Frío.

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Frió; eso era todo lo que mi piel podía sentir bajo esta lluvia, podía sentir las gotas recorrer mi cuerpo mientras traspasaban las finas capas de ropa que traía encima, no me molestaba.

Incluso me gustaba, así que iba a paso lento por el campus de la universidad,   disfrutando cada segundo de esta melancólica vista.

No había nadie en el campus (o eso era lo que pensaba) todos estaban en sus habitaciones talvez durmiendo plácidamente y es que ¿Qué loco estaría afuera a estas horas de la madrugada con este clima?... Ah claro, yo.

Últimamente se había vuelto mi adicción el olor a la tierra mojada, sentía que calmaba mis demonios y me daba paz mental por un momento, pero también es como si el universo conspirará en mi contra e hiciera que el clima coincidiera con mi estado asqueroso emocional.

Y es que ¿Para que molestarme en ocultarlo ahora? Estaba del asco, había pensado demasiado las cosas como siempre hago pero con la diferencia de que está vez todo eso que decían de mi era cierto.

Nunca me había importado todas las cosas que divulgaban en estos 3 semestres, ellos no pueden entenderme, ellos no piensan como yo, ellos son inferiores, pero... Me daba impotencia porque muy en el fondo talvez tenían razón.

¿Y si nací para estar solo? ¿Y si nadie algún día va a comprenderme? ¿Acaso tengo yo la culpa de ser diferente?... No aguanté y me rendí de oprimir ante el mundo todo lo que sentía así que deje fluir la tristeza y empecé a llorar.

Lágrimas gruesas que se confundían fácilmente con las gruesas gotas de lluvia que caían por todas partes bajaban por mis mejillas, ahí en el medio de el campus deje que el peso de sus palabras cayera sobre mí y caí sobre mis rodillas, derrotado.

Se sentía tan malditamente mal, como si tomarán millones de agujas y las traspasarán por tu pecho pero yo solo lo dejaba ser, me dejé abrazar lentamente por la embriagadora depresión que estaba surgiendo desde hace días en mí.

¿Cómo pude permitir que todo esto pasará? -Talvez solo eres un idiota con delirios de grandeza- me respondió esa voz tan similar a la mía dentro de mi cabeza.

Estaba en un agujero el cual los demás notaban pero yo ciertamente no podía, para mí como era estaba bien, ¿Cómo salir de algo que no veo? -Talvez solo eres muy arrogante para notarlo- volvió a responder esa voz irritante que me veía obligado a cargar el resto de mis días, mi consciencia.

Y como por obra del mismo universo, la respuesta a esa pregunta se encontraba a 10 metros de donde estaba, en un pequeño banco de madera bajo un frondoso árbol de esos tantos que hay por aquí se encontraba un pequeño rubio platinado mirándome directamente a los ojos.

-Sabes? Te puedes resfriar si andas a esta hora libremente bajo la lluvia.- dijo al darse cuenta de que lo estaba mirando curiosamente.

Voz gruesa y una sonrisa melancólica lo acompañaban.

I don't have friends, John. (Johnlock AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora