No importaba lo mucho que corrieras.
No importaba en donde te escondieras.
Él siempre te atrapaba.
-Ko-e-bi-chan ~ - dijo detrás de ti.
Temblaste del miedo al escucharlo.
-Te encontré ~ - volteaste a verlo.
Una gran sonrisa tenía plasmada en su rostro, mostrando sus afilados dientes.
Intentaste huir, pero fue inútil, él te inmovilizó con un abrazo.
-Nee, Koebi- chan ~ ¿Por qué no jugamos por un rato? - lamió tu cuello después de hablar.
Te paralizaste al saber lo que haría contigo.