PARCK

191 18 4
                                        

Doctores

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Doctores... que puedo decir ¿De verdad que puedo decir?

Desde pequeños siempre odié ir a los hospitales, odiaba ver a otros niños enfermos, odiaba que me picaran y odiaba ver a esos hombres de bata blanca acercarse a mis padres, siempre los hacían llorar.

Conforme fui creciendo me fui dando cuento que no estaban contra mi, estaban peleando a mi lado.

Había tenido suerte de tener buenos doctores, los que me miraban con una sonrisa, me amaban como Rose lo hacía y buscaban las mejores opciones evitando picarme más de lo necesario.

Pero como en todo me habían tocado doctores que estaban más centrados en mi enfermedad que en mi.

Aquellos doctores que me veían como una bolsa de carne y huesos a la espera de su muerte, murmurando por los pasillos atacando a mi padre, soltándole indirectas para que dejara de pelear por mí y me dejara ir de una vez por todas "Solo está alargando su sufrimiento" "¡Quién quisiera vivir así!" En esos momentos quisiera más que nada poder levantarme de mi cama y partirles la cara, pero no podía.

Aquellos doctores que pensaban que yo ya no valía la pena vivir, que ya no era una persona.

Desgraciadamente esta enfermedad solo iba de caída y una infección es lo que me había llevado al hospital, por más cuidados que tuvieran conmigo siempre estaba la posibilidad.

Me habían llenado de medicamentos para controlar la infección, lo que más odiaba es que no podía estar con mi familia pues me tenían aislado.

—¿Iras al bar esta noche? —le preguntó un rubio a su compañero.

Ambos con su uniforme verde claro lo que solo significaba que eran estudiantes.

—Lo único que quiero esta noche es llegar a mi cama y acostarme a dormir —respondió el castaño al que se le notaba cansado.

—¿Qué tienes sesenta años? —se burló.

Ambos estaban colocando sueros, limpiando mis tubos y anotando mis datos en el expediente.

—Estoy cansado —contestó.

—Apuesto a que quisieras ser él en estos momentos —me miró riendo— recostado en cama sin hacer nada.

El castaño le miró molesto.

—¡Eres un imbecil! —exclamó.

—Oh vamos chico tranquilo, no se lo dirá a nadie —se burló de nuevo— ¿Verdad? tu no dirás nada.

El rubio se acercó a mí para revolver mi cabello sonriendo.

El otro chico lo empujó alejándolo de mí, esperaba con ansias que lo golpeara.

—Es una persona —bufó molesto.

—¿Tu crees? —lo retó— ya no habla, no se mueve, pronto dejara de ver o escuchar y de no ser por el respirador se muere, no sabes qué tan mal está mentalmente... ya no es una persona y deberían dejarlo descansar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 22, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

My Stupid BrainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora