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En un mundo sumergido en el caos y la destrucción, los pocos humanos que sobrevivieron enfrentan la desesperación

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En un mundo sumergido en el caos y la destrucción, los pocos humanos que sobrevivieron enfrentan la desesperación. La tierra es un páramo desolado, donde el peligro acecha en cada rincón. Los supervivientes ansían escapar de esta pesadilla, pero se encuentran atrapados en un entorno hostil. La esperanza se desvanece ante la certeza de un destino sombrío. Con cada paso, la sensación de inevitabilidad crece, como una sombra que se cierne sobre ellos. El fin parece estar escrito en cada mirada, en cada susurro del viento. Nadie saldrá con vida de este apocalipsis, el último capítulo de la humanidad.

En el cielo, se divisaban aquellos seres conocidos como "Devilman", agrupados en una feroz batalla contra las tropas del "Serafín". Cada impacto hacía vibrar la tierra, como si estuviera siendo consumida por el caos. Los pocos humanos que quedaban no tuvieron oportunidad; unos perecieron, convertidos en cenizas, mientras otros caían al vacío, sin esperanza. Los rayos y truenos resonaban con cada golpe, como si el cielo llorara por la devastación. La batalla era un espectáculo apocalíptico, una lucha titánica que sellaba el destino de la humanidad y del mundo mismo.

—¿Cuál es tu razón de combatir? La humanidad esta perdida —Cuestionó en completa tranquilidad el Serafín.

—¡No me rendiré! Pagaras por todo el daño que has propagado... Esto es por Miki, por Nozomi, mis amigos... ¡mi família! —Exclamó con clara frustración y sufrimiento el Devilman.

—¡Akira! —El llamado fue entonado en un grito que llamó la atención de aquellos seres que se batían en duelo que intrigados voltearon a mirar en la dirección de la que provenía aquella voz.

De repente, un grito entonado llamó la atención de ambos seres. En el cielo, se divisaba una esfera que irradiaba una luz dorada. Ante aquella escena, el Devilman no pudo más que murmurar con voz rota:

—Tú...

Por su parte el Serafín se vió algo sorprendido y dijo.

—Si, que no mueres fácil.

—¡No te preocupes Akira! ¡Haré lo posible para evitar esto! —Exclamó con seguridad mientras aquella esfera comenzaba a desvanecerse—¡Cumpliré mi promesa!.

Ante la declaración, el Serafín se sintió amenazado. Sus planes se arruinarían si la esfera se iba. Con afán de detenerla, le dio la espalda al Devilman y se lanzó hacia la esfera. Akira aprovechó la distracción para asestar un golpe al Serafín.

—Confío en ti…

La esfera desapareció sin dejar rastro, dejando a ambos combatientes en el cielo lleno de tensión y expectativas inciertas.












La esfera desapareció sin dejar rastro, dejando a ambos combatientes en el cielo lleno de tensión y expectativas inciertas

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Don't Cry (Devilman) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora