DÍA 8

168 31 1
                                    

Señor – llamó uno de los hombres sentados detrás de los monitores de rastreo – la cámara ocular del número 1 está transmitiendo

Aquel hombre vestido de traje se acercó al monitor principal en dónde se veía perfectamente el cielo azul del día cubierto por cuerdas.

Perfecto, rastreenlo cuánto antes – exigió aquella voz.

Ocho días había estado vagando, escondiéndose de unas extrañas personas que lo seguían o le disparaban a diestra y siniestra, cazandolo cuál ciervo en época de caza.

Para terminar siendo atrapado por una de las trampas más tontas que había visto.

Sin duda si su novio lo viera ahora le diría que tiene 2 de IQ.

Ahí se encontraba el líder de los héroes elegidos, de cabeza, colgando de una red sobre un árbol.

Tranquilo – Escuchó Vegetta bajo de el – voy a bajarte de ahí – dijo una voz haciendo que el azabache se acomodara.

Aunque no fue tan eficaz estaba agradecido, si no fuera por aquella persona que estaba ofreciendole su ayuda seguramente se lo estarían llevando los cazadores a quien sabe dónde.

Quizás ya lo habrían matado.

Gracias – respondió Samuel intentando moverse en aquella red suspendida en el aire.

La pantalla de monitoreo captaba perfectamente toda la escena que estaba ocurriendo, pero había un pequeño detalle.

¿Que pasa con el sonido? – preguntó el hombre un tanto enojado.

Hay interferencia, no sabemos que es lo que ocurre pero estamos tratando de recuperar el sonido – explicó uno de los hombres a su lado.

– ¡necesito retorno ya!, No se puede escapar – dijo aquel hombre bastante exaltado. 

Por otro lado Vegetta seguía intentando acomodarse en aquella red para no darse tan fuerte contra el piso una vez que lo ayudaran a bajar de aquel lugar. 

Cuidado con tu cabeza – le dijo la otra persona para que Vegetta tuviera cuidado. 

Al decir esto cortó la soga que hacía que aquella trampa se suspendiera en el aire, para así lograr que la red cayera y por consecuencia también lo hiciera el de cabello azabache que estaba atrapado dentro de ella.

El golpe había sido fuerte pero al menos estaba a vivo, bueno,  por ahora.

Aquella persona ayudó al de cabello azabache a liberarse de dichas cuerdas que lo atrapaban, y una vez estuvo fuera de ellas se giró para agradecerle a su salvador, y en cuanto lo hizo se dio cuenta de que esta persona era un ella.

Gracias, de verdad me has salvado – respondió Samuel con una sonrisa. 

No hay tiempo, los cazadores deben estar viniendo por ti y tu tonto trasero que cae en esas trampas tan bobas – respondió ella mientras avanzaba rápidamente por el bosque. 

Samuel instintivamente comenzó a seguirla, ya que estaba la pequeña esperanza en su corazón de que ella supiera algo de sus amigos, o que los haya visto en algún lugar. 

Le importaba que todos estuviesen bien, pero lo que más quería saber era si alguien había visto a Rubén. 

Necesitaba saber algo de él para mantener la cordura.

¿Cómo te llamas? – preguntó Samuel a la chica. 

Ella se detuvo en seco haciendo que el chico de cabello azabache se detuviera asustado debido al repentino acto, y mucho más cuando la vio rebuscando algo en su bolso que colgaba a uno de sus costados. 

Bien, quizás no había sido muy buena idea confiar tan ciegamente en una persona que acababa de salvarle la vida, podría fácilmente ser una trampa y el como un idiota hubiera caído en tan fácil estrategia. 

La chica sacó un extraño aparato de su bolso y lo puso frente a Samuel, quien levantó ambas manos y cerró sus ojos esperando lo peor. 

Había sido tomado por sorpresa. 

Soy Akira, pero no hay tiempo niño bonito, necesito que abras los ojos – dijo la chica viendo como el hombre frente a ella estaba rendido a una muerte casi inminente. 

Vegetta por su parte abrió lentamente los ojos para ver a Akira quien tenía una ceja levantada por lo ridículo que se veía en ese momento. 

La chica solo suspiró y apretó un botón de aquel artefacto parecido a un termómetro de distancia, solo que este lanzaba un extraño láser que daba directamente a los ojos de Samuel. 

Hemos perdido la conexión señor, esa chica ha desactivado el transmisor del número 1 – 

Todos los presentes en la sala de monitores bajaron la mirada esperando lo peor, ya que sabían lo importante que era el numero uno para la misión que tenían, y también sabían como se pondría el jefe ahora que habían perdido al más importante de los héroes. 

El hombre de traje suspiró pesadamente para luego lanzar un grito que a más de uno le puso los pelos de punta. 

¡BUSQUENLO AHORA! – fue lo único que dijo aquella persona antes de irse en dirección a su despacho. 

El numero uno había salido de su radar. 

➰➰➰


EL MURO // RUBEGETTA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora