Prologo

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- ¿Está todo bien, Itachi? - Shisui miró a su amigo curioso. Itachi no era una persona conversadora pero que no hubiera dicho una palabra desde que salieron de su casa era sumamente extraño. - ¡Itachi! - le sacudió cuando se dio cuenta que le estaba ignorando a propósito puesto que su atención estaba en otra cosa.

Itachi le miró confundido y apenado, lo había pillado desprevenido –Lo siento.

-No hay problema- Shisui sonrió complacido de que su amigo por fin le prestara atención - ¿Qué mirabas?

Itachi señaló a un árbol y Shisui siguió la dirección observando a un pequeño niño rubio encima, como si se estuviera escondiendo –Será un buen ninja- comentó casual y desprevenido sin comprender realmente por qué Itachi estaba interesado en un niño tan pequeño, pensó que tal vez, el nacimiento de su hermano menor lo había afectado tanto, que ahora intentaba ser el hermano mayor de todos los niños pequeños.

-Puede- Itachi ladeó su cabeza pensativo –Pero ¿crees que le dejen ser un ninja?

Shisui frunció el ceño ¿Por qué no le dejarían ser ninja?

-Es el chico zorro- Itachi respondió a la pregunta no formulada. –Las personas piensan que es un monstruo, que ni siquiera debería estar en la aldea.

Shisui entornó sus ojos y miró al chico zorro: su cabello rubio alborotado brillaba con los pocos rayos de sol que se filtraban a través de las hojas de aquel árbol gigante, bigotes pequeños como de gato adornaban sus mejillas y sus ojos azul claro parecían el cielo; él niñito no lucia como un monstruo para nada, era una cosita adorable.

La sonrisa Shisui se hizo más amplia de lo que ya era y en un abrir y cerrar de ojos había desaparecido del lado de Itachi. El pequeño rubito pegó un grito cuando Shisui se materializó a su lado y se fue de espaldas contra el piso.

Naruto cerró sus ojitos con fuerza. Otro golpe. Otra herida. Más dolor. Su mente infantil no comprendía por qué le odiaban: su amigo Kurama le decía que eran unos tontos pero esas personas parecían muchas cosas menos tontas, y aunque Kurama le curase apenas era herido, dolía mucho.

Abrió sus ojos. No seguía cayendo, pero no le dolía nada. El cielo estaba azul, quizás tanto como sus ojos.

-Hola- Shisui le saludó con una sonrisa. Itachi observaba la escena con el pequeño en sus brazos, la verdad es que no pesaba nada. Sasuke pesaba mucho más ¿Por qué? Tenían la misma edad ¿No?

El pequeño rubio dio un bote en los brazos de Itachi, retorciéndose de temor. No quería que le golpearan otra vez. Una y otra vez se retorció en aquellos brazos que no le dejaban ir. Itachi finalmente le depositó en el suelo y el pequeño rubio se pegó al árbol y observó a aquellos chicos. El que le había dicho hola tenía el pelo corto y en puntas de color negro, sus ojos tenían unas líneas negras alrededor que se extendían hacia los costados de su rostro. Usaba una camiseta de cuello alto color negro al igual que sus pantalones, utilizaba el protector frontal de Konoha en una cinta negra atada en su frente y llevaba un tantō en la espalda. El otro tenía ojos oscuros con algunos tonos grises según le diera el sol, su cabello negro colgaba cerca de sus mejillas enmarcando su rostro que era adornado por unas grandes ojeras bajo los ojos. Naruto pensó que quizás la vida de ninja no le dejaba mucho tiempo para dormir.

- ¿Qué quieren? - sus ojos se llenaron de lágrimas y las limpió rápido con rabia. Kurama tenía razón, tenía que dejar de llorar por cualquier cosa o sino las personas continuarían aprovechándose de él.

- ¿Saludar? - Shisui le miró divertido –Decir hola, ¿No?, Itachi

-Si

Naruto los miró aterrado de que estuvieran vistiendo solo de negro, no sabía quiénes eran y nunca los vio en la aldea, todo lo que podía hacer era temerles y esperar que no le golpearan.

Mi azul favorito (ItaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora