Capitulo III

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Ivette

ME DESPERTÉ SOBRESALTADA Y SUDANDO A CHORROS. Estaba en mi habitación, tapada por no sé cuantas mantas y la chimenea estaba prendida. Hacía demasiado calor; Ådal estaba sentado a mi izquierda acariciándome la cabeza y mi tío Benjen estaba a los pies de mi cama. Los dos me miraban con preocupación.

—¿Como te sientes Ive?—

—Bien, algo confundida pero bien—

—Tu padre estuvo aquí—Habló por primera vez mi tío.

—¿Que? Si llegamos de la expedición ayer—

—Ivette, llevas inconsciente casi 5 semanas—

—¡¿Que?!—

—Ådal, ¿Puedes dejarnos a solas, por favor?—

Mi amigo me besó la frente y asintió, acto seguido se marchó cerrando la puerta tras de sí. Mi tío Benjen se sentó donde había estado Ådal, y yo me recargué en el cabecero de madera seca y desgastada.

—¿Recuerdas algo de lo que pasó allá fuera?—

—Más de lo que quisiera. Ben, no se si estoy preparada para otra misión. Lo que viví allá afuera estuvo más allá de lo que un hombre puede ver.

»Comenzó con aquella horrible tormenta, todos se estaban congelando menos yo; yo no sentía absolutamente nada de frío, la comida se empezó a escasear con el primer mes por lo que los caballos fueron muriendo por el frío y la falta de comida por lo que los aprovechamos como alimento, los caballos nos duraron 3 meses pero al acabar el último caballo, a las dos semanas de tragar solo nieve y agua helada empezó a caer el primer hombre y por mucho que nos doliese comernos a un hermano, lo hicimos Ben, lo tuvimos que hacer y eso hicimos durante 2 meses más con la gente que caía. El día en el que los salvajes nos encontraron, quedábamos solo 8 hombres de 16 que había en el principio. Los salvajes aunque fuera un grupo pequeño, nos superaban el número, 3 o 4 más pero estábamos cansados y muy hambrientos. Cayeron 4 personas por los salvajes, Thorne calló herido y yo fui en su ayuda pero cuando maté a sus dos atacantes, 5 más se me vinieron encima. Algo dentro de mi despertó, puede sonar de locos pero una luz azul y blanca salió de mis manos, matando a todos los salvajes que quedaban y... a un hermano. Puede parecer que me he vuelto loca pero se lo que vi y lo que hice.

—Lo se, y te creo—

—¿Que?—

—Cuando tenias 8 años heriste a Jon levemente con esa luz que dices tener. Tú no recuerdas nada ya que te desmayaste, te mentimos diciendo que Jon tenía una extraña enfermedad y que el maestre dijo que tardaría en despertar. Te enviamos  aquí al Muro para que Aemon pudiese investigar tu caso—

—Todos estos años he pensado que Ned Stark me repudiaba y me había enviado al Muro donde por suerte tendría un hueco en el—Las lágrimas amenazaban por salir.

—Ned te quiere como si fueses su hija, lleva desde que llegaste aquí enviando cuervos para saber de tu estado—

—Me puedes dejar sola por favor—

—No te deprimas tanto ¿Vale?— Me dijo con una sonrisa, acto seguido, se fue.

Me quedé mirando el fuego por unos minutos, haciendo un examen de conciencia sobre lo que había pasado todos estos años:

1. No soy hija de sangre de Eddard Stark por lo que mi apellido es Nieve.

2. Con 8 años herí a mi hermano adoptivo con ese extraño poder.

3. Me enviaron al Muro para investigar mi caso.

4. Me mintieron sobre lo que pasó ese día.

5. Me hice amiga de un bastardo de la Capital.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2020 ⏰

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