Capítulo 2

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James P.O.V:

No estaba muy de acuerdo con viajar a Londres y vivir con unas chicas que no conocíamos durante casi todo un año, era una locura, además ni siquiera las conocíamos, ¡¿ que tal si eran perras psicópatas que nos violaran durante la noche?! o tal vez ¡¿si fueran las típicas niñas malcriadas de papi?! yo no podría vivir con unas chicas así durante casi todo un año, ni loco las soportaría.

La verdad creo que la única razón por la cual acepté fue porque no quería discutir con mamá pero ahora me estoy arrepintiendo seriamente.

(...)

Me levanté por el  estúpido sonido del despertador, lo tomé y lo apagué, me levanté perezosamente de la cama y salí de mi habitación para entrar al baño del pasillo, una ves dentro tomé una ducha rápida. 

Al terminar enrollé una toalla en mi cintura y caminé de vuelta a mi habitación. Opté por ponerme unos jeans rasgados, una camiseta negra algo pegada, unas vans negras y una camisa a cuadros azul con negro y blanco, revolví mi cabello y me coloqué un beanie encima de color negro.

Tomé mis dos maletas y mi mochila y bajé hasta la sala donde se encontraba Niall mirando algo en su teléfono sentado en el sofá, a su lado se encontraban sus maletas y su mochila.

- El taxi esta afuera- le dije a Niall saliendo de la casa y metiendo todas mis cosas en el taxi.

Al llegar al aeropuerto rápidamente registramos nuestras cosas y luego subimos al avión.

(..)

Durante todo el viaje me la pasé dibujando y escuchando música mientras que Niall estaba que se flirteaba a todas las chicas del avión, este imbécil nunca cambia.

Cuando el avión aterrizo fuimos uno de los últimos pasajeros en salir, fuimos por nuestras cosas y luego salimos para encontrarnos con las hijas del jefe de mamá.

No recuerdo cuanto tiempo pasó hasta que una chica nos tocó el hombro.

- ¿Son Niall y James Horan?- preguntó con una voz malditamente sensual.

La chica era de tez blanca casi pálida, tenía el cabello blanco como la nieve un poco más abajo de la cadera, sus ojos eran de color gris, mediría 1,70 maso menos, se notaba a kilómetros que tenia un cuerpo de infarto, tenía varios tatuajes en los brazos y cuello y por último tenía un piercing al lado derecho de la nariz y varios en las orejas.

Iba vestida con una camiseta blanca que dejaba a la vista su plano abdomen con un piercing en el, unos jeans  rasgados en las rodillas, unas viejas botas militares  negras y el cabello suelto todo desordenado.

Ella carraspeo su garganta haciendo que saliéramos del trance en el que nos encontrábamos.

- Si, somos nosotros- dije luego de un par de segundos.

- Genial, soy Max, la hija del jefe de su madre- dijo mientras caminaba hacia la salida.

No dudamos en seguirla.

Ella caminó hasta una hermosa jeep negra, dejamos las cosas en el maletero y luego nos subimos en la parte trasera del auto.

Cuando llegamos a la casa, mejor dicho mansion, Niall y yo nos quedamos muy sorprendidos de lo grande y bonita que era y también por el hecho de que había mucha seguridad,  bajamos y nos enseñó toda la mansion. Una ves dentro de la mansión  nos explicó un par de reglas de la casa como que por ejemplo habían cuartos a los cuales no podíamos entrar, que no podíamos traer a ninguna chica a dormir y cosas por el estilo.

Al caer la noche cenamos pizza.

- ¿Viste lo sexy que es?- me preguntó Niall.

- Si, no es como las zorras con quienes te acuestas- le dije parándome y subiendo las escaleras.

Los gemelos Horan y las gemelas Wayland (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora