El jardín del edén

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La mano de YoonGi iba firmemente anclada a la de su "Ángel guardián" mientras caminaban entre la frondosa vegetación del bosque, debiendo levantar muchos sus piernas gracias al largo pasto que más de alguna vez iba tropezando el chico, debiendo ap...

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La mano de YoonGi iba firmemente anclada a la de su "Ángel guardián" mientras caminaban entre la frondosa vegetación del bosque, debiendo levantar muchos sus piernas gracias al largo pasto que más de alguna vez iba tropezando el chico, debiendo apoyarse más de lo requerido sobre el demonio de cabellos azules, este, sin embargo, pronunciaba una extensa sonrisa sin dientes, la cual ascendía sus regordetes pómulos hasta cerrar sus rasgados ojos.

-¿No puedes hacer tu magia y solo llevarme a donde es? - preguntó YoonGi mientras se sacudía una tela de arañas de su cabeza, moviendo sus manos harto, ya en escalofríos pues no tenía una fobia pero tampoco amistad con los insectos.

-Mh... no puedo hacer eso ¿Dices teletransportarme? - YoonGi asintió.- Hum... no, no tenemos esa facultad que yo sepa, de hecho los poderes que tengo me los brindó mi señor para facilitar las tareas.

-¿Cuales tareas? - El de cabello azul apretó los labios unos segundos antes de acercarse al humano, pasar sus brazos delicadamente por los costados de su cintura, pero fue empujado abruptamente por el mundano.- ¿Que haces?

-Cre...creí que querías llegar más rápido, iba a llevarte volando.- Murmuró en voz baja el demonio, bajando las manos con los puños temblando ¿Que sucedía? por que esta teniendo estos síntomas tan extraños.

-¡Oh! ¡Bien! - Rápidamente se lanzó sobre el cuello de JiMin, para abrazarse a este, algo que tomó por sorpresa al ser, pues dió vuelta el rostro quedando a milímetros del ajeno, sus narices se tocaban prácticamente.- Estoy listo ¿Vamos? - El de pelos azules asintió medio aturdido, pasando las manos por las costillas del chico hasta sujetarse la muñeca y apegarse a este a su torso, sin quitarle la vista al humano, quien estaba sonriendo, mirando de un lado a otro sin percatarse de la afilada mirada azulada del ser alado, la cual era brillante, intensa y chispeante, estos signos se le atribuían a los síntomas de un ritmo cardiaco elevado e inhalaciones y exhalaciones aceleradas, terminando en sonreír con ternura.

Extendió las alas, un rafaga de viento se disipó junto al sonido de este, debido a que esta tenía huesos y articulaciones, se estiró sonando, y luego quedando solo extendidas, los gatunos ojos de YoonGi se abrieron de par en par hacia el cielo, viendo lo enorme de las alas del chico de cerca, eran tan negras como el mismo azabache, y podía ver cada pluma una entre otra, podrían haber más de cincuenta mil plumas ahí de lo frondoso que era, y JiMin solo le mantuvo la atención al verlo tan maravillado con algo de su cuerpo.

Un chillido se escuchó cuando JiMin flectó sus rodillas y se alzó de golpe entre la copa de los árboles, las piernas de YoonGi volaron pero tan pronto tuvo estabilidad, las enlazó alrededor de la cintura de su ángel, aferrándose con fuerza mientras miraba a su alrededor fascinado.

-¡Estoy volando! ¡JiMin! - dijo eufórico mirando al ángel, éste lo sostenía tan duro que se dió el lujo de sostenerlo por la nuca, metiendo los dedos entre aquel cabello que era increíblemente sedoso.

Detras del páramo (JM X MY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora