Capítulo 4

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Estaba realmente caliente. Nunca se había sentido tan caliente, bueno, tal vez era porque nunca había visto la cosa más sensual del mundo desnuda frente a sus ojos, y en este caso, la cosa más sensual era Itachi Uchiha como dios lo trajo al mundo.

¿Qué cómo había terminado viéndole desnudo, escondido detrás una gran silla tapizada con faldón junto a la ventana frente a la cama?

Pues eso era sencillo: quería escapar, pero, no tenía la más mínima idea de donde estaba o porqué Itachi le había llevado allí. La cosa era que había entrado en una habitación que encontró junto a la suya al final de un gran pasillo iluminado tenuemente por la luz de la tarde esperando que, alguna ventana estuviera sin llave allí.

Cuando entró a la habitación, escuchó agua caer, asumió que su secuestrador, Itachi, estaba tomando una ducha y no desaprovechó la oportunidad para ir por la ventana e irse con tan mala suerte que el agua dejó de caer y tuvo que correr a esconderse tras la silla; su bandana de Konoha se deslizó de su frente cuando su trasero golpeó el suelo, pero logró atraparlo e incluso logró no hacer ruido mientras se acomodaba detrás de la gran silla.

La puerta se abrió e Itachi entró al cuarto, su cabello negro empapado y lacio sobre su espalda y su rostro, usando solo una toalla blanca; unas gotas de agua escurrían bajo el marcado pecho desapareciendo bajo la blanca tela. El hombre era grande y masculino.

Ahora, ¿qué se suponía que iba a hacer? ¿Cómo iba a escapar de allí sin ser notado?

Yendo al armario al lado del cuarto de baño, Itachi abrió ambas puertas.

La atención de Naruto se centró en el trasero de Itachi. La blanca toalla se ajustaba lo suficiente para que pudiera hacer una buena definición de su trasero. Su pene estaba medio duro solo con la idea de espiar a Itachi ¿Por qué le pasaba eso a él? Y ¿Por qué estaba así? ¿Por qué estaba reaccionando así ante el mayor de los Uchihas? Ahora estaba casi dolorosamente duro. Naruto cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el respaldo de la silla.

Nota para mí mismo, nunca entrar en una habitación desconocida.

Itachi sacó algo del armario y lo lanzó hacia dentro de nuevo. Volvió su vista hacia la ventana, Naruto observó cómo sus ojos cerrados intentaban descubrir algo que no debería estar ahí. Sacudiendo la cabeza, Itachi se giró de nuevo al armario. Hizo una pausa de nuevo, entonces cerró la puerta.

Naruto tragó el nudo en su garganta sabiendo malditamente bien que estaba ruborizado. Había estado tan cerca de ser descubierto. Sus palmas sudaban del miedo de ser atrapado, pero no podía apartar sus ojos del objeto de su deseo.

Sentándose en la cama, Itachi pasó sus dedos por su cabello y tomó una profunda respiración, su pecho subía y bajaba tranquilamente.

El estómago de Naruto se tensó, y su corazón se aceleró. Su boca se secó. Lamer los labios hizo poco con su seca boca.

Quitándose la toalla, Itachi se acostó sobre su espalda en la cama hasta que sus hombros estaban contra la cabecera y los pies en el colchón, Naruto le dio una buena mirada a Itachi, exhaló y sus pulmones se rehusaron a tomar aire de nuevo.

El pene del hombre estaba en proporción con el resto de él, y ni siquiera estaba erecto. Naruto escondió su rostro entre sus piernas ¡estaba más que ruborizado! ¡Tenía que salir de ahí! ¡Ahora mismo! No iba a vivir en paz consigo mismo si se quedaba ahí.

Acomodándose entre las almohadas, Itachi envolvió su mano alrededor de la cabeza de su pene y tiró. —Mmm... —Tiró de nuevo, haciendo que su pene se pusiera duro.

Naruto levantó la vista y apenas evitó gemir mientras la mano de Itachi se deslizaba por su eje. Itachi gruñó. —No puedo esperar sentir tu boca en mí, tus dientes. Sí, eso es, lame y rodea la cabeza, gatito. Maldición, es bueno. —Comenzó a acariciar la piel alrededor de la punta, entonces movió su mano por aquella gruesa longitud —. Si, tú realmente eres un buen gatito, puedo incluso dejar que me pruebes. —Itachi levantó una de sus piernas, doblándolas en su rodilla, dándole a Naruto una mejor vista de sus testículos—. Entonces de nuevo, quizás deje que me comas con esos lindos y pequeños labios. Te verás increíble con mi semen por toda tu cara.

Mi azul favorito (ItaNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora