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PARTE NUEVE.

PARTE NUEVE.

"No quiero que te vayas"

Thomas está en la cancha, riéndose con fuerza con sus amigos. Harry todavía está a mi lado, me plática sobre qué tendrá que hacer este semestre, me asusta cuando dice que tal vez pueda ir con él a sus clases de guitarra, ¿cómo le explico que no podré verlo ni siquiera mañana? Lo miró, el me mira, siento mis mejillas sonrojarse pero le sostengo la mirada. El se ríe, ladeando su cabeza.

—¿Me estas escuchando?— Yo niego, diciendo la verdad. Vuelve a reír divertido.—Ya sabía, que mala eres.

—Sólo escuche que querías que fuera a tus clases de guitarra.—Le digo, aclarando mi garganta.

—Escuchas lo que te conviene.—Se encoge de hombros bromeando, haciendo una expresión como de tristeza pero al ver que me exaltó me empuja con su hombro.— Ven, te llevaré a un lugar.

Se levanta, puedo ver como todos lo siguen con la mirada, él extiende su mano a mi y me estremezco, miro a Lucía a un lado de mi, rodea sus ojos.

—Diez minutos.—Chasquea los dedos, todo se detiene, luego vuelve a moverse con normalidad. Yo tomo la mano de Harry, bajamos las escaleras esquivando personas, maestros, jugadores mientras reímos, salimos del gimnasio y corremos por el pasillo.

—¿A dónde vamos?—Le digo, entre jadeos, él empuja una puerta dejando ver una piscina olímpica, me río de la pura emoción y nervios.

—Ven aquí.— No dice nada más, pero de un momento a otro me toma de la cintura, nos quedamos así unos segundos y sin más, se avienta a la alberca con todo y ropa, con todo y conmigo.

Siento una opresión en el pecho, mis piernas me tiemblan y tengo unas terribles ganas de reírme a carcajadas debajo del agua, salimos a la superficie tomando una gran bocanada de aire y lo primero que escucho es la risotada de Harry, abro los ojos para encontrarme con una obra de arte; Harry con el cabello en la cara, riéndose, sonrojado y mojado.

—¡Estás loco! —Le grito, quitando mi cabello de la cara y él se acerca.

— Lo sé, pero admite que te gusta.—Me toma por sorpresa su comentario, hace que mis mejillas ardan pero sonrió tontamente, no necesito decirle si si o no. Le aviento agua en la cara y se sorprende.

—¡Ey, tramposa!—Me dice, haciendo un puchero para aventarme a mi agua, grito divertida tratando de escapar de el con nadados torpes.—¡No vas a poder escapar, Jasmine!

—¡Atrapame!—Digo, tratando de nadar lo más lejos que puedo pero la ropa esta pesada, me quiero volver a reír como una idiota, siento los brazos de Harry rodear mi cintura por detrás y chillo.

—Ya lo hice, demasiado tarde.— Me susurra en el oído, yo me estremezco por completo, me giro para quedar frente a él, el me mira con expresión sería.

—Me atrapaste.—Respondo, con el corazón latiendo en mi pecho queriendo salir corriendo. Él asiente, mordiendo sus labios rosas.

—Y tu a mi.—Se acerca lentamente a mi rostro. Va a besarme. O mejor dicho, quiero que lo haga, quiero que me bese, que me haga saber que me quiere, que me haga saber que no quiere que me vaya nunca, me entra el remordimiento de saber que tan solo lo estoy engañando, pero realmente deseo que me bese en este maldito momento.

Entonces lo hace, une sus labios con los míos, son tan suaves, me besa con ternura y lentitud. Nada que ver con los besos que dan los tipos de mi edad en el 2017, ellos realmente y ligeramente te quieren comer. En cambio Harry, me toma de la cintura con una mano y con la otra toma mi nuca para profundizar el beso. Yo lo rodeo con mis brazos. No sé cuánto tiempo pasa, pero el mundo se detiene a mi alrededor antes de volver a la realidad y separarnos.