Prólogo

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Un año y medio antes, el día de la boda. 

—Leight, ¡estas perfecta!

Me sigo mirando en el espejo. Inspecciono una y otra vez que cada detalle esté en su lugar. Quiero que todo se vea perfecto, es el día de mi boda y lo merezco.

Volteo para ver a mamá. Ella luce preciosa con su vestido esmeralda. Me inspecciona completamente y puedo ver como sus ojos se llenan de lágrimas de felicidad.

—No puedo creer que esté pasando. En serio estás a punto de casarte, por dios. —Toma un pañuelo y limpia las pequeñas gotas debajo de sus ojos. —Tu papá estaría orgulloso —resopla—, el estaría tan feliz de verte hoy.

Una pequeña punzada me atraviesa el pecho. Papá. Lo extrañaba tanto siempre, pero hoy en especial más. Daría cualquier cosa por tenerlo a mi lado.

—Papá está con nosotras hoy, en nuestros corazones. Lo puedo sentir tan cerca de mí.

—Por supuesto que él está cerca. Siempre lo está. —Ella se acerca y me da un beso en la frente, luego comienza a acomodar mi vestido una última vez—. Ahora, señorita, es hora de que nos vayamos si no queremos que Carter sufra un ataque.

Automáticamente una sonrisa se forma en mi rostro al escuchar el nombre de mi futuro esposo. No puedo creer que en un par de horas oficialmente iniciaré el resto de mi vida con el hombre que amo.

—Pues no lo hagamos esperar más. Vamos.

...

Estamos justo enfrente de la iglesia en la que se oficiará mi boda. Cientos de flores en lavanda y rosa adornan el lugar en la entrada, puedo reconocer a muchos amigos y familiares ir tomando sus lugares para la ceremonia.

Desde mi lugar, también puedo ver toda la seguridad que se ha desplegado especialmente para la misa. Carter y yo discutimos mucho acerca de este aspecto en específico para la boda, yo no quería llamar mucho la atención con ello, pero cuando te casas con el director del FBI no hay mucho que debatir.

Las últimas campanadas empiezan a sonar indicando que pronto se iniciará la misa. Esa es mi señal para poder bajar del auto. Volteo para ver a mamá y ella me sonríe. Es hora.

Mamá y mi dama de honor, Carrie me ayudan a bajar del auto. Ambas se encargan de arreglar mi vestido y pronto estamos en la entrada de la iglesia. Mamá me besa una última vez antes de poner el velo sobre mi cara y enlaza sus brazos con los míos.

La música comienza y mamá y yo comenzamos a avanzar hacia el altar. Tengo mi vista puesta en un solo objetivo: Carter. El luce increíble en su esmoquin. A medida que avanzamos puedo ver con mayor claridad su expresión, él sonríe ampliamente e incluso logro ver que se restriega los ojos un par de veces.

Finalmente llegamos al final del altar y mi mamá me suelta.

—Hoy, Carter, te entrego lo más preciado de mi vida. —Ella toma mi mano y la posa sobre la de Carter—. Sé que sabrás cuidarla, protegerla y apreciarla.

Carter aprieta mi mano y seguidamente quita el velo fuera de mi cara.

—Hola, preciosa.

—Hola. —Las palabras parecen haberse quedado atascadas en mi boca, todo lo que logro hacer es sonreír muy ampliamente. Carter ríe ante mi reacción y aprieta de nuevo mi mano. Antes de que pueda responder, el padre inicia la ceremonia.

...

Estamos llegando a la parte de los votos. Unos minutos más y Carter y yo seremos oficialmente marido y mujer.

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