cap 12

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Apago el auto en el estacionamiento del hotel. Ella aún seguía dormida. Toque con mi mano su mejilla, las tenía sonrojadas por el vino que tenía en su cuerpo.

Estaba seguro que no le podía dar una relación normal. Pero no dejaría que nadie le tocara ni un cabello. Tome el maletín de los asientos traseros y salí del auto, rodee este y tome a _____ en mis brazos. Ella aún tenía la botella abrazada, se miraba como una niña asustada con un peluche en sus brazos. Subimos al ascensor y presione el botón que nos llevaría a la habitación.

La mire por unos segundos y pensé en cómo había cambiada con solo estar con ella. Ahora temía ser atrapado y no tenerle a mi lado, no poder protegerla. Ella se merece una vida normal, pero algo dentro de mi se niega a soltarla.
Jamás me había preocupado por una chica como lo hago por ella. Y a veces era confuso como lograba acelerar mi pulso con sus ojos.

¿Esto es el amor? ¿Así se siente estar enamorado? Querer proteger a alguien y querer tenerla para abrazarla.

El ascensor abrió sus puertas y salimos de este, caminando por el pasillo para entrar a la habitación.

Cuando entre la dejé suavemente en la cama, además le quité la botella y retire sus tacones. Era hermosa, demasiado preciosa. Observe por unos segundos sus facciones y supe porque todos los hombres de la subasta la querían. Simplemente era un tesoro.

Mire el maletín, está noche iría. No quiero llevarla, sería muy peligroso. La mire por unos segundos más y luego me aliste. Tome el maletín y antes de salir de la habitación la mire por una última vez.

Si todo salía bien esta noche. Podría formar algo más con ella, algo más que no fuera estar en peligro o que alguien nos quiera asesinar. Porque por más que quisiera que solo me atacasen a mí, ya no podía. Ahora ya saben que alguien me acompaña y que se a vuelto alguien a quien cuido.

Cerré la puerta de la habitación con llave, había un censor que había puesto. Sabría si alguien entraba. Acomode mi saco y camine hasta el ascensor con el maletín color plata colgando de mi mano. A estas horas de seguro ya sabrían de los cadáveres en el baño. Si no es que nadie entró.

Deje el maletín a mi lado y encendí el auto. Las calles estaban solas y los locales ya estaban con las luces apagadas, a lo lejos pude ver como afuera del restaurante estaban ya los policías. Tendría que apurarme.

Cuando llegue a la enorme mansión fui recibido por dos guardias que estaban en la entrada. Me dejaron pasar, me revisaron por si llevaba un arma, y cuando dieron con ella me la quitaron. A lo que solo pude encogerme de hombros.

— buenas noches señor. — hablo el mozo de la mansión. — sigame por favor. — dijo mientras caminaba por un pasillo iluminado por candelabros. Hasta llegar a una puerta color ocre con un diablo tallado.

El mozo me abrió la puerta y la música alta y un olor a cigarro llegó a mis sentidos. Beltran estaban lamiendo cocaína de la piernas de una chica semi desnuda. Cuando dirigió mi mirada se sobre salto y sacó su arma apuntándome.

— ¿Qué carajos haces aquí? — pregunto histérico.

Todas las personas dejaron de bailar y hacer lo que estaban haciendo y se tensaron ante la escena. Sus guardias igualmente me apuntaron.

— tienes unos guardias mediocres. — le dije alzando las manos, no quería pelear, no aún.

— ese maletín... — dijo viendo el objeto. — has matado a Yurio. — afirmó con temblor.

— alguien menos para gastar oxígeno. — dije encogiéndome de hombros.

— ¿Qué es lo que quieres? — pregunto Beltran.

— ¿Qué es lo que quieres tú? — dije caminando hasta un sofá tigreado. — me dijieron que me buscas. —

Beltran bajo su arma y sonrió, se sentó y bebió del vaso con licor. La chica a su lado estaba completamente asustada.

— vales mucho dinero JongSuk. — dijo recostandose en el sofá. — hasta la policía me contactó para atraparte, a cambio de llevar mi negocio sin estorbosas cosas legales. — dijo.

— podría matarte ahora mismo. — le amenace.

— pero no lo harás. — dijo levantándose del sofá y tomando un arma que estaba en la mesa. — tengo a miles de guardias y ten por seguro que si lo haces estarás muerto. —

Mire de reojo a mi alrededor, exactamente 15 hombres. Pero tenía ventaja, ellos no sabían que lo que máquinaba en mi mente. La barra me serviría como escudo mientras disparó.

— entrégate por las buenas y no le haremos daño a tu chica. — dijo riendo.

Eso fue todo, saque mi arma y comencé a disparar mientras corría hacia la barra, tres muertos, me faltaban doce. Beltran se escondió detrás del sofá mientras gritaba. Menudo cobarde. Las balas mataron a cuatro más.

Lo que no espere fue una bolsa en mi cabeza, rápidamente golpeé a quien me la había puesto y me di cuenta de que era una chica. Una bala rozó mi brazo. Dolía como la mierda.

Dispare por unos minutos más, viendo que solo quedaba Beltran y algunos invitados que había visto cuando entre. Me levanté y me acerqué a él, viendo como temblaba por su vida.

— nunca me subestimes. — la bala atravesó su cráneo. Camine hacia la salida y vi como los demás guardias que venían a ayudar, tiraron sus armas cuando me vieron salir.

Camine hasta la salida y me subí al auto, mi brazo dolía y la chica me había dado un buen golpe cuando traté quitarme la bolsa.

¿Todo había acabado? No.

Eso lo confirme cuando mire las patrullas acercarse y al inspector salir de una de ellas. No pude evitar sonreír, tome mi teléfono y mande un mensaje cuando mire como el inspector me apuntaba con su arma. Todo iba a salir bien.

— ¡sal de auto! — gritó.

Tire mi arma al suelo y levante las mano, había muchas patrullas y fuerzas especiales. Todo por un solo hombre, por mí. Sonreí, sentía un dolor en mejillas por el golpe y creo que ya se estaba haciendo de color púrpura.

¿Me entregaría?

— camina lentamente hacia nosotros. — dijo el inspector.

Camine como me ordenó, no pelearía. No hoy.

El inspector me tomó de las muñecas y me esposo, mi primera vez con esposas ¿Iría a prisión y me quedaría hasta el fin de mis días allí?

— ¿Qué tramas? — pregunto mientras me metía al auto. — aún que me cueste decirlo, tú nunca te entregarías. — dijo.

Solamente me encogí de hombros y me quedé sentado sin decir ni una palabra. A mi mente se vino _____, ella despertaria sola por la mañana.

— señor, nos tenemos que ir. — dijo el asistente del inspector. Mire por la ventana y vi como este me miraba de reojo. La señal.







N/A: Ya casi se termina esta historia, espero estén disfrutando mucho de los capítulos y gracias por el apoyo que le han dado ;)

Kill me (Lee JongSuk y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora