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— Abuela, te voy a extrañar — Le doy un abrazo.

— Yo también cariño — Mi abuela se seca una lágrima desprevenida.

— Tía — Ella asiente en forma de despedida, me acerco a ella y le hago cosquillas al pequeño Alex — Hermoso — No para de reir, le doy un beso en la mejilla, luego me coloco dentro del coche donde Alejandro el esposo de mi tía y padre de Alex me espera. Miró por la ventana y les hago un gesto de adiós con las manos.

— Abigail ¿Nos vamos? — Miro el espejo retrovisor donde Alejandro tiene sus ojos mirándome, me seco las lágrimas con las manos.

 Asiento.

Cómo no tengo amigas, ni amigos es más fácil dejar esa estúpida escuela, donde era una estúpida chica, pero eso está por cambiar, toda mi vida cambiará y espero que sea para bien. En unas semana será mi cumpleaños 18, espero con ansias ser mayor de edad, solo falta poco. Después de unos largos minutos me quedo dormida.

— Llegamos — Es lo único que alcanzo a escuchar decir a Alejandro y mirando a través del espejo retrovisor me susurra un — buena suerte — es su forma de alentarme. El me cae mejor que mi tía, ella siempre me ha tratado como un peso más en la familia, mientras el me alienta y es cariñoso conmigo. Me arreglo el cabello y le susurro un gracias.

Tomo mis maletas y bolso mientras cierro la puerta del coche. Miro el instituto y aprecio lo grande que es, los adolescentes llegaban y salían de sus coches en dirección a la oficina del director o donde están las secretarias.

Le ruego al cielo que todo salga bien.

Llevo mis maletas detrás de mi y camino hacia donde van todos, todos tienen una pinta diferente, asi como las personas de las películas adolescentes. Estoy en una fila donde creo es la de registro.

Siguiente escucho decir a una mujer de unos 34 y algo.

— ¿Nombre? — Mira su computadora.

— Abigail Turner — la mujer asiente, cuando levanta la vista y se enfoca en mi car su boca se abre ligeramente y su ceo se frunce. Al ver que no dice nada carraspeo levemente indicándole que los demás esperan por ambas — Lo siento — aparta la mirada con las mejillas sonrojadas y  busca en un cajón de su escritorio unas llaves, las cual me entrega, luego unos papeles y otras cosas.

— Tu lado de apartamento es el segundo a la derecha piso tres, puerta 2 a la derecha. Las clases las imparten por esos pasillos, mientras los clubes están en las casas que están dentro del bosque donde lamentablemente solo dos de las tiene internet, mucha suerte, siguiente — Estoy procesando la información, mientras camino donde la mujer me acaba de decir.

Repito todo en mi cabeza, agarro mis maletas bien fuerte, paso por la multitud de estudiantes evitando hacer cualquier contacto directo con ellos, hasta que por fin he llegado al dichoso apartamento. Subo el ascensor porqué obvio las escaleras me matarían, marco el piso número tres y espero a llegar. Luego en el pasillo busco la puerta la cual está pintada de un azul y tiene un número pegado en el medio, busco las llaves que me entrego la señora en mi bolsillo trasero y abro la puerta.

El cuarto es de un color blanco muy hermoso, una gran ventana se asoma dejándome ver los demás edificios. Debajo de la ventana se encuentra un escritorio que a su derecha tiene uno de esos muebles redondos y cómodos. Una cama de un buen tamaño, sus sábanas son de un azul oscuro a juego con unas almohadas de color blanco, la cama va acompañada de una mesita de noche, un armario gigante con una puerta de cristal y la otra de madera color blanco, al lado de este ahí una puerta donde se encuentra el baño, la cual abro y me quedo sin palabras.

Acomodo el poco de ropa que tengo en el armario junto con mis pocos zapatos, no era una chica de salir. Busco mi toalla y me meto a duchar. Tomo uno de los shampos que estaban aquí, me hecho un poco en mi cabello y comienzo a lavarlo. Siento un dolor en mis sienes, como si dos tornillos fueran atraídos como imán y quieran juntarse a la fuerza.

Cuando termino me colocó unos jeans rotos con una blusa de mangas largas y unas deportivas, me amarró el pelo en una coleta alta como siempre acostumbró a hacer. Seco ligeramente el collar mojado que aun cuelga de mi cuello y cuando pongo la toalla recostada de la silla del escritorio veo un carta en el, delante de la laptop que el instituto nos brinda, tomo la carta y la abro.

Bienvenida al instituto Green.

Queremos que tengan una bonita instancias en nuestros pasillos, edificios y clubes que ofrecemos. Si se preguntan por el internet , está instalado en casi todo el terreno, en algunos lugares del bosque no habrá señal, la clave está escrita en los papeles que las secretarías les entregaron. Espero que puedan disfrutar de su estancia en nuestro instituto, haciendo su creatividad y desempeño crecer.

También les pediré que sigan las instrucciones y reglas del lugar con mucho respeto, no queremos que por que rompan una de nuestras reglas sea expulsado.

Además les quiero informar que la fiesta de bienvenida será está noche a las 9:00 organizado por los de último año. Mañana deben estar todos tomando clases no se desvelen, la ubicación de la fiesta es en el bosque cerca de las casas club más profundas del bosque.

ATT el director Mack y los estudiantes de último año.

Genial, creo que no iré a esa tal fiesta de bienvenida tengo que dormir temprano porqué deduzco que mañana será un día largó y me esta doliendo la cabeza. Me miró en el espejo que esta en una puerta del armario. Reviso el collar en mi cuello, luego miro mi chaqueta rojo vino que combina con mi blusa negra manga larga, no puedo arriesgarme que me vean mi tatuaje el primer día ¿O si? Busco mi celular y me voy a dar un paseo por los pasillos de este instituto, mañana no me quiero perder. Antes de salir reviso mi cabello, le doy vueltas y lo envuelvo todo. Mis ojos viajan nuevamente al collar de margarita y empuño las manos.

Abro el ascensor y veo un chico de cabello rubio muy parecido al mío, desde que me posicione en la puerta el se dio cuenta de mi. Levanto su vista y me mira con el ceño fruncido, sus ojos color azul me penetran totalmente analizándome. Estoy igual que el, no puedo dejar de verlo además de olerlo, huele menta, árbol, un poco de tierra y un olor que no se como descifrarlo, pero me resulta muy familiar.

Antes de que el siga analizándome, entro al ascensor y oprimo el botón para bajar, aunque sienta su mirada detrás de mí, no me dedico a voltearme. Me sentía un poco incómoda, hasta que por fin el ascensor se abre, salgo primero que el. Las pocas personas que estaban en el pasillo se dirigían al bosque, no pararon de mirarme y olfatearme, ¡QUÉ RAROS! hago como que si supieran lo que están haciendo y me voy directo a por los otros pasillos.

¿Qué les pasa ha esos chicos son perros o que ?


ASH

La Leyenda Del Collar De MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora