Amantes de la A a la Z

Z

Ella se sentía libre. Tenía la vida trazada en coordenadas específicas de su libertad. Su altitud y latitud vitales la encaminaban a ser ella misma. Aquella mañana como cada día se desesperezó, abrió los ojos, reanimo su cuerpo y su razón, desayuno, salió de casa hacia su destino fijo de cada día. Al cabo de tan larga jornada se vio sentada en un puñado de frases entre las manos y pensó: "por ellas soy libre" y se alegró de pasar el día en su pequeño templo de palabras. Se sentía acompañada por ellas. Cada cierto tiempo paraba a contemplar en la pantalla de su computadora, un pequeño mapamundi en el que dos puntos verdes se posaban sobre dos ciudades distantes entre sí, veinte centímetros del mapa. De cada punto brotaban ondas concéntricas que se entrelazaban a medio camino. Las distancias del corazón, nada tienen que ver con kilómetros, nudos o años luz.

Un toro fetichista de pies, enamorado de la luna y un amante de la buena comida y supongo que del buen sexo. Tengo la certeza que es mejor nunca habernos conocido mas íntimamente, porque siempre quedará la expectativa , lo que no fue ni tampoco será. Así simple un tipo de amor  sin drama ni conflictos. Excitante expectativa efímera.