Capitulo II

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Sangre, dolor, muertes...
—¿Te tratan bien?—
—¿Perdón?—
—¿En el Muro, eres feliz?—
—¿Quien eres?—
—Alguien cercano a ti, pequeña Ivette—
—¿De que me conoce? Y ¿Porque no puedo verle?—
—Estas soñando Ivette pero yo soy muy real—
—Oh genial, ahora estoy loca—
—No estás loca...—

—¡IVETTE, HAY SALVAJES EN EL MURO!

—¡¿QUE?!—

—Al fin niña, llevo llamándote desde hace 10 minutos—

—Tuve otra vez ese sueño—

—¿Ese donde había sangre dolor y muertes?— Preguntó Ådal sentándose al borde de la cama de su amiga.

—Si, pero ahora alguien me hablaba—

—Son solo sueños Ive— Acarició su cabeza con delicadeza.

—Lo se pero con esta ya van 7 veces. Desde que me hice una Hermana de la Noche la semana pasada, solo sueño con lo mismo—

—Tonterías, vamos— La arrastró hasta la puerta.

—Espera espera, no puedo salir así— Señaló su camisón.

—Mujeres— Suspiró y se fue cerrando la puerta.

Ivette se cambio y fue al comedor donde su amigo la esperaba.
Había pasado ya una semana desde que Ivette hizo el juramento. Mormont le entregó el trabajo de exploradora.

—¡Eh! ¡Snow! Mormont te quiere en su oficina en 10 minutos—

—Gracias Thorne— Dijo con desgana.

Después de desayunar se fue hacia la oficina del Lord Comandante donde la asignaría en su primera misión.

—¿Quería verme Lord Comandante?—

—Siéntate Snow, como verás, hace tres semanas que un grupo de salvajes atacaron uno de nuestros castillos, concretamente Guardiaoriente del Mar por lo que te necesito allí por una larga temporada—

—Pero yo no soy constructora, no sé qué puedo hacer allí—

—Perdimos hombres por lo que se necesita gente que sepa utilizar la espada, así que te envío allí hasta que haya nuevos reclutas—

—Entiendo... mi Lord ¿Podría llevarme a Ådal conmigo?—

El Lord Comandante suspiró. Conocía bien a Ivette, sabía que no podía separarse de su fiel amigo ni por un día.

—Bueno, con total de que cuando regrese ya no hable tanto, ¿Porqué no?—

—Eso va ha ser un poco complicado— rió.

Ivette y Ådal partieron esa misma tarde hacia Guardiaoriente del Mar. Llegaron a su destino 2 días después de partir.
Cuando llegaron, se les asignaron unas habitaciones, a Ivette una personal por ser la única mujer porque eso podía causar problemas, y a Ådal en una habitación con 8 personas más.

—¿Disfrutando de la vista?—

—Nunca había visto el mar así de cerca. La última vez que lo vi yo tenía 6 años, creo; fue en un viaje que hice junto a mi padre. El tenía que resolver unos asuntos de "Guardián en el Norte", y pasamos cerca del mar—Contó Ivette.

Snow || Jon SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora