Destinada al Alpha [ Editando ]

CAPÍTULO 10

Alany

Greta vino a la habitación para llevarme al despacho de Matthew, los latidos de mi corazón se aceleran ante cada paso que doy. Después de lo que paso anoche no tengo cara para ver a Matthew.

Toco la puerta haciéndola sonar tres veces.
— Adelante — Dice Matthew desde el otro lado de la puerta.

Antes de entrar doy un pequeño suspiro. Veo a una chica sentada de espalda frente al escritorio de Matthew.

¿Quién es esa chica?, Alany eso no tiene porque importarte.

Matthew me mira y sonríe, siento mi cara ponerse roja.

Carraspeo un poco mi garganta para que la chica pueda notar mi presencia ella se gira hacía mi y la veo con asombro. No puedo creerlo qué hace ella aquí.

— ¡Albena! — Grito de emoción y corro a abrazarla — Tanto tiempo.

¿Cómo llego aquí?

— No lo puedo creer — dice soltando el abrazo — Que destino tan incierto, nos tocó.

De pronto pienso que tal vez Albena es una de las mujeres de Matthew y por eso ella está aquí.       — Albena — La miro con curiosidad. — ¿Tú ere-ss algo de Matthew ?, ya sabes algo así como su pareja —. Inconscientemente le pregunto algo que no debería importarme.

— No mi Luna solamente te tengo a ti y no necesito a nadie más —. La voz de Matthew me sorprende, había olvidado que él también estaba en el despacho.

Sus palabras hacen que sienta un pequeño alivio repentino.

— Matthew, ¿Podrías dejarme a solas con Albena?.

— No se tarden mucho, necesito hablar contigo... Alany — Dice mi nombre con un tono de voz suave.

Esperen, ¿Cómo sabe mi nombre?. Seguramente Greta se lo dijo, ella es la única que sabe mi nombre, pero ahora ya no es la única.

Necesito saber si Albena está poseída o algo por el estilo, por que realmente siento que todo esto es un sueño, nada más que un sueño largo del cual quiero despertar pero el hermoso de Matthew no me deja despertar.

¡Ayuda! ya ni se lo que digo.

— ¿Qué haces aquí? — Pregunto algo confundida

— Soy mate del beta de Matthew.

No puedo contener mi risa y comienzo a reír haciendo que mi voz resuene en el despacho. Albena arruga su entrecejo.

Alpha, beta, luna, hombres lobo, mate por favor cualquiera pensaría que todo esto es una locura.

— Discúlpame pero es que ante una situación así no sé si reír o llorar — Digo limpiando una lágrima que resbaló por mi mejilla entre risas.

— Te entiendo pasé por lo mismo, jamás imaginé algo así estar destinada a un hombre lobo y atarme a un mundo sobrenatural.

— ¿Hace cuánto estás con él? — Pregunto.

— Después de que te fuiste, ese mismo día por la noche vi por la ventana de mi habitación un lobo color café sus ojos estaban puestos sobre mi al igual que los míos sobre él, cuando le vi convertirse en una persona me asusté y cerré las cortinas y asegure la puerta de mi habitación, pero olvidé cerrar una ventana y él entró por ella y me trajo hasta este castillo.

— ¡Vaya! — Estoy tan sorprendida con todo lo que Albena me ha dicho, más bien dicho estoy apunto de enloquecer. — ¿Él te obliga estar a su lado?.