Rene.

14.La biblioteca

Rene había entrado en un paraíso, no podía creer como había tantos libros en una sola habitación. Aquellos libros estaban ordenados por secciones, y dentro de ellas por orden alfabético. Empezó pasando la mano por las estanterías más cercanas.

Y en aquella solitaria habitación se escuchaba a Rene leyendo -Estrategia, historia, lenguaje, matemáticas, nanas infantiles- iba diciendo mientras se quedaba asombrada por tal cantidad de volúmenes que iban pasando ante sus ojos.

Pero de repente se paró enfrente de un libro, que por su aspecto se deducía que era antiguo        –Libro de códigos descifrados- leyó en voz alta, lo cogió y se fue a una de las mesas de madera que se encontraba en el centro de la habitación, y comenzó a leerlo.

Pasó media hora y empezó a escuchar voces e intento meter el libro en la bolsa para irse de allí, pero no pudo.

Entonces notó una mano en la pierna, se asustó y se dio la vuelta, pero no había nadie. Rene sabía que alguien le había tocado la pierna, o eso o había perdido completamente la cabeza.

-¿Hola?-dijo Rene con la voz temblando -¿Hay alguien aquí?- pero nadie contestó.

-¿Eres la princesa?- Se oyó una voz a lo lejos. Por su textura parecía una niña pequeña.

Rene no sabía si esa pregunta era producto de su imaginación o no, pero aun así respondió. -¿La princesa? – Dijo confusa- No, pero puedes decirme lo que quieres. No te voy hacer nada- dijo con la esperanza de que la persona con la que estuviese hablando saliese a la luz

Y entonces una niña pecosa salió de las estanterías, no tendría más de seis años, y como era pequeña podía escaparse por alguno de los agujeros que había en la pared.Rene al verla se sorprendió. Cómo podía una niña estar ahí. 

–Hola, soy Rene. ¿Cuál es tu nombre?- dijo de forma cariñosa para que la niña no se asustase.

-Natalie, mi mamá me ha mandado aquí para darle esto a la princesa. Pero no sé dónde está. Creo que me he confundido de entrada- dijo la pequeña.

-¿Y cómo es la princesa? ¿Sabes cómo se llama?-

-Olivia-contestó la niña. Y Rene se quedó de piedra. Oliva ¿princesa? Tenía que ser un error.

-Tú la conoces ¿verdad? Te hemos visto esta mañana a su lado mientras la reina se iba.-Rene no se podía creer lo que estaba escuchando. 

–Sí. La conozco- o eso creía Rene. –

-¿Quieres que le de eso de tu parte?- le pregunto Rene a la pequeña Natalie.

-Vale, gracias.- y en la cara de Natalie se dibujó una sonrisa mientras le daba un pergamino. – A por cierto, me han dado esto, no sé lo que es pero me han dicho que se lo dé también- y entonces le entregó lo que parecía una mochila.

-Gracias. – dijo Rene, pero la niña desapareció antes de que pudiese decir algo más.

Por lo que Rene volvió a quedarse sola en la biblioteca, aunque ahora tenía una mochila en la que había sitio para un libro. Así que después de aquella situación rara, cogió su bolso, el libro y el pergamino, y lo metió en la mochila, y se fue hacia su habitación. Ya que si se quedaba un rato más la descubrirían. Así que llegó hasta la puerta, la cerró como antes y se fue sin que nadie la viese.