CAPITULO 33 - YO NO SOY ASÍ

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- ¿Donde está Emma?

El americano tuvo que repetirle la pregunta a Alba, que se había quedado de piedra en el sitio sin mover ni un músculo.

- Está abajo...merendando. - contestó escondiendo las palabras, a lo que Nick asintió acompañado de un suspiro indescifrable. Tras eso, se volvió a girar centrándose en terminar de preparar todo.

No sabía por qué, pero un escalofrío le recorrió la columna después de aquello. El verlo haciendo la maleta con tanta premura le hizo presagiar que se marchaba, pero al preguntarle por la niña, sus peores temores volvieron a salir a la luz.

- ¿Te vas? - era una pregunta retórica, pero Alba necesitaba escuchar algo que calmara su corazón galopante.

El castaño paró en seco y giró la cabeza hacia donde se encontraba la rubia y asintió de nuevo escuetamente. Al ver la cara de angustia de su mujer, dejó caer los hombros hacia delante derrotado y se sentó en la cama, guardando las distancias con ella. - Me marcho unos días a casa, con mi familia.

La revelación dejó un poco tocada a Alba, que hubiera esperado que pusiera un poco de espacio entre los dos, pero no un maldito océano. Una sensación de angustia la invadía sin piedad. Ella lo había empujado a tomar esa decisión, pero...¿Y si decidía llevarse a su hija también?

- Yo...Nick, creo que antes de que tomes ninguna decisión definitiva deberíamos hablar más tranquilos...Me gustaría explicarte todo con más calma. - Alba se había intentado acercar donde estaba el americano, pero se levantó rápidamente, dejando un espacio de nuevo entre los dos.

- Creo que todo quedó bastante claro. Estás...enamorada de esa mujer y yo sobro en tu vida. - el dolor con el que pronunció esas palabras no hizo sino aumentar más la culpa en Alba, que se mantenía de pie intentando no derrumbarse delante del que un día lo fue todo para ella.

- No digas eso Nick. - dijo suavemente la rubia. - Tú jamás vas a sobrar en mi...en nuestras vidas. Yo te quiero muchísimo, pero no de la manera que tú te mereces. - dejó salir un suspiro nervioso. - No sabes lo mucho que me duele que las cosas se hayan dado así y te prometo que intenté con todas mis fuerzas ignorar mis sentimientos...pero ya no pude más. Estaba sufriendo y estaba haciendo sufrir a la gente a mi alrededor.

- A Natalia, querrás decir...

- A ella y a tí. - contestó sin titubear.

Alba hizo el amago de intentar acercarse por la espalda. Nick seguía erguido, pero ahora sostenía un marco de fotos de unas vacaciones en Bahamas donde salían los tres sonrientes hacía dos años, meses antes de que la bailarina apareciera en sus vidas y destrozara todo.

- Necesito tiempo lejos de tí, Alba. Tengo muchos sentimientos encontrados y me va a costar entenderte, porque no tiene justificación lo que me has hecho... - dijo mientras volvía a dejar el marco en la mesilla.

- Lo siento Nick, lo siento en el alma, pero si buscas culpables, hazlo conmigo.

Se dio la vuelta y juntó fugazmente la mirada con la de su mujer, que tenía los ojos tan sumamente claritos que parecian transparentes. La muy idiota estaba tan cegada por Natalia que no dudaba en cargar ella con toda la culpa.

Nick sintió unos celos ridículos al comprobar la devoción con la que defendía a su amante. Aún así, no podía evitar sentirse débil ante ella.

Amaba su mirada...la amaba a toda ella, pero eso ya de nada importaba.

- Voy a terminar de hacer la maleta y me iré esta tarde. Mi vuelo a Bedford sale a las siete. - dijo sin estar aún del todo convencido. Hubiera soñado con que aquella mujer que estaba frente a él se lanzara a sus brazos diciéndole que todo había sido una broma y que él era su único amor. Maldito iluso.

No te vas a olvidar - AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora