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Durmió apurada, con las preocupaciones deformándosele en sueños. En un momento pensó que sería mejor no ir, después de todo la ruta que tenía que tomar era la misma en donde habían muerto sus padres, y además, si llegaba a Busan no sabría cómo moverse, por la inmensidad de calles desconocidas, ni qué pasaría si el amigo de su hermano no la dejaba quedarse a dormir. Pero lo que más la asustaba, y terminó confensádosela, era el encuentro con Park Jimin; el estaría dispuesto a acostarse con una mujer experimentada, no con una adolescente que nunca había estado con un hombre. Park Jimin, estrella del amor, en vez de desplegar su conocimiento, tendría que limitarse a enseñarle las cosas básicas, aunque eso podia no estar mal; pensándolo bien, la escena que más le había gustado de sus películas era una en la que el hacia de profesor y obligaba a un alumna quedarse después de hora. "No debo mirarle la entrepierna a el profesor Jimin", le dictaba sentado sobre el escritorio, "no debo mirarle de atrás al profesor Jimin cuando escribe en el pizarrón", y se paraba de espaldas a ella garabateando la tiza y levantándose despacio la camisa blanca dejando en vista sus trabajados abdominales. Finalmente la alumna fue penetrada por detrás mientras ella, reclinada sobre el escritorio se comía, entre aullidos, la manzana que él le había llevado de regalo.

•×•

No esperó a que sonara el despertador. Apenas vio que en la ventana se dibujaba un rectángulo azul, se levantó y comenzó a vestirse torpemente, despeinada, con un aire de marioneta sonámbula. Después juntó el papel con las direcciones, los veinte wons que le quedaban, el bolso chico que se había preparado con poca ropa y algunos sándwiches, y salió de la casa tratando de no hacer ruido.
Caminó por la penumbra celeste de las calles. Todavía no cantaban los pájaros. Se cerró la campera de jean para protegerse del fresco del alba y enfiló hacia la casa de Jisoo. Al bordear el cementerio, un cachorro blanco se le acercó con la cabeza gacha con mendigándole algo de comer. T/N le palmeó la cabeza, el perro le hizo unas fiesta y lo siguió. La ventana de Jisoo estaba en en el primer piso de una casa con un jardín, bien cuidado, con enanos y cisnes de yeso. T/N levantó una piedra redonda, echó el brazo hacia atrás para tirarla contra la persiana pero no lo hizo. Se quedó así, dudando con el brazo en alto. Por fin guardó la piedra en un bolsillo y se alejó sola hacia el río.

•×•

Desde las calles de tierra se veía el agua. Caminó las últimas cuadras. Algunas casas conservaban las veredas altas que se hacía antiguamente para evitar los barriles. Llegó al camino de ripio, dónde habría una larga defensa de bolsas de arena para mantener a raya la creciente.
Vio los portones de la plaza del parque sumergidos en el agua, los arcos de fútbol, los caños y las cadenas de las hamacas y toboganes sobresaliendo apenas de la superficie, los sauces mecidos por la corriente. Las copas de otros árboles surgían como manos de abogado. Entre los eucaliptos vagaban algunos pedazos de niebla. El río desbordado lo tapaba todo y llenaba el aire con un olor a barrio húmedad. Las últimas esquinas eran lamidas por la orilla, que avanzaba turbia. El busto del poeta de la ciudad asomaba a su mirada de desesperación callada con el agua a la altura de los labios.
Caminó. Los guijarros sonaban bajo las zapatillas. Ya estaba por salir el sol. De pronto descubrió que el agua había tapado la parte del camino que le faltaba recorrer para llegar al terraplén donde estaba atada la balsa. Un sulky con ruedas de automóvil, conducido por un hombre, lo pasó con un saludo casi imperceptible. Después se detuvo. El hombre giró y le dijo:

-¿Va para la balsa?

-Ahá -dijo t/n.

-Sí gusta, lo acerco.

T/N se trepó al sulky. El hombre apartó unas bolsas para hacerle lugar en el asiento.
El caballo pisaba el agua con desconfianza, asegurándose de tener tierra firme bajo los cascos. T/N oyó un ladrido y vio que el cachorro blanco lo había seguido y le ladraba desde el borde del agua.

-¿Es suyo el perro?

-No -contestó t/n

Anduvieron así durante un rato, en silencio. De pronto t/n se asustó: bajo sus piernas, algo en una bolsa se empezó a mover, y cayó en el piso del sulky un bagre Barroso y grande que daba coletazos desesperados. El hombre saxo un cuchillo y con el canto le pegó en la cabeza hasta que el pez quedó inmóvil.

-Son duros pa' morirse estás porquerías -dijo

T/N se quedó mirando el pescado atigrado, de largos bigotes pegajosos y púas en las aletas. Le parecía que los ojos le observaban culpándola. Con la punta de la zapatilla, lo empujó para ver sus se movía, pero estaba muerto.

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Holi :3

Espero que les haya gustado, si es así, dale a la estrellita, y si quieres puedes comentar. Eso me ayudaría mucho, y si hay alguna falta ortográfica no dudes en ponermela en los comentarios.
Sin nada más que decir me despido. Cuídense mucho, acuérdense de lavarse las manos y si llegan a salir, a cualquier lado, tomar las precauciones adecuadas.

Besos😘💜

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⏰ Última actualización: May 20, 2020 ⏰

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-Una noche con PARK JIMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora