Hela

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Thor se ha tenido que tragar todo su dolor para criar a su hija, tan sólo para ser de verdad funcional para ella.

Cuando ella se había acostumbrado a estar sin su madre, fuera de peligro alguno. El por fin pudo estar en paz, ella ya no lloraba tanto como solía hacerlo y dormía más. Y todo un año entero pasó de la nada, Thor no había hecho más que cambiar pañales, prepar fórmulas, darle raciones sólidas cuando ya era tiempo, escuchar sus quejidos, llorar cuando no sabía que le dolía, sonreír con cada mueca que hacía su hija, trabajar tan sólo por ella.

En ese año en especial Thor no tuvo tiempo para estar triste, no cuando su mente estaba constantemente ocupada, no cuando Hela había dado sus primeros pasos y no quería parar de caminar ni un solo momento, o cuando había aprendido a decir algunas palabras. Thor se había olvidado de su dolor cuando Hela lo llamó papá por primera vez.

Y el no sabía si las cosas habían mejorado para su segundo año con su hija. El resentia mucho dejar a su hija en una cajita en su trabajo, se ponía nervioso aún cuando sus colegas omegas le decían que cuidarian de su pequeña. Cuando ella tenía 1 año y medio ambos recibieron una visita inesperada.

Sus padres habían dado con ella y Thor no sabía como sentirse cuando sus padres vieron el estado en el que vivía su hijo. Sólo su hija era dueña de una cama cómoda, de ropa que no había sido utilizada por otra persona antes. Su madre no pudo evitar llorar cuando lo vio y su padre le pidió disculpas. El no se negaría a ir con ellos, no porque realmente quisiera, sino porque Hela necesitaba un hogar digno, no un cuarto que no tenía las condiciones para una bebé.

Y para cuando Hela cumplió dos años, tuvo una pequeña fiesta en la casa de los padres de Thor, fue entonces que su hija tuvo un cuarto sólo para ella, una cuna más grande y muchos juguetes por parte de su abuela. El rubio estuvo feliz por un tiempo, su padre había arreglado todo para que volviera a completar su último año de estudio, su madre cuidaba de su hija cuando el no estaba e incluso cuando el estaba con su hija, Frigga también estaba ahí.

Pero de todas las noches, la más fría hasta ese entonces, había sido navidad. Su madre cocino un buen pavo, su padre ayudó con la decoración mientras que Hela jugaba con algunos adornos navideños. Su niña había estado aprendiendo más palabras conforme pasaba el tiempo y hacía a todos feliz.

Y Thor realmente no tendría porque sentirse triste. No cuando había presenciando y sido parte de una escena familiar de esas que sólo ves en revistas. Thor antes jamás había armado un árbol de Navidad junto a su familia, ahora estaba acompañado de su hija, sus padres. Decorando un gran y muy verde árbol, con su padre bromeando, su madre y el riendo, mientras que Hela los miraba a ambos con curiosidad.

Ella correteaba con pasos muy pequeños al rededor de la sala con su padre detrás de ella para que no se cayera, mientras que Frigga sólo se reía. Y aunque el esfuerzo de Thor por que su hija no tropezara no funcionó se sorprendió al ver como su hija se paraba más sonriente que antes. Hizo que su corazón recibiera un calor agradable, el calor que necesitaba.

Pero fuera de la vista de sus padres, cuando Hela no estaba cerca, el frío volvía. Y el se repetía una y otra vez que no tendría porque estar triste esa noche, no cuando tuvo una cena llena de risas, amor y calidez. Sin embargo ahí estaba, a las 2 de la mañana en completa soledad viendo como el árbol brillaba.

Porque no podía evitar estar triste cuando la persona que amaba no estaba con él, tomó un poco del vino, esperando que el alcohol lo calentara un poco. Recordaba a Loki en cada paso de su vida, y más cuando habían pasado su primera Navidad juntos, pero ciertamente no había sido feliz. Aún así el podría tener ese espíritu navideño con él, a esta hora se pregunta donde está eso que añora tanto.

Algunas tibias lágrimas caen, y el sólo se bebe su dolor. Es la Navidad más triste, donde más se siente sólo, y cada cosa le recuerda a Loki, incluso el árbol le recuerdan al verde de los ojos que amaba tanto, incluso su hija que es idéntica a el. Cuando sus padres la vieron por primera vez sólo se miraron entre si, no dijeron nada pero dijeron todo con aquella mirada.

Se pregunta si hay algo de su pequeña hija que tiene curiosidad por su madre, aún cuando le dice mamá a su abuela. Pero ella es muy pequeña como para saberlo. El corazón le duele más cuando se imagina a su hija preguntando por su madre cuando tenga la edad, ¿Qué le dirá emtonces?. Thor llora un poco más, trata de que su llanto no se oiga pero no puede imaginar que está en esto ahora. El debería odiar a Loki por muchas cosas, pero aún cuando él lo lastimaba en lo más profundo no dejo de hacerlo, el pensaba que la vida había sido muy injusta con su "novio", si es que podía decirle así. Thor sólo no quería que Loki sufriera más, tan sólo pensó que era un chico perdido que tarde o temprano se daría cuenta.

Se esfuerza por odiarlo esa noche, pero lo único que puede recordar es su hermosa sonrisa, su adictivo perfume y como era abrazarlo. El tan sólo pronuncia un "Feliz navidad", sea donde quiera que este espera que sea feliz.

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Cuando Hela cumple sus cinco años Thor le compra su primer patín, ella ha estado queriendo uno por un buen tiempo y cuando su papá se lo da, ella le regala una buena sonrisa y lo abraza. También ha estado yendo a la escuela, es muy habladora, más de lo que Thor algún día se lo imagino, aunque eso sólo aplique con él y sus abuelos. Sus maestros dicen que Hela es demasiado callada y sus compañeros han empezado a decirle bruja, a Thor no le gusta aquello y ha planeado un cambio de colegio para su próximo año, pero ciertamente tampoco tiene miedo de que alguno de esos niños le ponga una mano encima. Su hija ha demostrado que es capaz de defenderse cuando el fue llamado por el director, cuando le informaron que su hija casi le saca un ojo a alguien con un lápiz.

Y para cuando ella tiene 7, Thor está muy cómodo trabajando por fin. Esta ahorrando para que ambos tengan una casa con todas las comodidades posibles, y no le ha importado ir en estas vacaciones al campo donde antes vivían los abuelos de Thor. Es entonces que ha visto a su hija más feliz, corriendo detrás de las mariposas, jugando con el césped, abrazando a los cachorros que hay cerca. Símplemente dando pequeños saltos en contra del viento, con su cabello ondeandose, su gran sonrisa, su piel luciendo extrañamente más blanca y sus ojos de un brilló que Thor nunca ha visto antes, el sonríe al ver aquella escena y una vez más la felicidad del mundo es suya.

Y Hela jamás olvidará la sonrisa de su padre, el padre que trata de ocultar una extraña tristeza en cada navidad, alguien que es su inspiración, su ejemplo a seguir, un hombre demasiado amable, con la risa más escandalosa que conozca, pero feliz cuando están juntos. Más en esas vacaciones donde el casi provoca a las abejas que ella miraba con tanta atención, sólo para probar que era valiente pero no es necesario, Hela sabe que su padre es valiente. Para ella el lo es todo, ella guarda en su pequeño corazón sus recuerdos más felices.

Así cuando se siente triste recuerda cada uno de ellos. Como cuando regresaba del arroyo, con sus pies sucios por jugar tanto con su padre, mientras su abuela se reía junto a su abuelo, cuando todos se reunían para comer y ella tenía una conversación con su padre, comprendía tan bien lo que ella le decía.

Y aunque su madre estuviera muerta, aunque jamás la conoció, o la beso, o la abrazó. Ella puede sentir su presencia en cada una de las cosas que hace, aún con lo poco que sabe de ella.

Y a sus 7 años ella nunca ha visto un verano tan hermoso, la vida nunca ha sido tan fácil, feliz y divertida. Se sienta en las piernas de su papá mientras el le cuenta una historia y le acaricia la cabeza, ella soñara con aquella primavera por siempre.

Amor (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora