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Amar y ser correspondido se siente agradable.

Amar y no ser correspondido se siente como si con cada acción esa persona abriera un hueco en tu pecho.

Amar y que esa persona ni siquiera se imagine que lo amas es algo aún peor y es mi caso.

Mi enamoramiento bobo por mi jefe empezó el primer día de trabajo, cuando al verlo dejé caer una pila de carpetas con archivos importantes que se mezclaron entre sí, allí fue la primera vez que pude oír su voz tan masculina y atractiva.

El sentimiento fue en aumento tras el paso de los años y aquí me encuentro ahora, sufriendo por un amor que nunca será correspondido ya que mi apuesto jefe es un mujeriego de primera y sigue al pie de la letra la regla de no mezclarse con empleadas.

— ¿Señorita Wells? Llevo 15 minutos pidiéndole el informe sobre el nuevo proyecto—La voz del señor Clarkson me saca de mis pensamientos.

—Lo lamento, señor, en seguida se lo envío—Digo apenas me sale la voz, siento mis mejillas sonrojarse y mis manos comenzar a sudar.

Lo veo asentir aplanando sus labios y mi corazón se detiene unos segundos, mi mente maquia miles de escenas en las que sus labios se unen a los míos y me es imposible no morder mi labio inferior con nerviosismo.

Cuando me quedo sola en la oficina me permito suspirar exageradamente e imaginarme cosas que nunca pasarán entre él y yo, me levanto luego de un rato y acomodo la falda de mi vestido para tomar la carpeta que contiene el informe y dirigirme a la oficina del jefe.

—Sí, Jessica, iré a la cena de mañana—Lo oigo hablar y luego un silencio acapara la oficina—. No, no llevaré una mujer—Habla de nuevo y sigue el silencio—. ¡Por Dios, mamá! Ya te dije que no tengo una novia y no necesito una—Su tono de voz suena un poco molesto—. Está bien, estaré allá, no te estreses, te quiero.

Toco la puerta y asomo el rostro para verlo girarse y hacer una seña con su mano permitiendo mi entrada. Me acerco a su escritorio muerta de nervios y coloco la carpeta frente a él.

—Resumen—Ordena, respiro profundo.

—El señor Jensen estuvo con el producto, dijo que el mes que viene vendrá a cerrar el contrato y que espera tengamos más productos puesto que desea asociarse con la compañía—Dije de forma firme y profesional.

Lo vi morder el interior de su mejilla y asentir pensativo, llevó el bolígrafo a sus labios y dio pequeños golpecitos. Tragué saliva.

—Bien, entonces agenda una reunión para el martes 8 del mes que viene si no lo tengo ocupado—Asentí.

—El jueves tiene una reunión con los jefes de AstorCorp para la negociación de material para los productos—Mencioné y él asintió.

— ¿Algo para mañana?

—Una reunión con su hermano para hablar sobre la compañía que quiere ser patrocinada por nosotros—Vi su rostro desfigurarse en una mueca de desagrado, fruncí el ceño pero preferí no decir nada.

— ¿Sabes qué? No vengas después del almuerzo, estás libre—Dijo mientras pellizcaba el puente de su nariz y noté lo tenso que estaba.

—Con su permiso, me retiro, señor—Hablé luego de un rato, él levantó la mirada y asintió.

—Jen, creo que deberías tratar de desilusionarte de tu jefe, no es bueno para ti—Wendy, mi mejor amiga, me mira con preocupación.

—Opino lo mismo—Dice John, mi otro mejor amigo.

— ¿Creen que no lo he intentado? Es imposible, hasta sus defectos me parecen únicos—Digo con frustración.

—Estás grave, querida—John me mira como si le hubiera dado la noticia de que tengo cáncer.

—Pues no todos tenemos la suerte de compartir nuestras vidas miserables con un hombre tan maravilloso como Matt—Le digo y la cara de mi amigo cambia. Matt es el esposo de John, llevan casi 3 años de casados y son una de las parejas más envidiables de toda la empresa.

—Lo sé, me llevé la lotería con ese hombre—Dice orgulloso, Wendy y yo reímos.

— ¿Por qué debe ser gay? —Pregunta Wendy a la nada y asiento secundando su pregunta.

—Volviendo al tema del amor unilateral de nuestra amiga aquí presente—Dijo John señalándome—Creo que deberías salir y divertirte un poco con algunos otros hombres a los que sí, hago énfasis en el sí, les llames la atención.

—Johnny tiene razón, Jen, no puedes esperar toda una vida a que tu jefe se de cuenta de que lo amas para que al final no te corresponda o que sí lo haga pero que solo te tache de su lista de muchas conquistas y se regodee de ello—Wendy apoyó a John.

Suspiré derrotada, ellos tenían razón, no podía quedarme esperando la correspondencia de un amor que claramente no sería recíproco ni en mil años.

—Salgamos, mañana después de cenar—Propuse.

—Le diré a Matt.

—Cuenta conmigo, nena.


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Perdón por tardar:c espero les guste.

El corazón del Magnate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora