𝟣𝟪𝟩𝟢. [𝒴𝑜𝑜𝓂𝒾𝓃]

🗡𝐸𝓁 𝒸𝑜𝓂𝒾𝑒𝓃𝓏𝑜.🗡

¿Por qué 1870? Bueno es así porque desde el momento en el que los hermanos Min llegaron al mundo su historia fue escrita, desde ese momento aun cuando Jimin todavía ni siquiera estaba en mente de sus padres, sus destinos ya estaban entrelazados. 1870 es la fecha donde todo inicio...

9 de marzo, 1870.

La estación primaveral estaba recién entrando al país oriental, pese a esto las mañanas en Han Yang (hoy Seúl) seguían siendo frías. La emperatriz Myeongseong estaba sufriendo quizás el dolor más grande que nunca antes había sentido, podría jurar que en cualquier momento iba desgarrarse, su piel estaba sudorosa, su cabello hecho un desastre; apretaba con fuerza la mano de su esposo y en seguida sintió un enorme alivio cuando el llanto de su esperado hijo había llenado la habitación. Se dejó caer por completo en la mullida cama y trató de recuperar fuerzas. Sus ojos estaban cerrándose solos...

—Creo que son dos —Dijo en un susurro la mujer que se estaba encargando del parto. La emperatriz solamente pudo mirarla entre asombrada e incrédula.

Pero de ser así tendría sentido el porque su panza era más grande que la de otras mujeres embarazadas que ella había visto. El segundo de los gemelos nació con dos minutos de diferencia respecto a su hermano mayor.

Resultaba una completa ironía. Había estado casada desde hace cuatro años y no lograba un embarazo, tal era el caso que incluso se había llegado a creer que su vientre era infértil, sin embargo fue bendecida con la noticia de que por fin podría darles el heredero que tanto se esperaba para la casa imperial Gyeongbokgung. Lejos estaban de imaginar que la bendición para ellos sería por partida doble.

El reino entero se regocijo con la noticia. Min Yoonseung y Min Yoongi, esos eran los nombres de los nuevos miembros de la noble familia. Dos niños sanos, amados por sus padres y el pueblo al que en algún momento el mayor de ellos gobernaría manteniendo en lo alto la dinastía Joseon.

Para el padre de los gemelos todo aquello resultaba ser un tanto abrumador. Era un jovencito de 18 años; tuvo que tomar posesión de su cargo cuando solo era un niño de 12 y en lugar de estar jugando y divirtiéndose como aquellos que no tenían ese tipo de obligaciones, estaba aprendiendo a usar correctamente una espada, recibiendo los conocimientos que un buen guerrero y gobernante debían tener.

Su mujer tenía 15 años y el 14 cuando su matrimonio fue arreglado. Si bien en el lugar donde ambos habían crecido aquello resultaba ser bastante natural, no podía evitar sentirse turbado cada vez que se les decía —o mejor dicho, exigía —aquel esperado heredero. Tenía tantas curiosidades, mismas que no podía darse el lujo de resolver porque ahora debía ocuparse de un reino, de ser esposo y padre al mismo tiempo.

Se esforzaba, claro que lo hacía, sin embargo se le seguía reprochando su actitud infantil ante ciertas circunstancias.

—Ven aquí Gojong, mi querido esposo, ¿o es que no quieres cargar a uno de tus lindos hijos? —Dejo de mirar hacia la ventana, donde la penumbra de la noche se apropiaba del cielo y cada rincón de su reino.

Se aproximo a la cama donde ella se encontraba sentada, en sus brazos tenia a Yoonseung, ¿o seria Yoongi? La verdad es que por el momento no tenía ni la más remota idea de cómo diferenciarlos. Suponía que en algún punto habría de hacerlo o mandará que sus ropas fueran bordadas con el nombre de cada uno.

—Duermen tan tranquilos —Comentó tomando de la cama al otro pequeño ser.

El bebé apenas y se removió un poco. Su padre no pudo evitar llevar una mano hasta su cabecita, apartando un poco las sábanas para acariciar sus suaves cabellos. Eran oscuros y lacios, dado que estaba recién nacido no eran demasiado largos; su piel era nívea y tan pulcra como sólo podía serlo la de un recién nacido.