"A todas las enfermeras se les solicita ir a la oficina del Doctor Kim"

¿Cuál era el motivo por el que estaban convocando a todas las enfermeras? Un tanto preocupada dejó con rapidez las bandejas que cargaba y se dirigió con velocidad a donde las habían citado.

JiSoo se sentó en el banco de la oficina, entre dos enfermeras, mientras que Namjoon se movía de un lado a otro y comenzaba a explicar para que las había citado. Su explicación era que requería una enfermera para cuidar indefinidamente al hombre del que no podía sacar de su mente.

No podía ser ella, no. Ella iba a olvidarlo una vez que abandonara el hospital.

Su mirada se giró hacia las otras enfermeras. Cada una comenzaba a explicar las razones por las que no podían tomar ese trabajo. Familia, la responsabilidad que requería, tiempo, esas fueron algunos de los argumentos por los que no podían tomar el trabajo.

—¿Quién es él? —murmuró JiSoo. Aunque sabía la respuesta, esperaba con toda su alma haberse equivocado y que se tratara de otra persona.

Su trémula mano voló a la garganta, en un ademán defensivo. El pánico volvió a su rostro, fuera de control.

—Es él, el hombre que atendiste la noche anterior—dijo Naeun.

—Sé que tu puedes JiSoo-ah, yo lo haría pero mi hija apenas tiene cinco años y no puedo dejarla por meses—agregó Jae hwa.


Cerró los ojos y asintió con la cabeza.
Tenían razón, ella era la que menos obligaciones tenía.

—Sí, yo... Yo puedo tomar ese trabajo.


—Entonces JiSoo-ah, tú serás la encargada del paciente por algunos meses —dijo simplemente Namjoon.

—Si doctor—susurró.

Las enfermeras salieron del lugar y sólo ella permaneció en su lugar.

—Gracias JiSoo-ah. —habló Namjoon.

—¿Ah? —JiSoo frunció el seño.

—Gracias. —posó su mano derecha sobre el hombro izquierdo de la pelinegra— Por un momento pensé que no encontraría a nadie para este trabajo. Jin-ha es mi mejor amigo y yo solo quiero que esté bien. Por eso te agradezco, ayudarás a mi amigo y sé que está en muy buenas manos... Bien, antes de que te vayas cuando termines tu turno te daré la dirección de tu nuevo trabajo y algunas recomendaciones para lidiar con ese dolor de culo.

JiSoo soltó una risotada y el ambiente pesado se esfumó.

Quizá no sería tan malo.

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Perdón por no actualizar antes, pero el capítulo ya está aquí así queeeeee disfruten. ❤️

Tomen awa, lávese las manos y no se olviden de reproducir sour candy en spotify y yt.

A. Sky. ❤️

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⏰ Última actualización: May 31, 2020 ⏰

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