Me desperté en el frío de la noche con un sobresalto. Las ventanas abiertas de par en par; las luces iluminando mi rostro. Y aquel zumbido que presagiaba la muerte en mis oídos. Me levanté de un salto, arma en mano, y corrí a cerrar las ventanas.
A continuación me di la vuelta y con una expresión de suma concentración, flexioné las rodillas dispuesta para atacar y comencé a escrutar entre las sombras. Cuando ya creía que no iba a ocurrir nada, lo vi: un pequeño movimiento frente a mis ojos, tan cerca que me caí de culo para atrás.
Gruñí mientras me levantaba y comenzaba a perseguir aquella sombra con toda la precisión con la que pude. ¡Pero era muy rápida! Con cada giro que daba, la perdía de vista y volvía a verla cuando ya se cernía sobre mí.
Al fin, harta de aquel juego que no llevaba a ninguna parte siseé:
—Esta noche la única sangre que se va a derramar va a ser la tuya, amiga mía.
Me abalancé contra ella con un grito de guerra que hizo temblar las paredes y la apresé contra una esquina. A la criatura le temblaban las alas de miedo, o eso era lo que yo quería ver.
«¡Plas!»
Quedó aplastada con la fuerza de destrucción de un tanque, con las tripas colgando. Retiré mi legendaria zapatilla mata-mosquitos y le saqué la lengua mientras limpiaba la suela con una toallita.
Ya no oía el molesto zumbido y sabía que aquella noche podría dormir tranquila. Cerré los ojos y me tumbé de nuevo para sumirme en un sueño tan profundo que los ronquidos se oyeron hasta China.
Pero a la mañana siguiente sobrevino la tragedia. La ventana estaba abierta de nuevo, pero por ella entraba un huracanado viento helado, y mi cuerpo estaba cubierto hasta arriba de gordas picaduras como morcillas.
Un mosquito enorme se acercó a mi cara con una mueca burlona, y juraría, que le oí hablar entre aquellos zumbidos que producía con sus asquerosas alas.
—La venganza se sirve fría, amiga mía.
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Relatos cortos para soñar despierto
Krótkie OpowiadaniaDescubre el país de las hadas y acompaña a Mariette la médium en sus acercamientos al más allá. Si sigues el camino de las cerezas quizás llegues a encontrarte con el ciervo. Portada por @OmiBiIre