Capitulo ocho

8.1K 726 411
                                    

Capitulo editado 18 de julio 2023

Luego de su emotiva cena habían vuelto al departamento, el sueño había vencido a los más pequeños por lo que era el momento justo de volver. Esa noche volvió a dormir con Boun y los dos niños más pequeños, mientras Khai disfrutaba de una habitación para él solo.

Raramente ese día despertó antes que todos los demás, debido a que él era la persona más perezosa de la casa, este hecho le sorprendió. Se giró para asegurarse del estado de sus compañeros de habitación y se encontró con una hermosa imagen. Boun tenía sobre su pecho a Shin, quien dormía con su boquita abierta, y con uno de sus brazos lo mantenía seguro sobre él. Oak se encontraba aferrado al brazo sobrante, el niño parecía un bebe koala que se aferraba a su madre. La escena lo llenó de ternura por lo que no pudo evitar tomarles una fotografía con el fin de guardar ese momento para siempre.

Aprovechó ese momento en el que los tres se encontraban profundamente dormidos para observarlos con más detalle. Le gustaba la nariz respingada de Shin, sin duda era el bebé más precioso de todo el mundo. Después miró a Oak, él era la definición de alegría, siempre hablando y riendo de cualquier cosa, sin duda el niño tenía un alma llena de luz. Y por último estaba Boun, si dejaba de lado lo irritable que podía ser, llegaba admitir que era el hombre más atractivo que sus ojos habían visto. Él había rechazado muchos hombres y mujeres, no porque no los considerará dignos, sino porque simplemente no le causaban una mínima emoción. La única persona en la tierra que había podido mover el suelo bajo sus pies era Boun, solo él. No solo por el atractivo físico del chico, sino porque lo admiraba enormemente. Él nunca podría haber hecho todo lo que el rubio había logrado sin el apoyo de sus padres, Boun luchaba contra la adversidad solo, mientras que él siempre había necesitado que sus padres lo respaldaran de alguna forma.

Además, el rubio era una caja llena de sorpresa, por lo que siempre había algo nuevo en el que lograba cautivarlo. Su nueva faceta de padre lo tenía totalmente embobado. Le encantaba verlo jugar con Oak, él como siempre dejaba que la imaginación del niño guiará sus aventuras sin cuestionarlas. También le gustaba la delicadeza con la cual le hablaba y tocaba a Shin, el niño seguía siendo asustadizo, pero Boun encontraba las formas de acercarse a él y que éste confiara. En cuanto a Khai, Boun no era ni delicado ni juguetón, era simplemente él. Para llegar al adolescente solo debía actuar como comúnmente lo hacía, ya que, al parecer, el sentido de humor del chico era igual al del adulto, por lo que solían hablarse todo el tiempo con sarcasmo.

Suponía que los niños estaban sacando todo lo bueno de ellos, también se encontraba muy orgulloso por sus avances. Cuando Prem les había dicho lo que tenía planeado inmediatamente aceptaron, aunque él había hecho las gestiones mayores, los niños habían sido las mentes maestras detrás de las pulseras y el dibujo. Además, se las habían arreglado para mantener el secreto y no parecer sospechosos frente a Boun. Se veían tan ilusionados mientras preparaban todo que se cuestionó si habían tenido la oportunidad de vivir un momento así junto a sus padres biológicos, el preparar una sorpresa o vivir la adrenalina de guardar un secreto. Para el dolor de su corazón, sabía que los niños habían sido privados de esas emociones, todo parecía ser nuevo para ellos. Quiso llorar por eso.

Boun se removió levemente, pero aun así pegó un brinco del susto, estaba mirándolo tan atento que le dio pánico pensar que lo descubriera así. A veces se preguntaba si Boun tenía pareja o salía con alguien, era correcto que vivían juntos y sabían muchas cosas del otro, pero también era posible mantener oculto algo como eso. Además, antes de la llegada de los niños el rubio solía pasar todo el fin de semana fuera del departamento. Suspiro resignado, si Boun tenía pareja estaba bien, él no era de su pertenencia y el tener a los niños a su cuidado no lo limitaba a nada.

PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora