"Y luego caemosEn un pequeño lugar tranquilo
A tomar una copa o dos"
El episodio de ese día terminó, todos los demás funcionarios del canal, para esa hora ya se encontraban en sus casas.
El albino desconectaba y limpiaba todo, hablando consigo mismo, mientras apretaba sus labios e inflaba y desinflaba sus cachetes.
Al tiempo, Tulio salió de la sala de reuniones. Su semblante enojado fue transmitido a los no visibles ojos de Juanin. Quién se encontraba barriendo, el productor bajo la mirada nerviosamente moviendo la escoba con mayor velocidad dando pasos cortos y rápidos al cuarto de servicio, al entrar cerró la puerta para evitar interactuar con Tulio sobre lo sucedido.
Quería reclamarle a su albino amigo, retarlo, gritarle, exigirle una explicación, pero por el momento solo quería regresar a su mansión.
Al llegar solo dejo que las gotas de la regadera refrescaran su mente, parte de la noche se la pasó en bata y comiendo Pay de fresas.
Inexplicablemente, estaba apunto de llorar.
Qué es lo que había pasado ese día.
Cindy lo amenazaba, él no había terminado con ella, ella no había terminado con él? Formalmente?
Caminó hasta la sala y miró el cielo estrellado, recordó los días de escuela donde regresaba con el rostro lleno de lágrimas, con el ceño fruncido, limpiándose las mejillas con la manga blanca de su elegante uniforme, el pequeño parecía un poema a la tristeza, su madre peinaba su cabello dócilmente diciéndole tiernamente que las noches eran para admirar las estrellas, no para angustiarlas, que él era una y lo que pasaba sobre la luz del día era otra historia.
Ese recuerdo lo llevó a esbozar una sonrisa y sentirse seguro, ya tendrá tiempo de procesar lo que sucedió y lo que estaba por suceder.
Pero no podía, no podía hacerlo, por qué no quería.
Pero tenía que hacerlo.
Mañana solo sería una charla para aclarar las cosas.
Peros, peros y más peros, suenan como peras y a Tulio tampoco le gustan las peras.
_
Lo llevaron a la dichosa mesa donde Cindy ya lo esperaba.
Tan hermosa, mirando el menú, ella parecía un algodón de azúcar, portando un bello vestido rojo, el collar que le había comprado hace dos años reflejaba la luz cálida de las velas. Y un ramo de flores amarillas a su lado, descansando sobre la mesa.
Tulio no hizo preguntas, quería hacerlas pero siempre, siempre arruinaba todo con sus preguntas mal formuladas.
Se sentó y un Hola! Fué todo lo que dijo.
Cindy bajo el menú y le sonrió.
-Si que estás dispuesto a cambiar! Me alegra mucho-Tulio levanto las cejas, asombrado. La afirmación de su novia lo tomo por sorpresa, pero no lo suficiente como para mirarla directamente.
-Te noto nervioso amor mío-. La pelirosa lo miró, esta vez se le notaba preocupada, tal vez hay una posibilidad de que esto saliera bien. Él levantó las manos de su regazo para ponerlas sobre la mesa y alzó la vista ligeramente, seguía evitando su mirada.
-Yo, solo-. No terminó la oración, se estaba dando cuenta que nadie lo dejaba hablar.
-No te preocupes más, esto terminará muy rápido-. Ella palmeo cariñosamente su mano sobre la de él.
Lo que parecía ir bien, tomaba un rumbo estrepitosamente mal.
No hablaron de nada. Absolutamente nada.
Triviño llegó a un punto que su ansiedad rebasó su lado "racional" y sin más. Palabras de su boca salieron sin pensar.
-"Qué es lo que quieres?"-. Una pregunta, que hace dudar a cualquiera que desee algo de alguien más, algo bueno, algo malo, un poco de ambos o lo que fuera dependiendo el caso.
-"No estás dispuesto a cambiar en lo absoluto"- ella respondió afirmando sus propias sospechas, chasqueo los labios y bajo la taza de té.
Tulio ya no podía seguir con la incógnita era una de esas situaciones en las que tenía que reconocer que hizo algo mal, pero el problema era que hizo tantas cosas mal que no sabe cuál es la que lo llevo a todo esto
-"Cindy, me odias?"-
-"Lo hago Tulio"- el mencionado volvió a exaltarse, el detalle que pudo notar es que ella ya no le decía "pastelito".
Cindy continúo.- "La situación amerita otros términos. Y estos son los siguientes, la mafia japonesa está buscando a tú conejo amigo".-
-"La mafia japonesa!? Eso es todo? Cuánto es el monto, dime de una vez para terminar con esto.-
-Si no puedes pagar un vaso de agua, que me hace pensar que pagarás una suma de dinero mayor-
Tulio al fin comprendió a dónde estaba por ir esto.
-"Perdóname"-
Ella se molestó, mucho.
-"No puedo creer que yo en algún momento quería tener hijos contigo"-
-"Yo también"- murmuró. Recordó que, efectivamente él quería formar una familia.
-"Pero eres muy egoísta y vanidoso"-
-"No puedo creer que está discusión me esté costando un té y un vaso de agua para esas estúpidas flores"-
-"Claro como olvidé que también eres ignorante, son orquídeas, y significa que solo eras solo un capricho.- ella le sonrió cínicamente y luego continúo.- Me encantó el collar de diamantes, no se por que no puedes pagar la cuenta y si este fino y hermoso collar"- ella finalizó mientras sentía la textura de los diamantes en sus dedos.
Él, recordó los chantajes y la tortura emocional, la chica que creyó que lo amaba sobre todas las cosas, solo lo usaba, y era tan tonto que no se había dado cuenta.
Tulio se levantó bruscamente de su asiento haciendo que el vaso donde se encontraba el ramo de orquídeas se derramará sobre toda la mesa.
-"No puedo creer que te quedaste en silencio tres horas, para decirme algo que ya sé."- suspiro molesto, apunto de romper en llanto, Cindy solo levanto el ramo y se lo lanzó a la cara.
Ella se fué.
El conductor solo agradecía a dios que la mesa donde se retaron estaba apartada de los pocos comensales, quiénes indiferentes a ellos no notaron su boba pelea, limpio sus lágrimas, suspiro pesadamente y pagó la cuenta. No quería ni imaginar lo que podían decir los diarios el día de mañana.
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Otra Vez
RandomTulio experimenta crisis, es inesperado que de inicio a una nueva etapa en su vida, como pensar que tal vez algo más que cosas materiales llenen su vacío. No, ni todo el dinero del mundo compra la felicidad y Tulio lleva enfrentando eso todos estos...