Todo al rededor del entrenador Furihata era un misterio, que deliberadamente eligieron ignorar.
Kise eligió las tardes de risas y juegos, con la mirada suave y dulce que lo escucho todo el tiempo que Kise hablo y la forma en que cada palabra que el adulto le decía, calma su corazón y sus preocupaciones sobre su futuro... porque al contrario de muchos, el entrenador Furihata no veía las expectativas de los demás sobre él, el entrenador solo veía a un niño y los sueños de ese niño.
Midorima se quedó con las sonrisas silenciosas de su entrenador cuando leía los mensajes de texto de un pelinegro, que muchas veces se iniciaron con un "¿Qué hizo Furi-chan hoy?" y las pocas veces que él lo inició con un "El entrenador dijo esto...", porque ninguno de los dos se atrevió a iniciarlo con una pregunta que sonó tan fácil, pero era muy difícil escribirla y aún más, decirla.
Murasakibara deseó que los dulces de chocolate y menta que Furihata conseguía nunca se terminarán, entonces por supuesto tenía que quedarse con el extraño entrenador al que su maestra de química no recordaba y era raro, porque su maestra y Furihata solían hablar durante las reuniones del lunes por la mañana de lo cual Murasakibara quiso advertirle que sería mejor no desarrollar ningún tipo de sentimiento romántico hacia ese hombre, claro si no quería desaparecer en circunstancias misteriosas.
¿Entrenador Furihata, quien es ese? Aomine frunció su ceño cuando uno de los integrantes del segundo equipo lo miró, como si le acabara de salir una segunda cabeza, luego, como si de repente lo hubiera recordado, el niño señalo detrás de Aomine, y cuando lo hizo, Furihata estaba ahí, saludando y sonriendo como siempre.
Aomine se quedó en silencio por algunos segundos, eso tal vez debió ser la chispa que incendió todo, para desconfiar del hombre, sin embargo, como todos, Aomine eligió un uno a uno con el entrenador Furihata.
Eligió perder de nuevo y seguir practicando junto al Entrenador.
Momoi se quedó con las tardes en equipo y las pinzas para el cabello en tonos rosados y pastel que usaba para el cabello, incluso cuando Furihata le pidió cambiarlas, por supuesto no lo hizo y se alegró cuando el entrenador Furihata dejo de pedirle que las cambiara y simplemente las acepto, como acepta que una niña de secundaria arregle su cabello por las mañanas con una sonrisa.
A Momoi realmente le agradaba y deliberadamente ignoró cuando Takeda-sensei, le pregunto una de esas mañanas: ¿Quién es ese hombre y por qué estás colocando pinzas rosas en su cabello?, un segundo después, antes de que Momoi pudiera pensar en nada más, el entrenador Furihata simplemente sonrió y Takeda-sensei dijo: ¡Oh, es el entrenador Furihata!
Todo fue raro en torno al entrenador, Momoi lo sabía.
Akashi y Kuroko también lo sabían.
Pero Akashi siguió amando al castaño cada vez que perdía.
Cuando las personas veían a Akashi, solo veían al heredero de una compañía multimillonaria, al niño genio, y algunas de estas personas estaban celosas, otras alabaron con sonrisas falsas, otras intentaban quedarse a su lado por su futuro brillante, y todo lo que Akashi podía hacer era solo mirar, fingir una sonrisa y seleccionar a las personas que convenía tener en su futuro y desechar a las que no.
Todo en su vida, estaba destino a ser así.
Sin embargo, el entrenador Furihata fue diferente. Este hombre no estaba contemplado en su vida, estaba completamente fuera de sus cálculos, fue una variable que destruyó por completo su futuro y su presente.
Y Akashi eligió eso, porque amaba la capacidad de ese hombre para destruir por completo todos sus cimientos y reconstruirlos con la facilidad de una sola sonrisa.
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Una historia diferente. |AkaFuri|
FanfictionEllos ganan y ganan y gana todos los juegos oficiales y los juegos amistosos, pero siguen perdiendo cuando se trata de Furihata.