No sabía que le había impresionado más, las cicatrices o la tranquilidad de Camus de bromear sobre el tema. Los ataques de lobos eran poco comunes en el mundo, pero Camus parecía completamente acostumbrado a ello. De cierta manera, eso abrió en Mark una ligera sospecha.
Había algo que no concordaba con al actitud de Camus. Pero no pudo decir nada al respecto porque el castaño se movía con rapidez, bloqueando cualquier pregunta que tuviera. Si no quería hablar de ello, entonces Mark esperaría hasta que el joven bajara la guardia.
Camus parecía tener a Mark en la palma de su mano, ya que lo seguía sin cuestionar nada. El tatuador parecía estar buscando diversión para pasar un rato y Mark ya había comenzado a ilusionarse. Sonaba completamente patético teniendo en cuenta que no sabía nada de él, pero sospechaba que se había enamorado de ese hombre.
Si, enamorado.
A primera vista.El rubio lo siguió una vez que Camus marcó el camino, no sabía exactamente dónde iban a ir, pero el rubio estaba ahí, tan leal como un perro. Iban al mismo ritmo y el rubio no paraba de mirar al contrario. Quería preguntarle sobre las heridas, cada vez le resultaba más difícil de aguantar sus dudas.
"¿Fuiste al hospital?" Pregunto rompiendo el silencio mientras acercaba su mano al cuello del contrario y lo tocaba por sobre las vendas. "¿No deberías estar haciendo reposo?"
La expresión del rubio era de suma preocupación. El conocía lo que era ser lastimado por un animal salvaje, en su espalda tenía una horrible cicatriz que le había dejado un oso pardo. Había estado internado por días en el hospital hasta que las heridas cerraron.
Pero Camus, a pesar de que los lobos tenían mucha fuerza, hablaba y caminaba como si nada. No era normal.
"No quiero que te sobreesfuerces. Si te desmayas en el lago pensaran que estaba tratando de asesinarte." Bromeó para restarle un poco de seriedad al asunto. Sentía que le estaba dando demasiada importancia a algo que Camus no. "No sería bueno para mí reputación, ya sabes: el nuevo vecino es un asesino. "
La comisura del labio superior de Camus se alzó momentaneamente mostrando sus filosos incisivos, pero pronto fue tapado con su mano derecha.
"Ni que fueses mi esposa." Se quejó el chico, sus constantes preguntas y consejos sobre como debería tratar su salud le estaban volviendo loco; era un jodido licántropo, si no le volaba la cabeza o utilizaba una bala de plata, sería muy complicado matarle.
Sus palabras le hicieron estremecer de una manera diferente a cuando rozó su cuello con sus manos. Oh, necesitaba saciar su vicio antes de que su obsesión siguiese creciendo más y más hasta hacerla imparable. -Entonces confío que estarás ahí para hacerme el boca a boca- Masculló mientras se plantaba justo en el borde de aquel saliente que llevaba al lago. Comenzó a quitarse su camiseta de tirantes.
"¿Y no lo eres? No hay diferencia, Mark, entre matar una persona y a un lobo. Cualquiera de los dos podría ser tu mejor amigo, enemigo o pareja." Y pensar que Camus le acababa de revelar todo; quien era y lo que podrían llegar a ser si seguían por ese camino. Pero claro, estaba seguro de que sus palabras resultaban extrañas y carentes de significado para el mayor.
"Dime, ¿Alguna vez has matado a un lobo?" Preguntó clavando su mirada sobre el reluciente lago, se hacía apetecible darse un baño."¿No te da pena mirar a sus ojos y aún así apretar el gatillo? Si es así, déjame decirte que eres un monstruo." Sentía que a ese paso terminarían en una fuerte enemistad.
“No estoy de acuerdo.” Soltó Mark algo ofendido ante su comentario que lo acusaba de asesino. “No es lo mismo. Sé que para las personas como tú, la caza es vista como algo fuera de lugar e innecesario, pero los animales no son personas.”
Se refería a los veganos y a los defensores de animales, había tenido bastantes discusiones con estos en el pasado y sabia que odiaban sus prácticas, pero no le entendían. Cada uno tenia sus cosas con las que lidiar.
“Y no, nunca he matado un lobo.” Soltó de manera fría mientras seguía el siguiente trayecto en silencio. “Solo mato para comer.”
El humor de Mark se había vuelto extraño por culpa de los comentarios del menor. No le gustaba que lo llamasen asesino, sabía que Camus no entendería sus razones, y Mark comprendía que la gente tenía opiniones distintas a las de el. Pero aquello había sido ofensivo y Mark dudaba que en algún momento hubiese hecho un comentario similar que le afectara a Camus.
Ni Camus, ni Mark volvieron a formular otra palabra. Una vez que llegaron a un lugar alto, un pequeño acantilado, el castaño simplemente se dio la vuelta, dándole la espalda a la caía y mirando directamente a los ojos del mayor con sus brazos abiertos. Se dejó caer con lentitud hacia atrás mientras mantenía una estúpida sonrisa; no, no era un temerario, lo había hecho cientos de veces, así que no le costó entrar en el agua sin lastimarse. Además, tampoco estaba tan alto y la profundidad del lago era considerable.
Aguas cristalinas y brillantes, podrías distinguir las distintas figuras de los peces de agua dulce si mirabas con atención. Estaba libre de suciedad, no había barcas motorizadas, pero sí a remo. Incluso había un gran número de aves que disfrutaban también del agua. Camus salió a la superficie tras unos largos minutos bajo esta, soportando la respiración lo máximo que pudo. Revolvió sus empapados mechones y alzó su oscura mirada al saliente mientras reía con suavidad; aquellas eran la clase de actividad que le gustaban, las que hacían temblar su cuerpo y le hacían rebosar de adrenalina.
"¡Vamos, Mark!" Animó el chico colocando sus manos cerca de su boca. "No seas cobarde y tírate."
El cazador miro al hombre de cabellos castaños y suspiro, no sabia porque le estaba haciendo caso. Seguramente se había vuelto loco. Termino por quitarse la camisa que tenia encima y sus pantalones, dejándolo junto a sus zapatos y medias antes de lanzarse al agua, de una forma mucho menos elegante que el contrario.
Se hundió en el agua, sintiendo lo helada que estaba hasta que sus pulmones pidieron aire y salió a buscarlo. Le costo un momento poder volver a ver con normalidad y diviso a Camus.
“No soy un cobarde.” Comento mientras se acercaba a el, quedándose a pocos centímetros de su rostro. El rubio lo tomo por las caderas debajo del agua y le acerco a su boca. Había una pequeña distancia entre ellos y bastante tensión sexual. “Pero escondiéndote tras tus comentarios pasivo agresivos, pareciera que el único cobarde eres tú. Pero no te preocupes, me gustan los cobardes.”
Amago con besarlo, haciéndole creer que por fin iba a premiarle con el beso que tanto esperaba; pero solo se trataba de un cruel juego que le dejó con una estúpida cara durante unos segundos. Pero termino soplando sus ojos antes de soltarlo y retroceder un poco nadando. Entonces Camus sintió la vergüenza subirse a sus mejillas; sí, Mark se la había jugado como tantas veces él, pero todavía había una larga noche por delante y la posibilidad de jugársela. Después de todo, solo faltaban unos días para la luna llena y tendría que perder una noche entera a su lado.
“¿Deberiamos jugar una carrera, Sr. Defensor de los lobos?”
"No lo sé, Sr. Come carne." Se acercó de nuevo a él moviendo sus brazos, no era un nadador experto, de hecho, le había costado infiernos aprender a nadar por él mismo. "¿Ves la barca azul de allí?" Preguntó señalando la pequeña embarcación que estaba en el medio de la nada, flotando estática y amarrada al suelo por una vieja ancla. Había años que no se movía pues, su dueño, había fallecido después de darle un buen uso. "Quien llegue primero, gana. Después discutimos el premio."
Camus, aprovechando su última palabra, y sin empezar la cuenta atrás, comenzó a nadar hacia la barca aunque no demasiado rápido pues, como se había dicho antes, apenas sabía mantenerse al flote y moverse dentro del agua. Suponía que su derrota estaba a la vuelta de la esquina, pero eso no le iba a impedir jugar sucio para tratar de ganar.
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Marcado por el enemigo ©
WerewolfDoel es un pueblo belga conocido por ser "un lugar fantasma". Lo que la gente no sabe es que allí habitan tranquilamente los licantropos hace siglos. Cuando un cazador experimentado se muda a Doel para seguir sus sueños, la población se siente amena...