❝die for you❞ - MIMO +18.

it feels good (i'll regret it)

La crisis de los treinta y cinco.

Sus amigos le insisten que sigue joven y hermosa. Sin embargo, tener tres décadas de existencia le pesa a cualquiera. Ahora es cuando la presión social está más presente que nunca, cuando los múltiples comentarios acerca de su soltería le preocupan más que le molestan.

Aunque su cutis es perfecto y no hay ni una sola arruga en su rostro, la presión es suficiente como para robarle el sueño. Como si fuese el momento de aceptar que ya no está en la cumbre de su vida, que es tiempo de madurar y seguir con el mismo camino que mamá: casarse con un hombre al que no le interesa su bienestar sino su apellido, y resignarse a un segundo plano donde su marido es quien toma las riendas en toda decisión.

"Conozco al chico perfecto para ti", dicen los amigos de la familia. "¿Cuándo pretendes darnos nietos?", preguntan sus padres. Todos siembran el temor estúpido de que mientras más vieja se ponga, mayores son sus posibilidades de quedarse sola para siempre.

Y no es que sea alguien superficial, no es que Mina no pueda estar sola. No obstante, tampoco quiere estarlo toda la vida. Las estúpidas películas de Netflix parecen enseñarle que nunca encontrará el amor y morirá vieja, sola y miserable. 

Mina quiere pensar que si se siente así, es por haber crecido en un ambiente donde la abundan los prejuicios y los chismes sin sentido. Culpa a sus padres por dejar que la opinión ajena cale tanto en ella. No lo suficiente como para hacerla correr a los brazos del primer idiota que le mire bonito, pero sí como para hacerla sentir como una anciana miserable que llora viendo películas románticas con un bote de helado, mientras recuerda sus estrepitosos fracasos en el amor.

La crisis la ha hecho tocar fondo y en su desesperación, Mina encontró el modo más fácil de sentirse joven (y hermosa, y deseada):

Meterse con alguien menor que ella. 

Pero no buscó una pareja. No, ella prefiere algo más... práctico. Menos problemático, mejor dicho.

Verán, como se mencionó anteriormente, su vida amorosa ha estado lejos de ser perfecta. O al menos, es su modo bonito de decir que todas sus relaciones han sido una completa mierda. A pesar de sus recién cumplidos treinta y cinco, nunca se ha caracterizado por ser muy social que digamos. Y si es difícil conseguir amigos, conseguir pareja lo era mucho más.

Su primer novio lo tuvo a los diecinueve, una edad vergonzosamente tarde como para empezar su vida amorosa —o al menos, así la molesta Na Yeon—. En su defensa, su extrema timidez combinada con el absoluto control que tenían (tienen) sus padres sobre ella, la hacían huir de cualquier mocoso de la secundaria que pensase que era bonita. No fue hasta su segundo año de la universidad que se cansó. Ella, una romántica empedernida, con una fantasiosa idea de lo que era el amor gracias a los animes y los doramas, decidió que estaba cansada de la sobreprotección de mamá y papá, por lo que se embarcó en su búsqueda de su príncipe azul. 

Y Mina, pobre, inocente Mina de diecinueve años, pensó que la mejor idea para encontrarlo era bajándose Tinder (aunque realmente no era Tinder per se sino otra página parecida, porque para esos tiempos no existía, pero usa ese ejemplo para que los malditos fetos Gen Z entiendan a qué se refiere). Cuando Nayeon se cagó de la risa cuando Mina le habló de su primer amor, se excusó diciendo que el Tinder falso era la forma más rápida y directa de conocer a alguien, puesto que le habría dado demasiada vergüenza coquetear con alguien por ahí.

Como sea. La cuestión es que Mina sí se consiguió un novio en la plataforma. Y de hecho, tuvieron una relación bastante seria, para los estándares de una aplicación de citas que se usa para encontrar sexo rápido. Pero hay que tener en cuenta que esos estándares son demasiado bajos, por lo que decir 'seria' es sobreestimar demasiado ese noviazgo. 

No le gusta hablar mucho de ello. Sin embargo, puede decir que su primer amor (sí, la muy estúpida se enamoró de alguien que conoció en —un falso— Tinder.  En dos meses de relación, de hecho, por si se querían reír más.) no quería más que coger con ella, y se aburrió luego de cuatro meses de intentar meterse entre sus piernas, sin éxito.