III-The Party

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¿Se han preguntado como es ir siete hermanas locas en un coche para cuatro a Palm Beach?¿ No? Pues no se los puedo decir porque no le sé, resulta que el viernes todas tuvieron algo que hacer excepto yo y Adelle y pues no pudieron acompañarme a la casa en la playa.

-Creo que las chicas dijeron que no más por el castigo que les dará papá si se entera que por otra cosa. -Murmura Adelle tan distante como siempre.

-¿Y tú por que vienes? -Pregunto.

-Fácil porque no te podemos prohibir que vengas y alguien tiene que cuidar a la hija de nuestra madre. -Ojea su revista.

-Todas somos hijas de mamá y yo acabo de cumplir la mayoría de edad, no necesito que me cuiden. -Replico algo molesta, toda mi vida me han tratado como a una niña.

-Todas podemos ser hijas de mamá pero tu eres su viva imagen. -Pasa pagina. -Por eso papá te protege tanto.

Haber tiene razón ambas teníamos el cabello rojo, los labios anchos y los ojos oscuros, pero no hay que exagerar.

Trago saliva y me callo, hablar sobre mi madre siempre ha sido incomodo para mi, pero sobre todo cuando aún trece años después me siento culpable.

-Nadie te culpa. -Murmura poniendo su mano sobre la mía.

Sebastián y Flounder que vienen atrás comienzan a ladrar y a maullar

-Tienen razón. -Murmura Adelle como si entendiera a los animales. -¡Esto es una fiesta! -Grita y sube el volumen de la radio, comienza a sonar Criminal de Britney Spears.

...

Wow, wow había visto la playa en muchas películas y vídeos incluso en sueños, recordaba algo de ella pero volverla a ver luego de tanto tiempo, luego de trece años, no tiene descripción,es una vista que te inquieta y a la vez te llena de paz, es una vista única.

Mi hermana y yo nos abrazamos mientras miramos como las gaviotas revolotean sobre el mar. Tengo que aguantar con fuerza Flaunder para que no se meta al agua.

En serio este gato me agrada.

Sebastián está lo más lejos posible, tirado en la arena.

-Es hermoso. -Murmuro.

-Vamos a dentro. -Mi hermana me toma por la mano y nos adentramos a la gran casa blanca a orillas de esta.

La casa es exactamente igual que como la recuerdo, paredes blancas, escaleras con la baranda plateada, hay algo de polvo, que hace que Sebastián estornude y con el impulso haga que una de las telas que cubre una mesita caiga y deje a la vista un cuadro de nuestra familia años atrás. Mi madre se ve hermosa su cabellos rojos y sus ojos marrones como los míos me hacen sonreír, estaba tan pequeña ahí.

Una sensación de melancolía me inunda, si no hubiera salido, si no me hubiera comportado como una niña mala, ella estuviera viva.

El sonido de la canción Believer de Imagine Dragons, me hace dar un brinco. -Parece que los vecinos tienen fiesta. -Murmura mi hermana.

Miro con disimulo por la ventana que da con la casa de los vecinos, deben ser nuevos, antes no estaban ahí.

Veo a chicas bailando en bikini, un varias camareras en la misma situación que llevan copas de... , creo que de wisky.

Hay varios chicos muy guapos todos que bailan con las chicas, menuda tanda de gilipollas, pero mi atención es robada rápidamente por un chico que ronda los veinticinco de cabello negro, sentado en una de las esquinas, ajenos a todo, alcanzo a ver que tiene el cabello negro como la noche y sus hombros son inmensos, veo que juega con un pequeño cuchillo, como si tallara en algo.

-Dioses. -Se queja mi hermana. -Voy a demandarlos por escándalo publico.

-Relájate abogada. -Sonrío. -Están disfrutando.

Una rubia de piernas interminables se acerca al chico y me sorprenden las ganas de golpearla.

El la mira y asiente, deja el cuchillo de lado y grita. -Amberlee tiene razón, deberíamos llevar la fiesta al mar.

Dios de frente es mucho más hermoso, este chico es la definición de dios griego, es el sueño de cualquier chica y a la vez un soplo de aire fresco. Sus ojos son azules como el mismo océano, son perfectos, su labios parecen esculpidos y su sonrisa o su sonrisa es preciosa, su mandíbula es ancha, lo que lo ayuda mucho más, lleva una camisa blanca que hace que cada uno de sus deliciosos músculos se marque bajo ella, los botones superiores están abiertos y se puede apreciar un poco de vello en la piel expuesta a mis ávidos ojos, lleva vaqueros que le cuelgan de una forma a que no le he visto a nadie, está descalzo, es ridículo que hasta sus pies sean perfectos. Es alto, es el chico más alto que hay en su grupo lo que resulta excitante.

-Dios Ariel. -Adelle me golpea el hombro. -Solo falta que le eches sal y te lo comas.

Suspiro. -Erick deja de tallar conchas y vámonos. -Le dice uno de los chicos.

Erick, que nombre tan lindo, espera... Erick más conchas ¿Será él el que talló la concha que me llevó Scuttle.

Dios, estamos destinados.

Veo el braco alejarse y rápidamente voy a por unos visores que tenía mi padre me acerco al muelle, y me escondo en una lancha para poder observar la fiesta sin ser descubierta. -¡Eres una acosadora! -Grita Adelle desde la casa.

Pero no me importa, prefiero verlo a él, está bebiendo, no debería hacerlo si está en el mar, y menos es un yate como ese,que no parece tener salvavidas ni nada, varias chicas se le acercan pero el las ignora y tomando a un viejo que no ha bebido ni nada comienza a bailar con el por todo el barco, se mueve con agilidad y seguridad parece un príncipe, un príncipe borracho.

-Deberías entrar. -Es la voz de mi hermana. -Parece que va a llover.

Pero si avisar comienza a llover y tronar, las olas se levantan haciendo que cuando vaya a salir de la pequeña lancha pierda el equilibro y caiga en su interior.

Sebastián y Flounder comienzan a hacer ruidos desde la casa, el sonido de una explosión me hace caer nuevamente en la lancha, cuando me levanto lo primero que hago es buscar el barco con la vista pero no lo veo, solo hay llamas, gritos, lluvia y truenos.

Miro a Adelle, y ella niega. -Ni se te ocurra Ariel.

Pero no puedo, no puedo dejar que se ahoguen.-Quedate aquí, Adelle, volveré pronto. -Uso las mismas palabras que mi madre usó conmigo en su momento.

Arranco la lancha y tomo rumbo a la explosión, oigo los gritos de mi hermana desde el puente, pero mi padre instinto de auto conservación ha desaparecido, solo quiero salvar al chico.

Veo a varias personas vivas en el agua y los subo a la lancha pero ni rastro de Erick.

-Erick, encuentra a Erick. -Me dice el viejo cuando lo subo.

-Esta bien.-Murmuro decidida a cometer una locura. -Vuelvan a la playa y dejen a las personas, luego vuelvan por nosotros.

Y por primera vez en años, a sabiendas de que si mi padre se entera me castigará de por vida, me lanzo al agua, dispuesta a salvar al chico de los ojos oceánicos.

Ocean Eyes©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora