El precio del legado

Capítulo 3

Italia, lunes 5 de Octubre

Mason

Hace cosa de una hora que llegué a Italia, mañana será mi primer día de clase. El hombre que se supone será mi tío, ha sido muy amable y agradable conmigo, además no sabía que viviría tan cerca de la familia d'Angelo, su casa está justo al pie de la montaña, unos metros más abajo, se encuentra la que ahora será mi residencia.

Las condiciones para esta misión son un poco extremas pero a la vez necesarias, desde el momento que aterricé en Italia estoy incomunicado con la Sede y la teniente Smith, estoy solo, no podré contactar con nadie, ni siquiera mi familia. En un mes deberé viajar a Estados Unidos para informar a la teniente sobre todo lo que tenga.

Termino de colocar mi ropa dentro del armario de la habitación, todo está guardado excepto lo que utilizaré esta noche. Según "mi tío" Angelo, el hijo del mejor amigo de Giovanni, lleva unas noches saliendo a la misma hora de casa, no para ningún tema de negocios sino para ir a un bar de aquí cerca, lo bueno de la ubicación de esta casa es que cada vez que alguno de los miembros de esa familia quiera desplazarse a algún lugar debe pasar por delante de nosotros, no hay otro camino.

Alonzo dice que pasa unas horas ahí y después vuelve conduciendo más lento por lo que podemos intuir que conduce bebido. El plan consta de ir acercándome a ellos poco a poco y conocer sus debilidades por si necesito usarlas en su contra.

Angelo, eres mi primer objetivo.

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Me encuentro en la puerta del bar, Angelo ya está dentro, he esperado media hora después de verle pasar para venir aquí y que él ya no esté tan lúcido como estaría sobrio. Puedo verle a través del cristal, está de espaldas a mi sentado en la barra, es un chico alto, tal vez tengamos la misma estatura, por el tamaño de su espalda y brazos sé que también es fuerte, su cuerpo sin duda está mas trabajado que el mío. Lo que queda a la vista de su piel son sus brazos y cuello, todo completamente lleno de tatuajes hasta el último centímetro. Sin duda, Angelo es imponente, la clase de tipo con el que nadie se metería.

Allá vamos.

Entro al bar y me acerco a la barra, me siento dos taburetes más alejado de él.

-Una cerveza por favor- hablo al camarero que asiente.

Angelo ni me ha mirado, lo que imaginaba, está absorto mirando su vaso que contiene lo que supongo que es whisky.

-¿Eres nuevo aquí?- pregunta el camarero dejando la cerveza delante de mi en la barra.

-Se podría decir que he vuelto- suspiro -mis padres murieron hace poco y he vuelto para quedarme con mi tío, no vive muy lejos de aquí- le sonrío de forma triste, esta vez noto como Angelo me mira por el rabillo del ojo.

-Lo siento amigo, a esta invita la casa- habla refiriéndose a la cerveza.

-Gracias, de verdad- el camarero sonríe y se aleja para seguir trabajando.

-Sé lo que se siente al perder a unos padres- habla sin mirarme y da un sorbo.

En mi mente sonrío victorioso.

-¿Tú también los has perdido?- le miro y doy un sorbo a la cerveza y por primera vez me mira directamente.

-Los perdí cuando era más niño, pero es algo que jamás superas- vuelve a beber hasta terminar con lo que queda en el vaso.

-¿Por eso bebes?- hablo despreocupado de vuelta a mi posición.

-No, los motivos por los que bebo son totalmente distintos- levanta dos dedos para indicar al camarero que quiere una copa más.

-Una chica entonces- hablo obvio.

-Premio- responde observando como el alcohol cae en su vaso.

Bien, ya lo tengo donde quería, lleva viniendo exactamente desde la noche en que Bianca llegó, por lo que, si su razón de estar aquí es una chica debe ser ella.

-¿Chica difícil?- bebo.

-Peor, chica intocable- mueve entre sus manos el vaso y observo el líquido moverse.

-¿La novia de tu mejor amigo?- le miro.

-La hermana- bufa y bebe.

-Amigo, te has metido en terreno peligroso- bebo terminando la cerveza y repito el gesto de los dedos de Angelo para pedir otra.

-Lo sé, pero no puedo sacarla de mi cabeza- resopla y deja la copa -debería dejar de beber por hoy.

Angelo sigue siendo inteligente, pero yo ya sé todo lo que necesitaba.

-Ha sido un placer conocerte...- le miro extendiendo mi mano ya que no nos hemos presentado.

-Angelo- estrecha nuestras manos -lo mismo digo...

Esta vez me mira él a mi.

-Mason, Mason Vitali- sonrio y asiente, sale del bar y se marcha.

Poco después, cuando acabo mi cerveza, pago la cuenta y me marcho. Si todo va como he planeado, Angelo mañana recordará mi nombre y apellido, su inseguridad le hará investigar sobre mí necesariamente para saber a quién le estuvo confesando la noche anterior que estaba enamorado de la hermana de su mejor amigo, y entonces descubrirá que todo lo que le conté de mis padres era real, junto a más información de mi vida adolescente un tanto problemática, todo perfectamente inventado, también encontrará el billete de mi vuelo hacia Italia. No habrá nada con lo que pueda descubrirme.

Angelo solo mantuvo una conversación con alguien que entendía a la perfección su pérdida y dolor, solo sería un recuerdo borroso de una noche de copas.

Pues, ¿quién iba a sospechar de un desconocido totalmente limpio?

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Nota de autora:

¡Holaaaa!

¡Nueva actualización! 

He de decir que, Mason, tienes mis respetos, has engañado al mayor mentiroso del universo.

¿Qué os ha parecido la charla de Mason y Angelo? ¿Teníais ganas de que se conociesen?

Quería dejar que conociese a Angelo de los últimos pero luego dije nah, ellos deben conocerse ya, mi cuerpo lo pedía.

Dejad vuestras opiniones aquí. 

¡Nos vemos en la siguiente actualización!