La Leyenda Del Collar De Margaritas

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Hola querid@s lestor@s, quiero decirles que esta historia no tiene muchos detalles que próximamente deberían tener, pero que lamentablemente no agregare en esta novela sino que próximamente verán donde estará. También quiero decirles que esta novela fue creada por una yo 15 años....y que termine de escribirla este año así que no me culpen...con la edición no podía arreglarla mucho, pues no quería que dañe el concepto viejo.

Antes de que comiences a leer, quiero advertirte que estoy editando muy seriamente esta novela, eh visto que ha tenido un buen punto.

Si ya la leíste y no encuentras mucho sentido te invito a releerla y esperar a que yo edite algunas partes.

Ah quería decirles que en esta página tengo al prologo y el primer capítulo disfruten.

Gracias, ahora sí puedes leer.

◇Prologo◇

Hace muchos años, los lobos caminaban libremente entre los humanos. Pero eso duró poco, hasta que un día un soldado del Alfa se enamoro de una humana.

Su amor prohibido dio frutos, y un pequeño lobo semi humano naciera, los hechiceros mas viejos se dieron cuenta y antes de que la noticia se esparciera visitaron a la mujer. La humana aterrada le pidió a los hechiceros que por favor le dieran una manera para que su hijo no muera.

Ellos con el sabio conocimiento que sus mentes almacenaban, pensaron la única manera de salvar la vida del semilobo.

- Este es el collar de Margaritas, el cual privará a tu hijo de convertirse en lobo mientras lo lleve puesto, este collar fue creado con una gota de sangre de cada especie que habita en esta tierra, los pétalos sellados en plata y el centro en oro, si alguna vez deja de usarlo morirá a una edad joven, pero mientras esté vivo puede que tenga secuelas.

El hechicero le entregó el collar y la humana se lo colocó en el cuello a su hijo, pero luego el segundo hechicero se colocó enfrente de la mujer y colocó su dedo índice en su frente - En estos momentos están fuera de la manada y te irás lejos en algún lugar donde habiten los humanos, nunca volverás a estar en ninguna manada, nunca recordarás quién es el padre de este niño, le darás una vida de humano y te asegurarás de que NUNCA se quite ese collar, desde ahora te llamas Raquel y tu hijo Marcos, solo recordarás las cosas que te he dicho, pero más nada.

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— Abuela ¿Sabes algo que no me quieres decir? — los ojos verdes de mi abuela me escudriñan la cara con nerviosismo.

— Hija, el lunes comienzan las clases ¿Verdad? Este año tendrás que cambiar de escuela, ya no puedes estar conmigo. Estoy muy enferma ya no puedes seguir cuidando de mi. Tu tía y su esposo quieren que te quedes con ellos, pero se que no quieras y te inscribí en un instituto. Tendrás cama, habitación, baño tendrás todo lo necesario hija, aunque me duela dejarte tengo que hacerlo — La anciana voz de mi abuela retumba por toda la casa, la cual está llena de objetos viejos al igual que ella.

— Abuela no me digas eso, yo quiero estar contigo, no me puedes hacer esto — Dejo mi taza de chocolate caliente en la mesita, camino hasta donde ella y le doy un fuerte abrazo — Eres lo único que tengo.

— Mi niña preciosa, siempre voy a estar contigo. Mi hija cuidara de mi no te preocupes — Mi abuela me acaricia la espalda suavemente. Un pesado suspiro sale de sus labios y luego susurra algo para ella misma — Se que encontrarás respuestas.

Las lagrimas bajan por mis mejillas dejando un rastro húmedo en ellas ¿Cómo es posible que también tenga que alejarme de mi abuela? Con mi madre fue suficiente. Ella era una drogadicta que se quitó la vida a conciencia. Esa noche fue una de las más terribles de mi corta vida, yo era una niña con apenas 12 años, la noticia de que tú madre se disparó fue un golpe duró que aún no superó y ¿Qué puedo decirles de mí "padre"? Bueno, a el nunca lo conocí. Mi madre me contó que fue abusada sexualmente por un chico de su clase, ambos tenían diecisiete años, cada vez que hablaba de eso el odio que le tenia se sentían en sus palabras. nunca me había dicho su nombre, pero una noche cuando estaba pasada de copa me dijo el nombre de mi supuesto padre, Severino Mack, lo cual nunca tome importancia, el nunca se preocupo por mi no había razón para que yo buscara una persona sin interés.

Yo solo era una niña cuando ella comenzó a beber y a echarme en cara lo malditamente parecida a mi padre que era, desde mi pelo cenizo hasta mis ojos azules. Por supuesto una vez cuando tenia seis años me corto el pelo por encima de mis hombros y como una niña al fin me puse a llorar. Eso me dolió mucho y siempre me va a doler, al igual que todas las demás cosas que me decía o me hacía. Creo que nunca me quiso, y a pesar de todo eso, yo si la quería porque era mi madre y cuando estaba sobria siempre me trataba bien y con cariño.

Pensar en dejar a la abuela única mujer que me ha querido desde que tengo memoria me rompe el corazón. Además de entristecérmelo, no la quiero dejar con mi tía, ella es muy mandona y siempre anda ocupada.

Me limpio las lagrimas y salgo corriendo a mi habitación, azotando la puerta al cerrarla la cual hace un crujido por el impacto. Mi habitación no es grande, pero es más de lo que puedo pedir. Paso mi mano por mi cuello donde se encuentra el collar que mi abuela y mi madre me regalaron el día de mi primer cumpleaños, me recuesto en la cama llorando y mirando el dije de margarita.

Me lo quite para apreciarlo más, pero fue una pésima idea, pues me maree y me dieron ganas de vomitar. Cada vez que me lo quito pasa eso, nunca eh entendido el por que y eso me causaba un tipo de estrés, me lo volví a colocar, lo apretó en mi pecho y minutos después me quedé dormida.

Primer capítulo cortó, prometo que los escribiré más largos bye.

Ash