Mi azul favorito (ItaNaru)

Capítulo 7

Los personajes de Naruto no me pertenecen, sin embargo, la historia sí.

No se permiten copias ni adaptaciones o cualquier cosa similar.

⚠️Advertencias: 

-Contenido +18

-Escenas subidas de tono

-Contenido Yaoi (boyxboy)

***

Bien, tomó una respiración y se deslizó bajo la ventana como una serpiente. Nadie le había oído salir, su clon en la habitación tendría que hacer su trabajo bien por un rato, al menos hasta que él pudiera llegar donde Itachi y Sasuke.

Caminó en puntitas antes de llegar al borde del bosque y adentrarse, allí corrió como loco para mucho más adelante subir sobre los árboles y continuar a partir de allí por ese camino. Un pequeño rastro del chakra de Itachi le fue guiando, cada vez más se iba a cercando a él y a Sasuke, estaba seguro de que ambos le iban a dar una regañina, pero no podría importarle menos, solo quería abrazar a Sasuke y besar fuerte a Itachi, no como aquellos besos suaves que se daba la gente solo por cortesía sino como aquellos besos que dejaban a las personas literalmente sin respiración o sin siquiera poder moverse durante un rato.

O bueno, tan solo un poco aturdido. Si pudiera aturdir a Itachi Uchiha solo por un rato podría morir en paz y no le importaría nada más.

Se distrajo por un momento y cuando se dio cuenta, estaba tendido en el suelo con un pie sobre su garganta.

-Realmente agradezco que le saques una sonrisa a Itachi, pero si sigues escapándote así, la que te va a sacar algo voy a ser yo y te prometo que no será nada agradable- Izumi le sonrió cálida, pero a Naruto le corrió un escalofrío por la espina dorsal, tenía la impresión de que ella no era una persona a la que enfrentarse solo por diversión.

-Solo estaba de paseo, - Naruto se incorporó con ayuda de Izumi –solo estaba estirándome.

-Seguro que si guapetón, seguro que si- Izumi dejó ir la mano de Naruto y de un solo golpe lo volvió a tirar al suelo, Naruto iba a objetar, pero cuando vio a Izumi con un kunai deteniendo la espada de un hombre de largo cabello negro mejor se calló. –Retrocede Naruto- ordenó Izumi parándose aún más derecha, aunque era obvio que le estaba costando mantener su posición.

Naruto se puso de pie y despacio retrocedió. No era de los que retrocedían, pero Kurama estaba inquieto, era como si algo le estuviera molestando de sobre manera. Los otros bijuus surgieron al lado de Kurama como gatitos asustados, gruñían y retrocedían como si estuvieran a punto de atacar por temor a ser heridos.

-Naruto, no voy a repetirlo ¡Vete!

Naruto miró el largo cabello negro lacio de aquel sujeto moviéndose por el viento, usaba un abrigo negro que le iba hasta las rodillas y que estaba atado en la cintura por un cinturón del mismo color con algunos detallas dorados que se asemejaban a las olas del mar, su espada, del mismo negro oscuro de su ropa presionaba más a Izumi como si no fuera nada. Aquel sujeto, empujó un poco más la espada y en lo que Izumi creía que iba a ser un ataque para ella, solo fue el intento de agarrar a Naruto.

Izumi no lo vio venir, aquella finta le sirvió a él como distracción para coger a Naruto, sin embargo, cuando estuvo lo suficiente cerca para atraparle, una espada casi le atravesó. Un pequeño roce en su costado le hizo levantar la vista, sus ojos grises se toparon con la mirada oscura de Itachi y el Kunai de Naruto bajo su garganta. Izumi presionó el kunai que sostenía en su cuello, estaba seguro de que lo estaba enterrando a propósito.

-Pero si son más rápidos de lo que pensé. - Ayato sonrió desapareciendo de entre ellos. Sasuke pegó su espalda a la de Naruto cuando observó a Ayato sobre él en específico –Buenos reflejos, Naruto- dijo con satisfacción mientras retiraba el cabello de su rostro de manera tan provocativa que el calmo de Itachi, por primera vez en su vida, tuvo el deseo de golpear a alguien por propia voluntad. -Itachi, soy Ayato, la persona que buscas- le saludó concretamente mientras envainaba su espada invitándole a hacer lo mismo, –Debes saber que los demás no son rivales para mí, el único se mantendría frente a mi serias tú, así que tanto mis hombres como los de Konoha dejaran de atacarse mutuamente y tú y yo, en tres meses nos batiremos a duelo para ver quién se queda con Naruto.