Capitulo tres

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Capitulo editado 18 de julio 2023

Boun despertó, su reloj natural le recordaba que debía alistarse para salir. Pero no pudo moverse, se dio cuenta que se encontraba abrazando al pequeño Shin, mientras Prem abrazaba el cuerpo del niño desde el otro lado. Ambos formaban una especie de fuerte que protegía el cuerpo del pequeño. Sonrió sintiendo una extraña sensación de felicidad y rarezas en su estómago.

Él había abandonado su hogar a sus cortos dieciochos años ¿La razón? su madre quería que estudiara administración de empresas para hacerse cargo del negocio familiar, él era su único heredero, por lo que ella quería que fuera quien continuará su legado. Pero ese no era su sueño, desde pequeño había amado la construcción y estudiar arquitectura era su sueño desde que tenía uso de razón. Cuando su madre se enteró de los planes del chico de estudiar otra carrera, le quitó todo apoyo económico y no dejó que su abuelo interviniera. Su madre le dio la espalda, pero eso no logró tumbarlo. Consiguió una beca para estudiar lo que quería, trabajó en distintos oficios hasta que un amigo le enseñó a tatuar y se dedicó a ser tatuador, lo que lo ayudó a solventar sus gastos y tener suficiente estabilidad económica. Aunque había logrado esa estabilidad, aun así, necesito un roommate para alivianar el peso del arriendo y los gastos del departamento. Así fue como terminó compartiendo junto a Prem. El chico le parecía extraño, altanero, orgulloso. Cuando había tenido su primera discusión descubrió que cuando se enojaba su cara se volvía roja e inflaba sus mejillas, por lo que hacerlo enojar se había vuelto su actividad favorita. Extrañamente le fascinaban las mejillas rojas del pelinegro. Su relación era rara, por supuesto, ambos podían pelearse hasta por un chicle, pero cuando se necesitaban siempre se encontraban para apoyarse. Como cuando se enfermaban y se cuidaban mutuamente.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por Prem, quien se movió y lentamente abrió sus ojos. Boun anotaría la cara adormecida de Prem a su lista de sus cosas favoritas del chico, obviamente si Boun tuviera una lista, la que claramente no tiene. Prem se quedó algo desorientado unos segundos, fijó su mirada indiferente sobre su persona y luego la dirigió a Shin, a quien le dedicó una tierna sonrisa.

— ¿Y para mí no hay una sonrisa? — pregunto mirándolo atentamente.

Prem se quejó volviendo a cerrar los ojos — ¿No te has ido aún?

Miro el reloj en la pared y se dio cuenta que debía levantarse para ir a la universidad.

— ¿Me haces el desayuno? — pidió, aunque él sabía muy bien la respuesta que recibiría.

— Vete a la mierda y deja de hablar para que no despiertes a Shin — murmuró él pelinegro mientras volvía a dormir.

Por supuesto que eso era exactamente lo que él quería hacer. Se levantó y entró a su propia habitación haciendo el menor ruido posible para no despertar a Khai y Oak que aún dormían en su cama. Tomó ropa y se dirigió a la ducha para bañarse. Cuando estuvo listo, salió encontrándose con los grandes ojos de Oak que lo miraban atento, había fallado en su intento de no despertarlos.

— Hola, niño — saludó.

— Tengo hambre — susurró el niño en respuesta. Sonrió, evitando reírse porque Khai aún dormía.

— Ven, vamos a intentar saciar tu hambre — le ofreció su mano y el niño gustoso la tomó, ambos caminaron hacia la cocina donde preparó cereal con leche para el niño y para él un café con leche. Ambos se sentaron alrededor de la mesa en silencio mientras desayunaban.

— ¿Cómo te sientes? — se atrevió a preguntar. No sabía cuánto les había afectado el abandono y maltrato de sus padres, pero para ser tan jóvenes era consciente de que el daño era profundo. La asistente social les había dicho que era necesario que los tres asistieran a terapia para reconocer los daños y sanarlos. No podía evitar sentir rabia hacia aquellas personas que se hacían llamar padres y luego los hacían vivir tan miserablemente o los abandonaban a su suerte.

— Bien, ahora mi pancita está satisfecha — respondió sonriendo. No esperaba esa respuesta, pero fue suficiente para aliviar su corazón, por lo que le dedicó una sonrisa cálida al pequeño.

Ambos giraron su mirada hacia el adormilado Prem que entraba a la cocina, quien miro a Oak sorprendido de verlo despierto — Ouh, pensé que dormirían hasta más tarde — dijo caminando hacia los estantes de la cocina.

— Creo que seguiré durmiendo, solo tenía hambre — aclaró Oak, en su carita se notaba el sueño aún.

— Me parece una maravillosa idea, porque no soy una persona muy agradable por las mañanas — dijo el pelinegro mientras comenzaba a preparar leche en un vaso de Batman que no sabía de donde había aparecido.

— Le dicen el señor de la noche — bromeó Boun.

— Mitad hombre, mitad animal — el pelinegro le siguió la corriente ya que tenía demasiado sueño como para discutir o hacer otra cosa, ni siquiera estaba muy consciente en ese momento.

— Mitad ardilla, mitad orangután — susurró con su sonrisa coqueta. Prem lo miró entrecerrando sus ojos dejándole pasar el comentario.

— Ya vuelvo a la cama — informo Oak caminando hacia la habitación.

— ¿Para quién es la leche? — pregunto Boun comenzando a lavar la loza sucia.

— Obviamente para Shin. Recuérdame comprarle un biberón o algún vaso más decente, por favor — susurro terminando de preparar la leche.

— Yo lo compro, no te preocupes.

Prem asintió.

— Me voy, aún tengo algunos asuntos que resolver en la universidad — Prem volvió asentir no muy concentrado en sus palabras— Adiós esposo mío.

— Adiós cara de trasero — respondió Prem caminando hacia la habitación.

Amor matrimonial.

(...)

— En resumidas palabras, ustedes dos simplemente se hicieron pasar por pareja para quedarse con unos niños que ni siquiera conocen — resumió su amigo Earth, totalmente consternado.

— Si — confirmo.

— ¿Y cómo mierda lo harán para no pelearse cada dos segundos frente a esos niños? — preguntó su amigo, aún sin creerse lo que les acaba de contar.

— ¡Hey! nosotros podemos estar sin pelear — aseguró, aunque en realidad no estuviera para nada seguro de sus propias palabras.

— Esa ni tú te la crees.

— ¿Y si los padres vuelven? — preguntó Kao, quien ni siquiera se había atrevido a hablar.

— No creo que se los entreguen, eran unos malditos. Ustedes no saben en las condiciones que los tenía, yo ni siquiera los llamaría padres. Además, Prem y yo somos muchos mejores cuidadores de lo que ellos fueron en toda su vida — afirmó.

— ¿Y vas usar esto como excusa para al fin confesarte a Prem? — preguntó Earth esperando una afirmación.

— ¿Y quién les dijo a ustedes que a mí me gustaba Prem? — se hizo el ofendido.

— No necesitamos que nos lo digas, eres demasiado obvio.

Boun miro mal a sus amigos. Obviamente a él no le gustaba Prem, por ningún motivo y en ningún universo alternativo.




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