PARTE CINCO.

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PARTE CINCO.

"Harry"

Tengo más de una semana aquí. El tiempo ha pasado demasiado rápido y mis días se han basado en: Hacerme pasar por una adolescente de ese tiempo y comer lo que mi abuela, que no sabe que es mi abuela, me da. Espio a mi papá y a Sarah lo más que puedo, pero al parecer mamá aún llama la atención de papá con esa falda nueva. "Es preciosa" lo había escuchado decir, sentado sobre aquella acera en la sombra. Sonreí como una idiota, como si a mi me hubieran echó él cumplido.

Lucía apareció el cuarto día de la semana, sonriendo, con un nuevo peinado más largo que se costumbre, le daba una apareciendo más tétrica aún.

—¿Ya tienes una idea?—Se sentó en él aire, con las piernas cruzadas.

—¿Me ves que tengo cara una idea?—Espeté, sentada sola en la cafetería donde Cindy y yo no la pasábamos. Revolví mi malteada rosa con el popote.

—¡Que grosera! No puede ser que yo, siendo un espíritu, sepa más que tú.—Casi gritó, pero la cafetería seguía en silencio.

—¿Espíritu? ¿Qué eres?—Ladeé la cabeza, levantando una ceja confundida.

—Soy el espíritu del pasado, soy alguien que ha influido mucho en tu vida cuando eras niña, por eso no me recuerdas.—Se encogió de hombros, se paró frente a mi y chasqueo los dedos.—Escucha: En diez segundos van a entrar Harry y Sarah por esa puerta, hazte amiga de ella y sacale todo lo posible. ¿Me escuchas?

Él corazón se me para, la sangre ha huido de mi rostro y aprieto mis manos en un puño completamente asustada.

—¿Harry? ¡No, no, pero por qué...!—Ha desaparecido en una nube de color rosa pastel y unos cuantos brillos han cubrido la mesa, cuando Harry y Sarah entran platicando animadamente, me apresuro a limpiar la mesa llena de brillos.

—¿Jasmine? —Harry me mira, una sonrisa resplandeciente aparece en su rostro acompañada por unos pasos torpes hacia mi.

—Harry.—Aclaro mi garganta, sintiendo el ardor en mis mejillas. No puedo pensar con claridad, pues Sarah nos mira con los brazos cruzados.

—¿Qué haces aquí? —Pregunta, sorprendido y animado, mirando con vacilación las dos malteadas a medio tomar en la mesa. Se alarma.

—¡Estoy con Cindy!—Trato de aclarar lo más rápido que puedo, su expresión se suaviza, sonrió nerviosamente.

—¿No me presentas?—Sarah aparece detrás de él, se ha animado a acercarse con la misma sonrisa que me decía que me quería como a una hija. Se me revuelve el estómago.

Observo como Cindy se acerca a la mesa, sosteniendo un plato con dos hamburguesas gigantes, su rostro es un poema cuando ve a Sarah.

—Jasmine, ella es Sarah. Es hija de mi tía, osea, mi prima.—Ríe, metiendo las manos en su pantalón de mezclilla.

No sé qué decir, seguramente mi rostro es un poema al igual que él de Cindy. La nueva noticia nos ha tomado por sorpresa y nos ha dejado con la boca abierta. Harry lo nota, por lo que se apena, aclaro mi garganta sonriendo forzosamente.

—¡Wow, yo...! ¡No lo sabía! Sarah, es un gusto conocerte.—Le extiendo mi mano, ella la toma como si estuviese obliga.

Realmente nadie la obliga, tal vez solo lo hace para quedar bien con Harry, por que no creo que conmigo.

—Jasmine, él gusto también...—Me escudriña con la mirada y levanta una ceja.—es mío... ¿Y qué, de dónde se conocen?

—Ah yo...—Me toma por sorpresa. No sé qué decir.

—En una fiesta, en el Crazy.—Explica Harry, sonriendo como si nada sucediera.

—Ahhh, ya veo.—Es lo único que dice y se aleja, buscando una mesa disponible.

Harry me dedica una mirada avergonzada y se despide en voz baja, Cindy me mira desde la mesa con su mano sosteniendo su mejilla, haciendo un puchero. Voy a sentarme a su lado, dejando escapar un suspiro.

—¿Como le voy a arruinar la vida a la prima del chico que es un amor?—Me quejo, casi lloriqueando. Escucho a mi tía gruñir.

—Ni quiero sonar aguafiestas, pero cuando le arruines la vida a Sarah, Harry ni siquiera se va a acordar de ti.—Levanto la mirada, encontrándome con el rostro avergonzado de la chica que revuelve su malteada.—Va a tener la edad de tu padre, va a estar casado, con hijos, etc etc...

—Ya basta, no quiero escuchar más.—La corto, echando una mirada hacía atrás, Harry me mira, desvía la mirada y sus mejillas se ponen rojas.

Siento que muero, porque tal vez si Lucía no me hubiese revelado esto, seguiría en busca de mi plan, ahora estoy estancada. Pensando que es lo bueno y lo malo, que si esta bien arruinarle la vida a Sarah y ganarme él odio de Harry por eso. Cindy tiene razón, en unos cuantos años Harry ni siquiera me ha de recordar, ni siquiera ha de intentar hacerlo. Así que Harry pasa a segundo plano y mientras veo a Sarah, recuerdo cuando llamó a mi madre "patética", eso hace que el odio crezca. Tengo que hacerlo, nadie me detendrá, voy a separar a mi padre de Sarah, cueste lo que me cueste.

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