Tenía la altura de los pollos y trataba de abrirse paso entre ellos, chocandolos, ensordecida por el post innumerable, recibiendo aletazos por esos animales enormes de crestas y patas escamosas, monstruos prehistóricos con garras con un poco duro y asesino. Buscaba la puerta pero era imposible de alcanzar, estaba aprisionado entre plumas y los cogotes rosados. Todos juntos intentaban huir de un peligro que nadie veía. De pronto sentía que la elegían justo a ella y ahora una mano la atrapaba... Despertó. Había amanecido. Sin cambiarse la ropa, saltó de la cama, salió del cuarto, cerró con llave y en el patio levantó su bicicleta.
•×•
Atravesó el lavadero y salió a la calle con una gorra con visera naranja. Pedaleó a toda velocidad por las cuadras de casas bajas recién iluminadas por el sol, cruzándose de vez en cuando con algún ciclista que también iba al trabajo. Dejó la bicicleta y entró en el frigorífico corriendo.
—Tarde, T/N —dijo el jefe personal
—Pero pensé que la ruta seguía cortada y no había camiones—dijo T/N disculpándose
—Correcto, pero usted tiene que estar a tiempo igual, aunque no venga un solo camión en todo el día. ¿Me entiende? Revise un poco estos números.
•×•
T/n se acordó del 2756 en el calzoncillo de Park Jimin. Había ganado. La cara del jefe personal, los pollos vivos y los congelados, las entradas y salidas de camiones, la ruta cortada... De golpe todo eso le importó muy poco. Aunque la ruta cortada sí era algo para ser tenido en cuenta.
•×•
No sabía cómo haría para salir de Busan, ni cuándo sería la cita. Tendría que conseguir dinero para viajar y además la estadía de Corea Del Sur... Le ordenaron revisar los termómetros de los criaderos que rodeaban el frigorífico. La expectativa por la noche con Park Jimin hacia que todos los actos no dirigidos a ese objetivo tuvieran algo de irreales. Se miraba abrir las puertas de los galpones, anotar las temperaturas de los termómetros en la plantilla, caminar entre los pollos con su delantal sucio.
•×•
Le parecían movimientos sin sentido. Cómo ver a alguien limpiando la cubierta de un barco que se hunde. Toda la mañana la pasó así, lejos de sus propios actos, mirándose realizar las tareas absurdas que el jefe personal le iba inventado a medida que las terminaba, porque no habría trabajo real hasta que no bajará el agua y pudieran pasar los camiones.
•×•
A las doce, el jefe salió y T/N aprovechó su ausencia para llamar a Corea Del Sur a la Producción del programa, desde una oficina vacía. Le dio ocupado y no pudo seguir intentando. Cuando el jefe volvió, dijo:
—T/N, mañana no venga. Hasta que no bajé el agua, acá no pasa nada.
—¿Vamos a cobrar?—pregunto T/N
—No, está todo paralizado
—Disculpe, pero yo necesitaría el dinero.
—¿Y quien no, T/N?
—Pero...
—Son razones de fuerza mayor — dijo el jefe—. No le dé más vueltas. Y si le quiere echar la culpa a alguien. échecela a la negligencia Coreana. Es todo broma. Así que mañana no venga, T/N. ¿Me entendió?
•×•
El jefe volvió a salir. T/N entro en la misma oficina y marcó de nuevo el número. Atenta al sonido del tubo, miró por la ventana. En el baldío de al lado un caballo atado a un espinillo con una cadena larga pastaba tranquilo, espantándose las moscas con la cola. De una soga colgaba, secándose al sol, ropa interior blanca de mujer. El teléfono casi no sonó y una voz ronca de hombre lo tomó por sorpresa.
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-Una noche con PARK JIMIN
FanficT/N tiene 17 años y un rito nocturno : mirar el programa de el porno Star del momento. Por eso, cuando gana el sorteo para pasar una noche con Park Jimin siente que ha tocado el cielo con las manos... ⎙ ;; PROHIBIDO CUALQUIER COPIA O ADAPTACIÓN SIN...