Kill me (Lee JongSuk y tú)

cap 8

...

Fingir ser su esposa, que tontería, no debí a ver venido con este tipo. Algún día se que va a matarme y me diré a mi misma debiste correr. Di un gran suspiró, ahora estoy involucrada con este criminal. Entramos a una hermosa habitación con televisión y una vista hermosa, baño y una cama...

—ve a dormir, mañana será un día largo.—dijo sentándose en el sofá.

No sabía que hacer, así que sólo asentí y me quite su abrigo, lo dejé en el sofá al lado de él y me dirigí a la cama, no quería arrugar el vestido, pero tampoco quería dormir desnuda.
Me dirigí al baño y encontré dos batas, me quite lentamente el vestido, doblándolo y dejándolo en una silla, mientras me puse la bata de baño. Mire por la ventana antes de dormir y cerré mis ojos.

Parecía como una adolescente con ganas de llorar, y si con eso le sumó que necesito a mis padres, porque aún recuerdo como ellos me abrazaban cuando necesitaba apoyo y ahora... esto, no se ni siquiera como manejarlo. 
La imagen de JongSuk matando a ese tipo no se va de mi cabeza, y aún no se que intenciones tiene conmigo. Y es que el cansancio me gano y mire el reloj de la lámpara antes de dormir. Todo había pasado muy rápido, eran las 2 de la mañana cuando cerré mis ojos.

Abrí mis ojos lentamente, anhele con todo mi ser que lo que había pasado fuese una pesadilla de mal gusto, pero al ver que estaba en la misma había en la que entre ayer, sabía que esto no era ningún sueño. Me levanté y miré hacia la ventana, el sol apenas se podía ver, me giré para ver la hora, eran las seis de la mañana. A penas dormir 4 horas. Abrí la puerta y vi a JongSuk revisando unos papeles, no le di importancia y me dirigí a la gran ventana.

—buenos días.— dije poniendo mis manos en el barandal.

—buenos días.—respondió sin siquiera darme una mirada.

—sabes... puedes dormir en la cama, no muerdo.—me voltee y lo mire por unos segundos.

— lo sé. —soltó una risita.

—oye que tiene gracia.— dijo frunciendo el ceño.

—nada. — dijo levantándose. — vistete, te compraré un vestido nuevo, hoy iremos a cenar a un lugar especial.—me dijo sin desviar la vista de los papeles.

—ok.—

...

Ayer en la madrugada mientras dejé a una muy dormida chica, me reuní con Yuri, el me daría lo necesario para matar a su hermano, me dio unos papeles muy importantes, la información de un traficante de armas llamado Yurio macolbif de nacionalidad china.

Me haré pasar por el esta noche, pero primero tengo que tener su portafolio el cual contiene dinero para Beltran, el cenará en el restaurante Lexus, el mismo restaurante donde iremos a cenar _____ y yo. Pase toda la mañana. Revisando cada detalle de la vida de Yurio macolbif.

—¿ya te vestiste?—pregunté tocando la puerta suavemente.

—espera un segundo.—me respondió.

Mire hacia el espejo... me veía bien.

—ya estoy lista.—dijo saliendo de la habitación.

—nos vamos.—le ofrecí mi brazo. El cual acepto con timidez.

Salimos del Hotel, no negaré que el vestido le favorecía se veía bien en ella. Para estar en esta situación ella no a tratado de escapar. ¿interesante?

—¿te a gustado alguien?—esa pregunta me hizo salirme de mis pensamientos.

—¿ah? Hablas de gustar... que si siento amor por alguien, ¿eso es lo que preguntas?—mi mirada se fue a su cuello y a sus clavículas, yo y mis raros gustos.

—si.—

—hummm? No lo sé, el amor es complicado, además, que para tipos como yo no existe el amor.—reí de lado.

—¿lo dices porque tu no crees en el amor o porque tu no mereces amor?—me miró extrañada.

—la segunda, para alguien como yo, no se merece que alguien lo amé.—esas palabras no me gustaron, no para ella, sonó demasiado lamentable y frío. Mis barreras son muy fuertes para que alguien como ella llegue y las tire.

Pude notar la decepción en la respuesta que le di. Mi vida... en mi vida no es necesario el amor. Yo no merezco el amor de otra persona, he hecho muchas cosas imperdonables, cosas de las que nadie mas haría.

—¿qué?...— pregunte, ella susurro unas palabras que no las alcance a escuchar.

—nada.—sonrió.—vamos allá hay una tienda muy bonita.—soltó mi brazo y me sentí... extraño, como si fuera una clase de niñero que pierde al  niño que cuida y se angustia porque se va corriendo.

Fue como un dolor punzante en el pecho. Mi cuerpo solo se quedó parado viendo como caminaba a la tienda. Después se giró y me sonrió, una sonrisa... falsa, una sonrisa de dolor, ella estaba fingiendo estar bien. Así como yo estoy fingiendo no querer dejarla ir.

...

—“todos se merecen amor”—fue lo que no escuchaste, tonto.

N.A: se que es corto pero disfrutenlo.